Cerca de 12 mil trabajadores, campesinos e indígenas de distintas edades, desde Canadá hasta la Patagonia,  se dieron cita en la ciudad de Mar del Plata para mostrar su resistencia contra la doctrina neoliberal y defender el derecho a sus tierras ancestrales, de manera paralela a la IV Cumbre de las Américas realizada por esos días en el país del sur. Como producto de una serie de talleres, conferencias y foros temáticos realizados durante cuatro días, las comunidades indígenas emitieron la Declaración Final de la III Cumbre de los Pueblos de América, en la que rechazaron enérgicamente, el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA.

 

Y es que es precisamente el ALCA, fue uno de los puntos más álgidos del debate, según dijo en conferencia de prensa, Beverley Keene, miembro de Jubileo Sur Américas, una de las cientos de organizaciones que participaron de la III Cumbre de los Pueblos.

 

La “contracumbre”, como fue denominada esta oposición a la reunión de 34 presidentes del continente en esta ciudad costera, también pidió se respete las formas y estilos de vida de los pueblos indígenas, como mecanismo eficaz para erradicar la pobreza, la marginación, la exclusión social y la política.

 

En esta tercera versión de la Cumbre de los Pueblos se ratificó la oposición de los participantes frente a cualquier intento de relaciones comerciales que beneficien a países y empresas poderosas, tales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLC; el Plan Puebla Panamá, PPP; la Iniciativa Regional Sudamericana; IIRSA; y desde luego, el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA.

 

En el documento de 10 puntos, elaborado por los representantes de las comunidades indígenas de América, quedó claro el descontento que produce la presencia de tropas de Estados Unidos en el continente, “no queremos bases ni enclaves militares. Condenamos el terrorismo de Estado Mundial de la Administración Bush que pretende regar de sangre las legítimas rebeldías de nuestros pueblos”, dejaron consignado en la Declaración.

 

Así mismo, la Declaración, liderada por Arthur Manuel, de la tribu canadiense Sushwap, destacó la urgencia de parar con la destrucción de la naturaleza, que de continuar en explotación llevaría a la “privatización, la distribución y comercialización del agua potable; se estimula la apropiación y privatización de nuestras reservas acuíferas e hidrográficas, convirtiendo un derecho humano como es el acceso al agua en una mercancía de interés de las transnacionales”. De igual forma, se hizo evidente su rechazo a la extracción de los recursos naturales, la destrucción de los bosques y la contaminación del medio ambiente.

 

La declaración final, que también va en contra de la  Ronda de Doha, la cual busca otorgar más poderes a la Organización Mundial del Comercio, OMC, dice además que " hay que anular toda la deuda externa ilegitima, injusta e impagable del Sur, de manera inmediata y sin condiciones".

 

El documento, fruto de la contra-cumbre, se generó luego de una multitudinaria marcha y un acto en el Estadio Mundialista, en el que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez hizo suficientes arengas para asegurar que el ALCA "quedaría enterrado para siempre". En este mismo espacio, el presidente Chávez propuso la creación de una Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA, con la que se pueda impulsar procesos alternativos de integración regional.

 

Para Awkán Huilcamán, dirigente mapuche chileno, quien se disputa la presidencia de su país, aseguró que la declaración de la Cumbre de las Américas "carecerá de legitimidad" porque excluye a los indígenas. "Los acuerdos económicos avanzan rápidamente, pero no hay voluntad política para reconocer los derechos de los pueblos originarios", aseguró a medios locales.

 

  

Esta es la tercera vez que los delegados de los pueblos originarios, que representan a unos 50 millones de indígenas en América, se reúnen en esta cumbre. Las anteriores reuniones se han efectuado en Santiago de Chile y en Québec. La exigencias de los pueblos convocados se basan en que son “pueblos preexistentes a la creación de los actuales Estados, por lo que ejercemos y reclamamos el reconocimiento de nuestro derecho a la libre determinación como Pueblos, a fin de decidir nuestra organización política y nuestro propio desarrollo económico, social y cultural”.

 

  

Si desea conocer el texto completo de la Declaración Final de la III Cumbre de los Pueblos de América haga clic en el siguiente vínculo:

  

http://www.etniasdecolombia.org/documentos/DeclaraciónFinalTerceraCumbredelosPueblos2005.pdf

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