Últimamente, el tema del agua ha sido muy discutido. La propia Campaña de la Fraternidad 2004 trae este tema, pero, casi nunca, la discusión está orientada a las tierras indígenas. Un boletín del Instituto de Estudios Socioeconómicos (Inesc) analizó el tema en profundidad, resaltando, entre otras cosas, lo que para los indios no es una novedad: "los derechos consuetudinarios indígenas y los derechos constitucionales no han sido respetados, ni por los gobiernos ni por la sociedad nacional brasilera", como prevé la Constitución de 1988.

 

Según el boletín, los recursos hídricos en las tierras indígenas están siendo contaminados por residuos químicos derivados de la explotación minera, búsqueda de piedras preciosas y agricultura. Hasta la cantidad de peces está diminuyendo debido a la construcción de represas y transposición de ríos. Además de los daños ambientales, esas actividades han afectado la salud de las poblaciones indígenas. El documento resalta algo muy olvidado por la sociedad en general: el hecho de que el agua tiene, muchas veces, para varias comunidades indígenas, un significado espiritual. El agua está asociada a las creencias, ritos, en fin está totalmente asociada a la cultura de los pueblos, que hacen del agua el hilo entre lo visible y lo invisible. Desgraciadamente, las prácticas indígenas de gestión del agua son ignoradas en la elaboración e implementación de planes de desarrollo económico.

 

La situación en varios estados brasileros

 

A través de informaciones de organizaciones indígenas e indigenistas, además de la Funasa (Fundación Nacional de Salud), fueron recogidos datos sobre la situación del agua en varias regiones del país. En Ceará, casi todas las comunidades del pueblo Tremembé sufren con el problema del acceso al agua para atender a las necesidades básicas. Según el análisis, "la calidad del agua está afectada por deforestaciones, hidroeléctricas, lanzamiento de agrotóxicos por los fabricantes de productos derivados del coco, Ducoco Agrícola S.A. y represas para la cría de camarones". Esos y otros impactos detectados fueron denunciados por la comunidad este año, ya que nunca es comunicada sobre la implementación de los proyectos que terminan contribuyendo para el deterioro del medio ambiente en sus tierras.

 

A eso se suma el hecho de que, en ninguna de las áreas visitadas durante el diagnóstico, fueron encontradas placas de identificación, indicadoras de licencia ambiental por parte de la Superintendencia Estatal del Medio Ambiente (Semace).

 

En el caso de Espírito Santo, los problemas relacionados a los recursos hídricos devienen principalmente del monocultivo del eucalipto en amplias áreas e inclusive dentro de territorios indígenas. Los Guarani-Mbya y los Tupinikim son los pueblos más afectados por el problema. La flora nativa fue totalmente substituida por plantaciones de eucalipto y los cursos de agua, antes abundantes en peces, hoy están envenenados y sin peces.

 

En la región de Mato Grosso, se evidencia que la falta de respeto a los indígenas ya dura años. El boletín resalta que "los indios de la región de Chapada dos Pareci, municipio de Tangará da Serra,  enfrentan presión y problemas semejantes a los Xavantes y otros grupos indígenas acorralados por los frentes agrícola y maderero. Además de eso, hay noticias de que la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) aprobó varios proyectos de construcción de pequeñas hidroeléctricas en cursos de agua de ríos que sirven a las tierras de los Pareci".

 

A pesar de la evidente falta de respeto a las leyes que defienden la integridad de esos territorios indígenas, también existe la posibilidad de que dos decretos legislativos sean aprobados y legalicen tal falta de respeto. El primer decreto es de autoría del gobernador de Mato Grosso, Blairo Maggi (nº 121/99), que autoriza el aprovechamiento de los recursos hídricos del Río das Mortes, Araguaia y Tocantins, situados al margen o al interior de reservas indígenas, para el transporte de la cosecha agrícola.

 

El otro del senador Jonas Pinheiro (nº145/01), que autoriza el aprovechamiento de los recursos hídricos situados en las tierras indígenas en la región de Ponte de Pedra, en el estado de Mato Grosso, para el transporte de la cosecha agrícola y aprovechamiento de los potenciales energéticos.

 

Se percibe también que la mayoría de las comunidades indígenas alcanzadas por esos problemas están organizándose en el sentido de exigir que su integridad sea preservada, que los responsables sean castigados y que haya una recuperación del medio ambiente. En análisis del Inesc se resalta que todavía son pocos los medios legales a ser accionados para garantizar los derechos de los pueblos indígenas. Pero vale recordar el artículo 231, párrafo 2º de la Constitución nacional: "las tierras tradicionalmente ocupadas por los indios se destinan a su posesión permanente, cabiéndoles el usufructo exclusivo de las riquezas del suelo, de los ríos y de los lagos en ellas existentes".

 

Previsión negativa

 

Según datos de la ONU, en el 2025, 2.700 millones de personas podrán quedar sin agua. Brasil posee el 13,8% del agua dulce del mundo, pero el 70% de esos recursos están contaminados.

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