La hoja de coca, nacida en los suelos latinoamericanos, puede ofrecer una solución a los problemas nutricionales de los paÃses pobres del tercer mundo, que en algunas poblaciones son tan altos como los registrados en paÃses africanos reconocidos mundialmente por sus ascendentes tazas de desnutrición. En 1975 un estudio realizado por la Universidad de Harvard y citado en “Últimas noticias de la cultura Quechua†de Quechuanetwork, reconoce que la hoja de coca contiene nutrientes tales como proteÃnas, hierro, calcio, fósforo y vitaminas en mayores cantidades que otros productos de uso cotidiano en la zona andina y que se consideran importantes por sus aportes nutritivos a la dieta diaria. Por ejemplo, la hoja de coca tiene más Calcio que la leche, tanto fósforo como el pescado, más hierro que la espinaca. 100 gramos de hojas de coca superan los requerimientos de calcio, hierro, fósforo, vitamina A, vitamina B2 y vitamina E recomendados por la Organización Mundial de la Salud para una persona.
A todas las anteriores virtudes se suma que su cultivo no necesita mayor acondicionamiento de tierras, que requiere menos agua, y que en el año pueden recogerse tres o cuatro cosechas, sin mencionar sus usos médicos como efectivo coagulante. Cuando se piensa en la hoja de coca surge siempre el problema de la cocaÃna que contiene, hay que decir que ésta, junto con los otros catorce alcaloides de la hoja -que además son muy útiles en medicina e investigación cientÃfica, cosmética, industria alimentaria- conforman sólo el 0,8% a 1,3% de cada hoja y que además se inactiva para su uso como “droga†en el proceso de elaboración de productos alimenticios como pan, galletas, bizcochos y harinas para enriquecer otros alimentos.
De otra parte, el cultivo y procesamiento de la hoja de coca podrÃa convertirse en una fuente empleo y desarrollo industrial, pues la fabricación de jabones, pasta de dientes, ungüentos, bebidas, chicles, insumos en cosmetologÃa, industria alimentaria, requerirÃa la intervención de numerosas personas, competencias y conocimientos. Asà mismo, el cultivo de la hoja de coca podrÃa convertirse en una herramienta para combatir el narcotráfico, herramienta superior a la implementación de cultivos alternativos, pues ningún otro como el de la hoja de coca contiene los ingredientes emocionales y culturales que constituyen la identificación de los campesinos con su tradición, sin mencionar el impacto que su hoja de coca pueda tener en el empleo y la alimentación de su propia zona.
Paradójicamente, la Convención Única de Estupefacientes de la ONU, en 1961, prohÃbe el consumo de la hoja de coca con el fin de combatir la drogadicción, tal como si se prohibiera la caña de azúcar, las uvas, las papas o la cebada, para evitar el alcoholismo. Sin embargo, la misma Convención crea un artÃculo para que los fabricantes de cierta “bebida oscura†puedan tener prácticamente el monopolio mundial de la hoja de coca como saborizante.
SÃntomas y consecuencias de la desnutrición infantil
Según un estudio realizado por D. E. Barret, los niños que padecen desnutrición crónica muestran apatÃa, pobre atención, reducida sensibilidad social, dificultad para tolerar la frustración, bajos niveles de actividad, escasa iniciativa, ansiedad, irritabilidad y alta dependencia de los mayores o de malos hábitos. Cuando estos niños llegan a la escuela, obtienen bajos rendimientos académicos, lo que les impide alcanzar mejores metas en su vida adulta como aspirar a empleos que dignifiquen su condición de seres humanos.
De este modo se cierra entonces el cÃrculo de la pobreza: no pueden alcanzar mejores empleos porque carecen de aprendizajes superiores para desempeñarlos, no devengan lo suficiente para satisfacer las necesidades primarias de sus hijos y éstos también padecerán la desnutrición.
Las consecuencias negativas de la desnutrición superan los casos individuales y pernean todos los órdenes de la vida social, y esto se hace evidente en informes como el emitido por el “Comité de Acción para la Seguridad Alimentaria†del SELA, donde se afirma que más de 30 millones de niños de Latinoamérica no llegarán a cumplir 5 años de edad por problemas fÃsicos y psÃquicos; que entre 50 y 60 millones de caribeños y latinoamericanos no tienen acceso al consumo mÃnimo de alimentos, y que el total de personas desnutridas suman los 130 millones.
La deficiencia de calcio, mineral abundante en la hoja de coca, origina una deficiente mineralización ósea y dental, deficiente contracción muscular, irritabilidad nerviosa, fatiga, falta de concentración, inapetencia, estreñimiento o diarrea, insomnio, trastorno de la función respiratoria, predisponiendo asà a infecciones de dicho sistema y a la complicación de estas. En este orden de ideas, la falta de oxigenación cerebral que produce la carencia de hierro (también abundante en la hoja de coca) en los primeros años de vida provoca un pobre desarrollo del cerebro, generando deterioro en la capacidad mental, asimismo reduce la resistencia frente a las infecciones y disminuye la capacidad para realizar esfuerzo fÃsico.
La hoja de coca surge entonces como una opción cercana para que los pueblos latinoamericanos puedan por fin combatir el flagelo de la desnutrición, y por qué no, eliminar el estigma del subdesarrollo con seres humanos mejor alimentados y más competentes para desempeñarse y transformar el mundo actual.