“Dicen que tiene siete lenguas la boca del dragón. Yo no sé. Pero me consta que muchas más lenguas tiene la boca del mundo, y el fuego de sus lenguas nos abriga. Será siempre poco cuanto se haga para defenderlas del desprecio y del exterminio”

 

 


La palabra “idioma” proviene de una raíz griega que significa “lo propio”, de allí su vinculación con “ideología”, “idiosincrasia”, etc. En tal sentido no hay nada más importante y constitutivo de la identidad que la propia lengua, lengua que, siendo un componente más del sistema cultural de cada pueblo, ocupa, sin embargo, un papel privilegiado por su capacidad de simbolizar, interpretar, construir y comunicar no sólo las demás expresiones culturales sino el entramado de la dinámica social. Así podemos decir que, hablando de derechos, nos surge como uno de los derechos humanos por antonomasia la autodeterminación lingüística, derecho que, pese a haber sido largamente reclamado, no encuentra aún un auténtico reconocimiento. Los únicos dueños de una lengua son los hablantes, que no necesitan de academias o instituciones que, apropiándose de la palabra, impongan las normas del “correcto decir”.


Iberoamérica es, como todo el mundo, un ámbito pluricultural y multilingüe, un espacio crucial de la diferencia, donde la otredad es la razón de ser de la identidad y la diversidad, la fuente creativa del desarrollo cultural. Como sostiene Fernández Retamar (1971, 1986, 1991,1993)[1] no es la “pureza” sino el mestizaje la razón de ser de cada pueblo. Porque toda cultura es una intercultura y toda lengua un vehículo vivo de comunicación es que será en la interacción y no en el enquistamiento que se entablará un diálogo fructífero entre los pueblos. El intento de homogeneización que implica el hecho de borrar las características particulares de cada pueblo, que muchas veces ha usado a la lengua como herramienta de poder, no ha impedido reafianzar estrategias identitarias que permiten seguir siendo uno, en relación con los otros. Constituyen un ejemplo de esto la vitalidad de muchas de las lenguas aborígenes que luego de 500 años, siguen vigentes, pese a la violencia y marginación a las que han sido sometidas.

 

Si en este contexto de intercambio lingüístico y cultural constitutivo y permanente, nos preocupáramos por la relación de las Lenguas y la globalización (como lo propone la Real Academia Española para su III Congreso de la Lengua) deberíamos preguntarnos a qué globalización se hace referencia. Tomando como ejemplo el castellano, fue un fenómeno sin duda de globalización el que se puso en juego en la Península Ibérica al convertirlo en lengua nacional haciendo que el catalán, el gallego y el vasco tuvieran que luchar denodadamente por su reconocimiento. Otra imposición fue la que tuvo lugar, de la mano de la cruz y de la espada, en nuestra América.

 

La pluralidad lingüística y cultural, lejos de ser un enemigo a combatir, posibilita compartir y construir conocimientos. Éste es uno de los objetivos del Primer Congreso de las Lenguas en el que, a partir del diálogo entre diversas culturas e idiomas, pretendemos superar el estigma de Babel para que la diferencia no sea sinónimo de destrucción e incomunicación. Arquitectos de un nuevo quehacer, no deseamos encerrarnos en un claustro para decidir lo que no nos compete, sino generar un espacio de discusión y debate sobre las problemáticas del lenguaje y la diversidad lingüístico-cultural. Es por esto que se han adoptado como formas de participación diferentes estrategias expresivas que, a lo largo del año, irán teniendo lugar en la ciudad de Rosario. No faltarán, así, las intervenciones artísticas urbanas, las muestras de artes plásticas, manifestaciones teatrales, conciertos, conferencias, mesas de debate, talleres de capacitación y discusión, homenajes a proyectos culturales destacados de la historia de la educación y propuestas de investigación en todos los niveles educativos y en los diferentes ámbitos comprometidos en forma general o particular con la adquisición y uso del lenguaje.


El desarrollo del Congreso propiamente dicho tendrá lugar entre los días 15 y 20 de noviembre. Los ejes definidos para la discusión que podrán ser ampliados en función de los intereses de los participantes, son los siguientes: lenguas e identidad (individual, social y étnica), lenguas y educación, lenguas y derechos humanos, lenguas y género, lenguas e historia y sociedad, lenguas y medios de comunicación, lenguas y expresiones artísticas, lenguas y políticas estatales.

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[1] Roberto Fernández Retamar (Cuba, 1930) es un notable ensayista y poeta cubano. Su libro “Calibán” llegó a ser un clásico para la revisión de la historia latinoamericana. Muchos de los artículos en los cuales aborda la problemática del mestizaje están recopilados en “Todo Calibán” (1993)

Eduardo Galeano, para el I Congreso de las Lenguas
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