La caza, la agricultura y la pesca son las actividades  básicas del quehacer de los Emberá para proveerse de los recursos necesarios para subsistir, asimismo, son las formas de relación con su hábitat. Poder matar  un animal en una excursión de cacería o lograr  atrapar un pez necesitan, no solamente del esfuerzo  y la capacidad del cazador o pescador de la comunidad Emberá, sino que también requieren de la "autorización" de las madres o dueños del animal respectivo, pues cada una de los especies lo tiene. Sin su "voluntad", los animales no se ponen al alcance de  los hombres. Es el Jaibaná quien posee el poder sobre esas madres o dueños de los animales.  El puede conseguir que los animales de caza y pesca se escondan o puede, al contrario, lograr una abundancia de los mismo.

 

Un Jaibaná muy favorable a los miembros de su grupo garantizará a estos suficientes provisiones  de carne, al tiempo que aleja a las plagas o animales dañinos. Uno de "mal corazón" y envidioso,  puede producir el resultado contrario: someter a sus gentes o a un grupo enemigo a  una severa escasez, con lo cual ocasiona muchas veces, que se alejen en busca de un nuevo hábitat, o que se segmenten, con la huida de una parte  de sus componentes para apartarse de su mala influencia. Por este medio, el Jaibaná tiene una influencia importante en los procesos de segmentación  social, característico de los Emberá.

 

Esta circunstancia constituye, además,  un mecanismo de relación ecológica, ya que opera, sobre todo,  cuando se ha dado un considerable aumento  de población en un río o sector de río en relación con la cantidad y variedad de recursos disponibles  en él.  En todos los grupos abundan las historias de conflictos con jaibanás que ahuyentan los animales útiles o atraen aquellos nocivos: vampiros, serpientes venenosas, zancudos o monstruos espantosos, situaciones que ocasionan la  separación de un buen  número de miembros de  la unidad básica, la parentela, en busca de un nuevo asentamiento y restablece el  equilibrio entre población y recursos en un sitio dado.

 

El monte y el río confluyen en un equilibrio  que posibilita la vida humana en el hábitat que el hombre  le conquistó a los animales: las orillas de los ríos,  cada uno a su vez tiene una gran madre: Antumia  es la madre del agua, ancoren o pakoré  lo es de la selva.  El jaibaná es también el personaje  que sostiene la relación con ellas, neutralizándolas  y propiciándolas, pues también son temibles, y haciendo que permitan a los Emberá la utilización de los recursos  de sus órdenes respectivos y su vida misma en el lugar en donde están establecidos.

 

En consecuencia, no sólo la llegada de un grupo Emberá a una región deshabitada antes, sino también su permanencia  en ella una vez que se ha establecido, dependen substancialmente de la relación de equilibrio con su medio, cuyo fundamento está determinado  por la actividad del Jaibaná.

 

Lo anterior explica porque esta etnia denomina Kabai a la acción de sus sabios tradicionales, verbo, que según los investigadores, tiene un doble significado:  por un lado tiene el sentido de conocer y, por el otro, quiere decir trabajar, especialmente en relación con trabajar la tierra. Es decir, que el Jaibaná participa del trabajo general de su grupo mediante su actividad, al cual constituye el verdadero trabajo y sienta las bases sobre las cuales pueden realizarse las demás formas de trabajo.

 

 Es así como antes de la rocería del maíz debe realizarse una ceremonia llamada "curar la tierra" tendiente a alejar las plagas  y a los seres que puedan impedir la obtención de una buena cosecha. Esta forma de curación se da también cuando la tierra se ha "dañado", y cuando en un sitio la gente comienza a morir o enfermar en exceso, lo cual significa que el equilibrio entre la gente y la tierra se ha roto y se ha hecho necesario que el Jaibaná intervenga con su trabajo para restablecerlo.

 

 

(1) Estas notas son una síntesis del texto; LOS EMBERÁ CAHMI EN GUERRA CONTRA LA NATURALEZA, del profesor LUIS GUILLERMO VASCO URIBE, publicado en Humanización de la Selva. Estudios de las culturas indígenas que habitan en las diferentes selvas colombianas

 

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