En Colombia el mundo editorial de vez en cuando ve nacer una revista, al tiempo que ve morir a otra que acababa de nacer.
La mortandad de estos especimenes editoriales es mayor si su género o su especie editorial es de la familia extensa de "los Afros", es decir, si es una revista interesada en temas de lo étnico, o de la etnia negra en Colombia, por ejemplo, y además, tratados con la pretensión de dar a la publicación estilo y mucha variedad, otro vocablo, este último, que podría definir lo que ya la revista define: su procedencia étnica.
Se llama Ébano, va por el quinto número y nació en Cali hace casi cinco años. Juzguen ustedes el tamaño del esfuerzo de estos quijotes del mundo editorial, en temas que aparentemente son sólo de los directamente interesados, los dolientes del mundo negro, postergados por la industria cosmética de las revistas.
El mundo de las revistas es sofisticado, aquí, y en dondequiera. Las de portada dura y brillante, suelen exhibirse impecables y coloridas, gráficamente selectas. Al Igual que los temas y personajes que contienen en su portada, e interiores, son revistas de otra especie: la de los bellos por excelencia, los "homo perfectus", ejemplares del único ideal de belleza que "el glamour" de las revistas conoce, el que la industria cosmética universal vende como modelo estético indiscutible, el modelo de belleza que lo estético ha consagrado como único admisible.
Por eso es curioso el experimento de esta revista caleña, editada con apoyo de organizaciones e iniciativas editoriales del mundo afro, aunque ver en la portada del número cinco a Barack Obama, no lo es tanto. Sin embargo hay que ver que dicho volumen de la revista aparece en Febrero, de este año, cuando el tema de la ascensión de los Obama era pan caliente para los lectores: no hay una sola revista de variedades, o de temas de glamour, o culinaria, o de actualidad política, o de economía y cultura, que no los haya tenido como "gancho". No podría ser "Ebano" la excepción.
La revista hace un perfil exultante del personaje y de su familia, así como lo hace con una veintena más de personajes negros, de la escena pública nacional y norteamericana, destacados en distintos campos, desde el modelaje y la administración privada y pública, hasta el deporte, el arte y los negocios.
Se diría entonces desde las publicaciones "light", que tienen abarrotado el mercado de revistas en Colombia, que esfuerzos así no tienen mucho futuro comercial. La publicidad es poca, a pesar de la alta calidad de la impresión y del tratamiento informativo que "vende" un modelo genuinamente exitoso de ser negro en la sociedad.
Esto trata de hacerse con base en ciertos perfiles que tienen ya un determinado posicionamiento y que la revista exhibe y destaca con todo el derecho que tiene de hacerlo, acorde con su criterio editorial de revista basada en una temática nueva para las de su especie.Para destacar, vale la pena referirse al perfil, o mejor, semblanza, que se hace de la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo, mejor conocida como "Mariamulata", a quien la revista reconoce su condición de luchadora al lado de las barriadas segregadas del Pozón, Nelson Mandela, la Boquilla y muchas otras, en una ciudad con presencia de fuerte segregación social y racial. La presencia de la alcaldesa es imponente después del fallo del Consejo de estado que la ratifica en su cargo, pese a la acción interpuesta por los políticos locales que inicialmente lograron que el tribunal administrativo de Bolívar fallara en contravía de su elección popular.
La alcaldesa Pinedo es a la vez una digna exponente del mestizaje caribe, una bella mujer mulata que se reivindica como tal, cartagenera como las murallas, vecina originaria del barrio Manga. Además de alcaldesa, de la amurallada, es actualmente presidenta de la Asociación de Alcaldes de Municipios con población Afrodescendiente, "Amunafro" y también comprometida con Amucaribe, similar de la anterior.
También es de destacar y elogiar el perfil, o retrato, que se hace del pianista Edison Valencia, cuadro escrito a manera de historia de vida, el cual aparece titulado con la frase "El negro de Chopin".
Demuestra esta pequeña historia, contada a cortos trazos, qué tan sinuosa suele ser la suerte de un talentoso joven negro caucano, de Puerto Tejada, dedicado a cultivar su pasión por la música desde muy niño y a quien le niegan la visa para ingresar a los Estados Unidos, muy a pesar de la beca de MinCultura ganada para estudiar en el Brooklin College de Nueva York. Curiosamente se gana ese reconocimiento para estudios, en otra latitud: la encopetada y cultísima Europa.
El conservatorio superior de música de Salamanca, España, le otorga en el año 2001 a Edison V. el privilegio de estudiar allí. Lo hacen luego de evaluar, por medio de grabaciones, su interpretación del europeísimo piano, instrumento que, según relata E. Valencia en la entrevista que le hace la revista, no le recomendaban mucho sus compañeros de universidad, cuando le decían: "... tú nunca tocarás un Chopin. Esa no es música para negros"...
Sobre todo, es memorable el momento anecdótico aquél, en el cual, éste ya célebre pianista, que es profesor ahora en Madrid y autor de dos compactos grabados allí, relata su experiencia personal en Europa.
En su último testimonio valora el reconocimiento que el mundo europeo le otorga al lenguaje universal del arte, sin cerrar, dice él, lo caminos "a priori", y, "por factores superfluos, como la raza o el país de donde se viene". Una verdadera lección para quienes hacen de lo superfluo un motivo para trazar una diferencia abismal.
Bienvenida "Ebano" con estas novedades.