“Ni Tut, Ni Wajaw, chajare xkan awe’, chajwari xoj a toj chi jer’e, chajwari jere’ nakor ke’ chi re’ xkan awe’ ma taret ta’.  Re’ na’, a pom, a candela, a chaj, a saqom ma xkayew ta awe’, re’ na re’ qa tojb’al maq.  O re’, wili kajchi a kujtam ke’ rej nakilom take bijom, chi ru’um kisajq, kij take a wij a mam, a wakun a wixkin, kajxhi ki kivi ru’um i neb’ail”. (Poqomchi)

 

Qa nan Qa tat  uwech ulew, juyub taq taq’aj su xqab’an chawe, suche ri tojb’al siblaj kex xqatojo wene kabij chaqe ri siblaj kex qabanom chawe. Wene xa sach ri qa q’aq ri qa pom, ri qa chaj’  puwi taq juyub taqaj.  Wene xa kab’ij chike ri q’inomab’chi rumal ri  puaq, rumal ri kichomb’al ri kiqaslemal,  siblaj taq awiy a mam xi kamik,  xkina kexkol, pa taj jaaj kolb´al xoquje siblaj xielkanoq chpam ri mebail kot kiwa kot ri kik’a. (Kiche)

  

“Madre y Padre Naturaleza, que te hemos hecho y porqué nos pagas así, nos estarás diciendo que te duele lo que te hemos hecho.  O tal vez porque no hemos hecho nuestras ceremonias, con pom, con candela, con ocote, no te hemos dado luz o de repente estas diciendo a los ricos de Guatemala, que por su ansiedad de poder, muchos de tus hijas e hijos, se están muriendo por la pobreza y la miseria”. (Castellano)

 

Estas podrían ser las palabras de nuestros abuelos y de nuestras abuelas mayas, si los desastres del huracán Stan, hubiera sucedido en su época y en sus tiempos. Es más, nos estuvieran llamado la atención, porque no se ha hecho nada por resolver el problema de la pobreza y de la miseria en nuestra Guatemala, sufrida, explotada, humillada, discriminada.

 

El huracán Stan solo nos demuestra las dos grandes Guatemalas, la de los pobres y la de los ricos, la de la ciudad y del área rural, las del centro y de la periferia.  Solo nos demuestra que a pesar de tener sendos acuerdos de paz no se ha podido crear un programa de desarrollo social, consistente y permanente.  Si es que aún se puede hablar de desarrollo, porque a mi entender eso no existirá, mientras unos pocos tienen el podes en sus manos.

 

El huracán Stan, demostró que no solo debe haber resarcimiento económico, sino también social y cultural, es decir, que los ricos, nos devuelvan lo que se han llevado y que si a ellos les interesa conservar su guatemalidad, primero deben resolver el problema de pobreza en nuestros país.

 

Mayas Eternos

 

Hace más de cinco mil años, Guatemala comenzaba un proceso de desarrollo muy importante, prueba de ello son los grandes templos y las grandes ciudades, que ahora los arqueólogos han estado descubriendo.  Estos templos eran acompañados de grandes producciones científicas, entre los que se destacan: la matemática, la astronomía, la medicina, la religión, la danza y las artes, la agricultura, entre otras.

 

Prueba de esta producción científica, son los códices, los grandes templos y grifos, esculpidos en piedras, la gran cantidad de documentos que fueron quemados por Diego de Landa en Yucatán, los títulos y otros libros que todavía conocemos como: el Popol Wuj, los Anales de los Kaqchikeles, el Memorial de Sololá, el Titulo de Totonicapán, el Titulo de los Señores de Kajkoj, entre otros.

 

Todos estos documentos, estaban vinculados a una forma organizativa que estaba relacionado a una forma diferente de ver el mundo y la vida.  Esta organización, estaba constituido en  kalpules, tinamit y komon.  Esta forma organizativa, buscaba la forma de mantener la cosmovisión que tiene como principio mantener la interrelacionalidad y la complementariedad de todo: comunidad, antepasados, divinidad, familia y naturaleza.

 

Estos principios (complemento e interrelación), obligaba a todos a caminar bajo los principios de armonía y equilibrio, los mismos que ayudaban a mantener el equilibrio con la naturaleza, que aunque se sufrían calamidades eran superados, sobre todo cuando esto se complementaba con la idea de colectividad.

 

Esta colectividad permitía superar todas las crisis, pero además, ayudaba a vivir en solidaridad que a la vez, fortalecía los lazos comunitarios.  Es allí en donde se comprende el papel que juega la comunidad como elemento cohesionador, que imprime pertenencia e identidad a lo maya a las personas.

 

Esta forma de vida se rompe primero con la colonia, luego con la independencia y por los diferentes programas políticos que se han implementado en el país y ahora, por los embates del neoliberalismo, que ya no ve, el significado cosmogónico de la madre naturaleza, sino solo su sentido económico y mercantilista.

 

A pesar de todas las formas de exclusión y discriminación que han sufrido los mayas, siempre han mantenido sus propias formas de ver el mundo y la vida y de esta manera se les puede considerar “los mayas eternos”

 

La pobreza en territorio maya

 

Aunque algunos intelectuales y académicos especialistas en estudios mayas, afirman que durante la historia del pueblo maya antes de la invasión española, hubo muchos conflictos y guerras, estas se llevaban a cabo respetando ciertas normas y valores de la cosmovisión maya.  Es decir, que siempre se buscaba la armonía y el equilibrio y en beneficio del bien común y de todo el entorno.

 

Pero estas normas, después de la invasión española y luego por las diferentes políticas aplicadas para hacer desaparecer a los mayas, algunas fueron cambiándose y transformándose, pero manteniéndose algunas de ellas, que ayudaban a vivir en colectividad y a defender a la madre naturaleza.

 

Con la invasión española inicia la pobreza en los mayas, después de ser dueños de todo el territorio, se convirtieron en colonos, mano de obra barata, trabajadores de fincas y haciendas.  Las tierras, pasaron en manos de los encomenderos y de los repartidores y en manos de la iglesia, que en tiempos de la colonia, era la mayor terrateniente.

 

Esto se fortalece con la independencia, con el aparecimiento de otra clase social –los criollos-, quienes siguen con el saqueo, que aunque respetan las pocas tierras comunitarias que quedaban, pero comienza mucho más fuerte la pobreza y la usurpación del territorio indígena.

 

Poco a poco, los mayas comenzaron a ser pobres, la relación Estado-Iglesia de esa época, se fortalece y comienza la etapa de discriminación y racismo. Todos los gobiernos que se sucedieron, aunque algunos, como lo que sucede en la época liberal, expropian las tierras a la iglesia, estas no son repartidas a los pobres, sino que promueve el ingreso de extranjeros que comenzarían a explotar la madre tierra. 

 

Después de mucho tiempo, comienza la guerra interna en Guatemala.  Treinta y seis años de guerra, en donde la política de tierra arrasada, hizo que el ejército de Guatemala, quemara montañas completas en todo el territorio.  Empobreciendo mucho más a la madre tierra.  Pero una catástrofe natural, como el “Terremoto de 1976”, descubre las dos Guatemala: la de los pobres y la de los ricos”. 

 

Los acuerdos de paz, se pensaban que era como el camino para la reconstrucción del país.  Pero al quedarse en papel y sin voluntad de los gobiernos de turno, no ha resuelto en nada la situación de pobreza, al contrario después de la guerra, se ha agudizado mucho más.  Aunque, Guatemala ha subido algunos escalones en el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, esto en la realidad no ha cambiado en nada.

 

Después de la firma de la paz, otro hecho natural descubre de nuevo la pobreza.  El huracán Mitch.  También nos presentó las dos caras de Guatemala.  Pero, después del desastre hubieron promesas, como los que hoy se hacen.  Pero, nuevamente nos damos cuenta, que ni los acuerdos de paz, ni los programas de reconstrucción, ni los proyectos de conservación del ambiente, ha resuelto el problema de los guatemaltecos y las guatemaltecas.

 

La pobreza nuevamente sale a luz pública, con este huracán.  Tenía que ser la Madre Naturaleza, quien nos recuerda que las riquezas siguen en pocas manos en Guatemala.  Que los ricos no han sido capaces de desprenderse de lo que por derecho les corresponde a los pobres.  Que ahora, con las concesiones mineras y otras formas de explotación no solo de la Madre Naturaleza, sino también de los hermanos y hermanas mayas, cada vez seremos más pobres.

 

Entonces, la pobreza de los mayas, es histórica, pero está relacionada con el aparecimiento de los imperios extranjeros en nuestro país.  Esta relacionada con la llegada de los colonizadores españoles, alemanes y desde algunas décadas de los colonizadores norteamericanos.  Entonces la pobreza, es el efecto de la discriminación y exclusión a la que han sido objeto los mayas desde hace muchos siglos. 

 

El huracán Stan en tierras mayas

 

Según el calendario maya, este año lo rige el Ajaw Iq.  Este año, denota desde su origen un desarrollo de huracanes, vientos fuertes, mucha lluvia, temblores, etc., pero lamentablemente por el abandono de ciertas prácticas mayas, ni el gobierno, ni las organizaciones mayas, lograron entender esta situación.

 

Si el Estado y sus asesores, tuvieran la sensibilidad de tomar en cuenta las recomendaciones de los ancianos y ancianas mayas, se hubieran resuelto muchas cosas, pero por las políticas de discriminación y exclusión que se promueve dentro del Estado, no pueden escuchar, creo que a esto se refiere el Popol Wuj, cuando habla de la creación de los hombres de madera y de barro, que no sentían y no pensaban.

 

Si Stan nos demuestra las dos Guatemalas, la de los pobres y la de los ricos, la de la ciudad y la del área rural.  También nos tiene que abrir los ojos, para que veamos porque muchos estamos en contra de las políticas neoliberales, en contra de las concesiones mineras.  Porque, está claro que la destrucción de la Madre Naturaleza, no es obra de los pobres, sino de aquellos que ostentan el poder económico, político y militar en Guatemala.

 

Un nuevo desastre natural, nos pone en sintonía con nuestros abuelos y abuelas, cuando nos recomendaban no dañar a la madre tierra.  Siempre hay que verla como una madre que llora sangre cuando se le destruye y se comienza a vengar de nosotros y desgraciadamente quienes sufren son aquellos que nada tienen que ver con su destrucción.

 

El futuro?

 

Qué futuro les espera a quienes sufrieron los efectos de huracán.  El gobierno dice que son más de 600 muertos, pero para las organizaciones sociales, son mucho más, más de un millón de damnificados, huérfanos, viudas, casas destruidas, aldeas soterradas.  Nuevamente estamos al frente de comunidades “fantasmas”, que solo hablaran cuando se escriba sobre ellos o cuando las personas las recuerde.

 

El futuro es incierto, sobre todo si no se crean políticas no solo para la reconstrucción del país, sino crear programas de desarrollo social.  Será incierto, si quienes ostentan el poder económico, político y militar, no comprendan que no solo “basta con golpearse el pecho” en navidad o semana santa o llamarse cristianos, porque donan algunas limosnas a las iglesias, o porque crean fundaciones de beneficencia, sino que hay que entrar en un verdadero programa de desarrollo social del país.

 

Guatemala, para que salga de la pobreza no basta con crear programas de apoyo o comisiones de diálogo.  Se saldrá de la pobreza cuando está no se politice por el gobierno, los grupos de poder y los partidos políticos.  Se saldrá de la pobreza cuando hay una justa y equitativa repartición de los bienes del Estado.

 

El futuro de Guatemala, no está en las manos de los poderosos, está en las manos de los pobres, quienes con sus líderes deben demandar que cese ya la usurpación de recursos, la explotación de las riquezas y la politización de los derechos.

 

Si Stan demostró las dos Guatemala, también demostró que el gobierno no tiene ni la capacidad y ni la voluntad para resolver los problemas del país.  Se demostró en la poca atención que le dieran a los lugares afectados, como: San Marcos, Sololá, Huehuetenango, principalmente.

 

También demostró que solo cuando los pobres crean en los pobres se saldrá de la pobreza, porque serán una fuerza de cambio.  Lo demostraron al donar vìveres, medicina, vestuarios. Quienes más llegaron a los lugares de acopio fueron pobres y no los ricos.  Estos últimos comenzaron a promover sus leches, sus aguas purificadas, comidas enlatadas.

 

En resumen, Guatemala, no saldrá de la crisis del huracán solo dando los vìveres y otras, cosas.  Saldrá, cuando se crean programas de educación y salud apropiados a las necesidades de las comunidades, cuando se repartan las tierras equitativamente, cuando se dejen de conceder las minas y los recursos de los mayas.

 

En una sola palabra Guatemala, saldrá del shock del huracán, no solo con programas psicológicos o cuando se desentierren a quienes quedaron soterrados. Saldrá de este trauma, cuando se promueva el desarrollo social con justicia y equidad. Se saldrá del shock, cuando se considere a los pobres, “seres humanos”.



(*) Maya poqomchi, guatemalteco, filosofo, teólogo y antropólogo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 
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