El pueblo de Chalcatzingo  está ubicado en el altiplano central de México, un sitio de interés arqueológico que tiene como uno de sus mayores atractivos el Museo de Chalcatzingo, que en adelante será administrado por la propia comunidad indígena.

 

Atrás, quedaron las trifulcas. Hoy Chalcatzingo es otro, un pueblo dispuesto a aceptar la responsabilidad de custodiar y administrar un museo que no sólo los ha llevado a revalorar su riqueza cultural e histórica, sino que además los hace vislumbrar un mejor nivel de vida en comunidad.


La mañana de ayer miércoles, le fue entregado a esta comunidad el Museo de Chalcatzingo, un lugar en el cual el visitante podrá descubrir las maravillas que encierra este sitio arqueológico, único de origen Olmeca en el Altiplano Central, así como el alma e identidad de un pueblo.


La zona arqueológica de Chalcatzingo, Morelos, un sitio con tres mil años de antigüedad, que reúne impresionantes bajorrelieves tallados en piedra, que fue enclave de rutas comerciales y que tuvo influencia de las culturas Olmeca y Teotihuacana, enfrentaba hasta hace poco serias dificultades para su conservación debido al crecimiento de la región.


Los ejidatarios que cuentan con tierras dentro del perímetro de la zona arqueológica tenían mucho tiempo exigiendo tanto al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como a los gobiernos municipales y estatales, alternativas de desarrollo económico, dado que la ley no les permite sembrar ni vender en dichos terrenos. Después de un año de negociaciones y propuestas concretas, hoy la comunidad de Chalcatzingo tiene a su cargo un museo, un museo que administrarán los mismos ejidatarios que el año pasado pusieron un ultimátum a las autoridades para resolver sus demandas.


«En nombre de la comunidad agradezco al gobierno del estado, pero nosotros no sólo pedimos el apoyo, también pusimos nuestro trabajo para que esto fuera una realidad. La zona ha estado olvidada por años, queremos darle realce y por ello seguimos pidiendo apoyo del gobierno y del INAH, queremos un beneficio para la comunidad», apuntó Alfredo Zárate, presidente de la Asociación Civil Museo de Chalcatzingo.


Por su parte, Alejandro Martínez Muriel, coordinador nacional de Arqueología del INAH, reconoció que a pesar de ser un sitio realmente importante, Chalcatzingo no ha sido atendido como tal, por lo que ahora es el momento de impulsarlo. Señaló que tras 30 años de abandono en materia de investigación, la zona está siendo excavada nuevamente, por lo que en breve se tendrán nuevos datos sobre este sitio. Mencionó que muchas de las culturas de Mesoamérica surgen a partir de la influencia Olmeca, por lo que es el momento de impulsar y poner en el mapa a Chalcatzingo. «Es un compromiso del INAH continuar con la investigación para entender mejor el sitio», apuntó, además, lamentó que este sitio no haya sido valorado hasta ahora.


«El México moderno no puede disociar la conservación del patrimonio de la alianza con las comunidades y el INAH no puede estar ajeno a la alianza con la comunidad. La emoción nos invade por estar en estas montañas sagradas que serán testigos de este acto», afirmó Edgardo García Carrillo, coordinador nacional de los centros INAH, quien recordó a los ejidatarios que el INAH es su aliado y se comprometió a continuar con la asesoría y el apoyo para que este proyecto prospere.


La importancia de Chalcatzingo ahora en su museo


Alberto Salazar Hernández, especialista de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, explicó que el visitante podrá descubrir, en una museografía sencilla pero clara, la importancia de este sitio, sus distintos periodos y la vida actual de la comunidad, sin embargo, reconoció que el 70 por ciento de la información hace referencia a la Cultura Olmeca.


Ya que de acuerdo con los investigadores Mario Córdova Tello, responsable del sitio, y Giselle Canto Aguilar, investigadora del Centro INAH-Morelos, sólo en el área nuclear de la Cultura Olmeca (Veracruz y Tabasco) se pueden encontrar elementos arquitectónicos y escultóricos con una calidad expresiva y de la magnitud de Chalcatzingo, Morelos.


Descubierta en 1934 por la arqueóloga Eulalia Guzmán, Chalcatzingo es una de las siete zonas arqueológicas abiertas al público en el estado de Morelos, donde se han detectado cerca de mil 200, pero en la que, debido a la influencia recibida de la Cultura Olmeca, se cuenta con petroglifos de inigualable belleza artística en el Altiplano Central mexicano.


Además, en las áreas exploradas, no más del 10 por ciento de toda la zona arqueológica, se han encontrado alrededor de 30 monumentos, entre petroglifos, estelas y esculturas en piedra, así como unos 150 entierros que datan desde el Preclásico Temprano, en 1500 a.C., hasta el apogeo de Chalcatzingo, entre los años 700 y 500 a.C.


Un nuevo uso para la tierra


Hasta hace 10 años eran comunales los terrenos de la zona arqueológica, pero representantes e integrantes del ejido decidieron lotificar el área. De las 20 hectáreas que conforman la poligonal del asentamiento prehispánico de Chalcatzingo, 14 han sido lotificadas y de entonces a la fecha se ha generalizado la instalación de cercas de alambre de púas, la construcción de casas-habitación, sembradíos en la plaza principal y acciones inapropiadas para su conservación.


El crecimiento de la región sobre el asentamiento prehispánico, era entonces similar al de las colonias urbanas. Justo por ello se decidió que las autoridades del INAH, específicamente de las áreas arqueológica y jurídica, entablaran pláticas con los ejidatarios para que se continuara permitiendo el ingreso al público y a los investigadores, y con el propósito de que no se realizaran más actividades inconvenientes para la conservación de Chalcatzingo, tales como la instalación de alambrados de púas o los cultivos en la plaza principal.


El recinto, ubicado en el municipio de Jantetelco, Morelos, surgió como una necesidad presentada ante el INAH por los ejidatarios dueños de las parcelas que se encuentran en dicha zona arqueológica, como una medida compensatoria ante los impedimentos de utilizar su tierra, debido a la presencia de vestigios arqueológicos.


El museo fue creado para ser administrado por los ejidatarios, quienes para el efecto se constituyeron bajo la figura jurídica de Museo de Chalcatzingo AC. Durante cuatro meses, recibieron capacitación, que incluyó el recorrido por distintos espacios en el estado, entre ellos: museos, ex haciendas, zonas arqueológicas y la Ceramoteca del Centro INAH-Morelos
El compromiso para crear el museo surgió en agosto de 2003, a partir de un diseño presentado en octubre de ese mismo año por la representación del INAH en el estado. Su construcción fue posible gracias a la participación del gobierno de la entidad y al apoyo del municipio de Jantetelco.


Cuenta con 120 metros lineales de exposición y contendrá fundamentalmente cerámica de la época de ocupación más remota hacia el año 1300 a.C. La museografía del recinto fue elaborada a partir de investigaciones realizadas en este año, las cuales abrieron nuevas líneas de estudio -que serán publicadas en cuanto concluyan-, y que favorecen una relectura de las últimas excavaciones realizadas hace 30 años cuando se descubrió la zona.


A través de las vasijas se puede observar la iconografía olmeca que refleja la vida ritual de los habitantes de Chalcatzingo en esa época. Además, se contempló para su protección, el traslado de relieves en piedra que se ubicaban al aire libre expuestos a la erosión natural.
La colección se compone de 229 piezas que se encontraban en custodia del INAH desde la década de los años setenta, además de las piezas que se han obtenido de la temporada de excavación en el presente año y una pieza denominada La dualidad que se exhibía en el Museo Histórico del Oriente de Morelos, que se ubica en la ciudad de Cuautla, a cargo del INAH.
 

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