Una muestra de ello es el segundo encuentro afroandino que se realizó recientemente en Bogotá y que contó con la presencia de diferentes líderes afros.
De acuerdo con Graciela Sánchez, mujer afro de Perú, con pocos los espacios en los que la comunidad negra puede trabajar desde los gobiernos. Es ingente abrir espacios de diálogo e interlocución entre las organizaciones afro y las instituciones. “Exigimos ser interlocutores válidos y esto depende de nuestra fuerza organizativa, reconocimiento mutuo, educación y formación para una verdadera incidencia”.
Por su parte, Jáder Estupiñán, líder juvenil de Ancestros del Pacífico Colombiano, afirma que es importante crear encuentros en los que se puedan intercambiar experiencias, aprender y compartir, afianzando las relaciones y la hermandad; sumarnos a la lucha por abrir un espacio de participación a nivel andino e ir más allá, construyendo relacionamientos de la diáspora africana desde la sociedad civil afro.
Igual piensa Édgar Vásquez, para quien es clave ir más allá de los documentos para que se traduzcan en hechos reales.
En el marco de este evento que se llevó a cabo durante dos días en el Centro Cultural del convenio Andrés Bello de la capital Colombiana, Fabián Váldez, del Centro de Justicia contra el Racismo y la Discriminación Racial de Cartagena, Cimarrón, evocó que Cartagena fue epicentro histórico de la esclavitud. A esta ciudad la aqueja una aguda problemática de discriminación racial, pues entre un 65% y 70% de la población es afrodescendiente pero “en la actual administración sólo tenemos uno que otro cargo directivo. Para nosotros los cartageneros es vergonzosa la situación de discriminación racial”.
Frente a esto, Alba Nelly Mina de Los Palenques, añadió que desde su comunidad están trabajando por un proceso en el que los niños y niñas afros se sientan orgullosos de su condición racial.