Ante la fuerte oleada invernal que cubre casi todo el territorio colombiano -y que según el estatal Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) durará hasta entrado el mes de junio-, muchas comunidades y pueblos se han visto obligados a encontrar refugios, huyéndole a las inundaciones.
Este es el caso de cientos de nativos de las etnias Kogui y Arzario que -ante el inclemente temporal que se vive hace más de una semana en sus territorios-, tuvieron que bajar de la Sierra Nevada de Santa Marta a los municipios de Mingueo, Rionacho y Palomino, departamento del Magdalena y Guajira, sorteando lluvias y ríos desbordados.
Los nativos señalan que desde hace más de una semana las fuertes lluvias arrasaron sus cultivos de “pan coger” y las epidemias comienzan a azotar a la mayoría de los pobladores del macizo colombiano.
“Si nos quedamos en la casa, nos enfermamos los grandes y los niños, sino nos mata la fiebre nos mata el hambre, por eso nos vinimos”, dijo a medios locales, un indígena Kogui.
Esta situación de emergencia hizo que la Alcaldía de Dibulla y el hospital local decidieron desplazar personal médico y drogas a los puestos de salud para atender a los indígenas y a los campesinos que habitan en la Sierra y sus estriaciones.
“Tenemos la logística para tenderle la mano a los indígenas y a los campesinos en esta temporada de invierno, además de ofrecerles techo y alimentos les aplicaremos a los niños y a las mujeres en edad fértil las vacunas indispensables para evitarles el padecimiento de diferentes enfermedades endémicas”, explicó Silvia Ospino Bermúdez, Alcaldesa de Dibulla.
Por su parte, la directora del Hospital de Dibulla, Diana Coronado Felizzola, aseguró que “si los ríos bajan y deja de llover, esperamos vacunar a más de 2 mil 500 indígenas”.
Los nativos de esta región biodiversa han tenido que sortear muchas adversidades como la dinámica de guerra del conflicto armado en sus territorios, la pasada epidemia de fiebre amarilla y, ahora, las fuertes lluvias.
