La Conferencia Nacional de la Tierra y del Agua, realizada en Brasilia entre los días 22 y 25 de noviembre, se ha constituido en un elemento de debate, celebración y fortalecimiento de las Organizaciones y entidades que luchan por la tierra, por la justicia y por la preservación medioambiental. Actualidad Étnica reproduce el manifiesto final por la tierra y el agua.
Los millares de trabajadores y trabajadoras rurales, sin tierras, agricultores familiares y campesinos, quilombolas, Pueblos Indígenas, pescadores artesanales, ribereños, quiebra-cocos, etc., además de debatir y evaluar las acciones gubernamentales, reafirmaron la urgente necesidad de una reforma agraria amplia, masiva y participativa. Es fundamental y urgente democratizar el acceso a la tierra, garantizar la autonomía de los territorios de los pueblos originarios, fortalecer la agricultura familiar y campesina, y garantizar el derecho al agua, el acceso a los recursos naturales, la producción de alimentos saludables, la soberanía alimentaria y la preservación de la biodiversidad.
La actual política macroeconómica prioriza altas tasas de intereses, de acuerdo con el FMI para alcanzar superávit primario, el pago de servicios de la deuda externa y las exportaciones, incentivando la expansión del agronegocio. Esas políticas acaban quitando los recursos de las políticas sociales, aumentando la exclusión, concentrando recursos y riqueza, beneficiando a los bancos y empresas transnacionales.
Esa política, formulada en el gobierno de Cardoso y mantenida en el gobierno de Lula, es la principal causa del agravamiento de la situación social y de la degradación medioambiental, con el mantenimiento de la pobreza y de las desigualdades y de porcentajes insustentables de desempleo, que afecta a un cierto de la población activa de las principales regiones metropolitanas. Esa política trae como consecuencia la escalada de la marginalización, de la criminalidad, de la impunidad y de la inseguridad en las grandes ciudades, afectando igualmente a la población rural.
Ejemplo de ello son los recientes crímenes cometidos contra los Sin Tierra en Minas Gerais y contra los Pueblos Indígenas en la reserva Raposa-Serra do Sol.
Es fundamental por tanto realizar un cambio profundo en la actual política macroeconómica, reduciendo las tasas de interés y el superávit primario. Utilizar esos recursos en programas de generación de renta y empleos, en la expansión de los servicios públicos como reforma agraria, educación, salud, vivienda popular, e inversión en infraestructura con la construcción de carreteras, saneamiento básico, energía, entre otras políticas sociales y ambientales.
Consecuentemente, los participantes en la Conferencia de la Tierra y del Agua exigen la promoción de una verdadera democratización social, económica y política a través de la valorización del comercio interno y de una política de distribución de la rente y la riqueza. Para desarrollar un nuevo proyecto económico y agrario, el actual gobierno debe:
· Realizar una reforma agraria amplia y masiva, destinando los recursos necesarios para implementar todas las metas del Plan Nacional de Reforma Agraria.
· Asentar, inmediata y prioritariamente, a todas las familias acampadas.
· Aplicar el principio de la función social de la propiedad de forma plena, enfatizando las exigencias del trabajo y ambientales como establece la Constitución, el proceso de desapropiación de las tierras por interés social para fines de la reforma agraria, y también actualizar, inmediatamente, los índices de productividad de la tierra.
· Fortalecer la agricultura familiar y campesina, retirando incentivos a los agronegocios, destinando recursos para crear o ampliar programas públicos de crédito y comercialización, procurando asistencia técnica gratuita y de calidad, en el camino de transformar ese segmento en el principal sector productivo en el medio rural.
· Implantar un programa de financiamiento y fomento de pequeñas agroindustrias asociativas y cooperativizadas en el medio rural.
· Aprobar el proyecto de Ley para confiscar todas las tierras que practican trabajo esclavo y mantienen trabajadoras y trabajadores en situación de esclavitud.
· Promover el respeto a los derechos humanos en las poblaciones rurales, especialmente en el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígena, de las comunidades negras y ribereñas, con el reconocimiento y la demarcación de las tierras colectivas de esas poblaciones.
· Crear inmediatamente, por decreto presidencial, la figura jurídica de la reserva de tierra de uso común y regularizar las unidades de conservación, beneficiando a todos los pueblos que viven de esa modalidad de uso tradicional de la tierra, fundo de pastos, geraizeiros, quiebra, cocos, ribereños..
· Prevenir y combatir todo tipo de violencia contra los pobres del campo, especialmente a través de la criminalización de las milicias privadas, y la condena a los autores y ordenantes de los asesinatos de trabajadoras y trabajadores.
· Apoyar programas de desarrollo agroecológico y de producción y control de las semillas por agricultores y campesinos, incluso creando y fortaleciendo un programa público de asistencia técnica y de investigación en agroecología y agrobiodiversidad.
· Asegurar la adopción del principio de precaución, adoptado por el estado brasilero al ratificar el Protocolo de Cartagena, prohibiendo la producción comercial de transgénicos, hasta que se tengan garantías de los riesgos para la salud y el medio ambiente, y exigiendo, conforme a la Constitución Federal, estudios de impacto ambiental para las investigaciones con organismos genéticamente modificados.
· Garantizar Agua y Energía, dos bienes estratégicos para nuestra soberanía, bajo el control y al servicio del pueblo brasilero, acabando con las privatizaciones y la mercantilización de esos bienes, y asegurando el derecho al agua y energía a toda la población, especialmente a las regiones más carentes de ellas.
· Priorizar recursos en investigación, desarrollo e implantación de fuentes energéticas alternativas, respetando criterios de economía y sustentabilidad ambiental, retirando los subsidios a las grandes empresas alectrointensivas.
· Garantizar el derecho humano a la alimentación saludable, asegurando la soberanía alimentaria del pueblo brasilero.
· Crear y/o fortalecer políticas públicas y gratuitas de salud, educación, asistencia social y seguridad social para el conjunto de la población, en especial garantizando la atención a la población rural.
· Garantizar la preservación de la biodiversidad, incluso manteniendo el control público sobre todos los bosques del país y creando mecanismos legales para combatir la biopiratería.
· Reformular y fortalecer el MDA, el INCRA, el CONAB, la EMBRAPA y los demás órganos relacionados con la reforma agraria, agricultura familiar y campesina, pueblos indígenas y negros, ampliando recursos y contratando nuevos servidores públicos.
Las y los participantes reafirman sus posiciones y disposición de lucha contra el ALCA, la OMC y el acuerdo MERCOSUR - Unión Europea que pretenden favorecer los intereses transnacionales y los países ricos. Reafirman sus luchas solidarias con los pueblos pobres y en la cooperación Sur-Sur.
Que lucharán por el desarrollo del derecho constitucional de decidir en plebiscito popular todos los temas importantes de la sociedad, conforme a la propuesta de la OAB-Conferencia de Obispos.
Las y los participantes reafirman y convocan a toda la población brasilera a manifestarse a favor de la auditoria de la deuda pública cumpliendo el texto de la Constitución, de la reforma agraria, de la agricultura familiar y campesina y del respeto a la autonomía de los pueblos originarios, incluso sus luchas por el dominio de sus territorios.
Se Comprometen a buscar una relación diferente, respetuosa e integral, con la Tierra, el Agua y todos los seres vivos, a través de una lucha por cambios profundos en la estructura de propiedad de la tierra y las relaciones sociales, creando una visión de la tierra, agua y naturaleza como bienes universales y no productos de mercado o simples medios de producción o negocio.
La lucha y el compromiso de las y los participantes de la Conferencia Nacional Tierra y Agua es por la construcción de un proyecto de sociedad justa, igualitaria, solidaria, democrática y sustentable.