Se inició ayer en Páztcuaro, México, la reunión de representantes indígenas, gubernamentales y expertos que intenta llegar a posiciones comunes sobre el Proyecto de Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas antes de la próxima sesión del Grupo de Trabajo sobre el Proyecto de Declaración, que se celebrará en Ginebra el mes de diciembre 2005. A continuación la Declaración de Apertura elaborada por los delegados indígenas asistentes.

 

 Declaración de Apertura 

 

(Saludo en  P’urhepecha) Ciudadana Xóchitl Gálvez Ruiz, Director de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Señor Julián Burger, Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Señor Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial para los Derechos y las Libertades fundamentales de los Pueblos Indígenas.

 

Señores y señoras representantes de los Estados.

 

Hermanas y hermanos indígenas:  

 

En nombre de los Pueblos y Organizaciones Indígenas deseo agradecer al Gobierno Mexicano por la iniciativa de convocar y facilitar la realización del presente Taller, así como a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU por su apoyo a que la misma sea una realidad.  Quiero dar la bienvenida al territorio del Pueblo P’urhepecha  a todos los representantes de los Estados, Pueblos Indígenas, de las Agencias de la ONU, a los Organismos No Gubernamentales y a los expertos académicos que han acudido a este Taller.

 

Por más de cinco siglos, los pueblos indígenas venimos sufriendo una terrible discriminación y marginación, Esta realidad se expresa lamentablemente en la situación de empobrecimiento, los despojos de nuestros territorios, la agresión a nuestros procesos de libre determinación y la progresiva desaparición de nuestros pueblos, producto de la violación de nuestros derechos humanos que son históricos y colectivos.

 

Por más de veinte años, los Pueblos Indígenas hemos impulsado el Proyecto de Declaración de las Naciones Unidas sobre  los Derechos de los Pueblos Indígenas, primero en el Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas y ahora en el Grupo de Trabajo Intersesional de la Comisión de Derechos Humanos.  En la décima sesión del Grupo de Trabajo, después de un arduo  trabajo y búsqueda de  consensos sobre el texto base de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, hemos identificado los conceptos que presentan dificultades aparentes para los Estados que no han permitido su pronta adopción.

 

Valoramos la decisión de la Comisión de Derechos Humanos de ampliar el periodo del Grupo de Trabajo y las atinadas recomendaciones de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas quien señaló la necesidad de contar con mejores y más dinámicos métodos de discusiones. Nosotros aspiramos que los esfuerzos de avanzar nos lleve inexorablemente a la necesidad de continuar el proceso hasta la adopción de una Declaración que refleje realmente los derechos y las aspiraciones de nuestros pueblos, tan pronto como sea posible.

 

El presente Taller brinda la oportunidad a representantes de los Estados, los Pueblos Indígenas y los Expertos, para que en un marco de dialogo franco, abierto, sincero y transparente, podamos discutir los puntos que no han permitido avanzar en la adopción de este importante instrumento. Esta adopción no va hacer posible si no hay la voluntad política de los Estados de avanzar en la adopción de una declaración que asegure nuestros derechos fundamentales.

 

El derecho a la libre determinación es la piedra angular de la Declaración,  la comprensión del sentido y alcance de asegurar este derecho a los Pueblos Indígenas es crucial para los otros derechos contenidos en la declaración. Este  derecho ha posibilitado el diálogo entre los pueblos y los Estados para acordar marcos de nuevas  relaciones y convivencia que permiten el desarrollo económico, social y cultural de los Pueblos Indígenas. 

 

Los derechos a las tierras y territorios y recursos naturales  son de igual importancia para los pueblos indígenas. Este no es  un tema meramente económico o de titularidad de la propiedad, el reconocimiento claro de estos derechos permitirá la supervivencia cultural de los Pueblos Indígenas,  porque es conocido que para nuestros Pueblos Indígenas el derecho sobre las tierras, territorios y recursos naturales es una cuestión de vida. La relación entre los derechos colectivos de los pueblos indígenas, frente a los derechos individuales y derechos de terceros es de igual importancia,  el tratar de lograr un balance en el ejercicio de todos estos derechos no  implica el sacrificio de  los derechos de los Pueblos Indígenas.

 

Señores Delegados, los conceptos que vamos a desarrollar en esta semana de deliberaciones es de vital importancia para el futuro de los mas de 350 millones de indígenas en el mundo, esto  hace necesario que los Estados atiendan el compromiso del segundo decenio y los objetivos del Milenio de las Naciones Unidas. Para alcanzar estos objetivos, una Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, no puede ser contraria a los principios de no discriminación y el carácter progresivo del derecho internacional de los derechos humanos. La ausencia de estos principios en el proceso de la declaración no permitirá la progresiva eliminación de las causas que nos oprimen y la consolidación real de una democracia participativa y pluralista en nuestros países.

 

Tomando cuenta que el texto base de nuestras discusiones es el texto aprobado por la Subcomisión, consideramos firmemente que el desarrollo jurídico progresivo a nivel nacional en algunos de los Estados y las recientes Declaraciones de los Estados, como la de Durban, y las resoluciones de los organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tales como el caso de la comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni de Nicaragua y el caso de la comunidad Yakye Axa de Paraguay, han establecido claramente el carácter progresivo de los derechos de los Pueblos Indígenas. Estos antecedentes ayudan a comprender por parte de los Estados que los principios de libre determinación, tierras, territorios y recursos naturales y derechos preexistentes son derechos humanos reconocidos internacionalmente a los Pueblos Indígenas.

 

Señores delegados, nosotros los Pueblos Indígenas somos los custodios de la madre tierra, por lo que el reconocimiento de nuestros derechos humanos son cruciales para la convivencia de la humanidad. La situación actual de los Pueblos Indígenas es intolerable e inaceptable en pleno siglo XXI, esto es responsabilidad de los Estados y sus representantes, por lo que hacemos un llamado a que todos demos  pasos significativos para que en la próxima sesión del Grupo de Trabajo del Proyecto de Declaración, nos aproximemos a su adopción. En esta tarea ganara la humanidad, la paz y la democracia, por el bien de las futuras generaciones.

 

Pátzcuaro, Territorio P’urhepecha, Michoacán, México, 26 de septiembre de 2005.

 

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