En Caracas, Rafael Correa dijo “el presidente Álvaro Uribe me ha invitado muy cordialmente, pero no ha mostrado en los hechos ninguna acción conciliadora con Ecuador", anunció refiriéndose a las solicitud que ya le ha hecho al mandatario colombiano de suspender inmediatamente las fumigaciones en cumplimiento del acuerdo suscrito por las dos cancillerías en diciembre pasado. Correa propuso que "por lo menos suspenda las aspersiones aéreas mientras se reúnen en Bogotá".
El pasado viernes la polémica por cuenta de la erradicación de los cultivos de coca, alcanzó un álgido punto cuando el canciller ecuatoriano entregó al gobierno colombiano una nota de protesta por las fumigaciones. Ese mismo día la Defensoría del Pueblo de Ecuador solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), acciones contra Colombia por la aspersión de glifosato para destruir cultivos ilícitos. La Defensoría argumentó que se trata de "una violación a las normas de protección internacional de los derechos humanos".
En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, Luis Macas. En un comunicado de prensa del 15 de diciembre rechazó enérgicamente el reinicio de las fumigaciones en la frontera Ecuador-Colombia. Según Macas las fumigaciones constituyen una flagrante violación a los derechos humanos individuales y colectivos de las poblaciones de la frontera.
“La actitud oscura del gobierno de Uribe con las fumigaciones no sólo degrada a la biodiversidad, sino a los pueblos indígenas asentados en las fronteras y que se encuentran en peligro de extinción. Las fumigaciones atentan contra el derecho a la vida, a la salud, a la soberanía y seguridad alimentaria. A pesar de la suspensión por un año de las fumigaciones en el Departamento de Putumayo y de Nariño han afectado y afectan gravemente al pueblo indígena Awa, Kichuas, Cofanes, etc. de Ecuador y de Colombia”, sostuvo el presidente de la CONAIE.
Macas manifestó que el presidente Álvaro Uribe Vélez, “muestra un desprecio por la vida de las personas de la frontera y se burla del Ecuador al irrespetar el incumplimiento del acuerdo firmado en diciembre del 2005 de no fumigar en 10 Km. de zona de frontera”.
Señaló que el gobierno colombiano no ha hecho vigilancia epidemiológica y no ha tenido voluntada para adelantar una erradicación manual, también criticó duramente las afirmaciones según las cuales el glifosato no es perjudicial para la salud humana. “No sabemos con qué sustancias químicas están fumigando a los pueblos asentados en zonas de influencia de las fumigaciones mortales. El gobierno colombiano no responde por las muertes de ciudadanos en la frontera y la permanente violación de la soberanía nacional”.
Ante lo que considera una estrategia para responder a los intereses de Estados Unidos, exigió al gobierno ecuatoriano retirar a su embajador en Colombia, el cumplimiento de acuerdo y la suspensión definitiva de las fumigaciones en la franja de 10 Km. de zona de frontera.
Anunció que la CONAIE impulsará acciones para demandar a Colombia en cortes internacionales, solicitó a las Naciones Unidas realice estudios científicos imparciales sobre los efectos de las fumigaciones y se esclarezca los “pseudos informes de la CICAD”.
Finalmente hizo un llamado a los gobiernos de Ecuador y Colombia para que cumplan con las recomendaciones del Relator Especial de Pueblos Indígenas de la ONU en sus visitas a Colombia (2004) y al Ecuador (2006).