“La Nación chilena es una e indivisible”. Así quedó plasmado en el polémico proyecto de reforma constitucional y Pueblos originarios que fue votado y aprobado por unanimidad por la cámara de diputados el martes pasado. Las reacciones en contra de la votación no se hicieron esperar. Los pueblos originarios rechazan el “texto poco serio, que no contempla la participación de los pueblos indígenas”, afirmaron.

Los dos temas principales que se discutieron durante la sesión extraordinaria  del congreso convocada por el presidente Lagos, fueron el proyecto sobre subcontratación, y la reforma constitucional que reconocería a los pueblos indígenas. Sin embargo, diversas organizaciones mapuches e indígenas en general consideran que se trata de un texto "diluido, que limita los derechos colectivos; introduce conceptos de relaciones forzadas de chilenización, evitando establecer derechos sobre tierras, territorios, participación política, autodeterminación, acceso y control de los recursos del suelo y subsuelo y la protección de la propiedad intelectual".

A través de una declaración pública justo antes de la votación, el Consejo de Todas las Tierras, que agrupa a comunidades mapuches del sur de Chile, manifestó que el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas debe constituir un consenso de diálogo entre los destinatarios y no una decisión unilateral del Parlamento.

 

Por su parte, la agrupación Konapewman de Temuco, aseguró que el debate en la Cámara de diputados no estaba encaminado al reconocimiento constitucional de la preexistencia de los Pueblos con sus propias características sociales, culturales y políticas, sino que el objetivo es consolidar “Nación como única e indivisible, la chilena, lo que marcaría la instalación de una Constitución política fascista y racista”.

 

Señaló también que tampoco se está reconociendo y garantizando los Derechos colectivos, económicos, sociales y culturales de los Pueblos, y que no se garantizó el diálogo con organizaciones y comunidades representantes de los Pueblos originarios. “Quieren fusionar a los Pueblos originarios a la Nación chilena o sea, nos quieren hacer pasar gato por liebre y eso no se puede aceptar”, puntualizó Konapewman al informativo Mapuche Mapuexpress.

 

Los pueblos originarios del norte también habían manifestado su rechazo al proyecto, ya que no incluye ningún principio elemental relativo a la autodeterminación y la participación de los Pueblos Indígenas.

 

Ante la inminente aprobación del proyecto en un país donde el 10% de la población pertenece a los pueblos originarios, diferentes grupos indígenas Mapuche protestaron en la ciudad de Temuco, en frente de la intendencia de la Novena Región, sede del Gobierno Regional. Durante los enfrentamientos con la fuerza pública que incluyeron bombas lacrimógenas y piedras, el líder mapuche Aucan Huilcaman fue detenido.

 

El Consejo Autónomo Aymara y el Consejero Nacional Aymara Arica declararon públicamente su rechazo a la detención de Aucan Huilcaman, werken del Consejo del Consejo de Todas las Tierras y todos los  dirigentes detenidos en la ciudad de Temuco.

 

Rechazaron la  represión causada por parte de carabineros, la violencia innecesaria que utilizaron contra mujeres, dejando niños  heridos. “Esta situación manifiesta la desprotección de nuestros derechos fundamentales como pueblo indígenas, donde legítimas demandas indígenas se pretenden anular con la fuerza y el poder” aseguran en la declaración.  

 

Hortencia Hidalgo Cáceres y Richard Fernandez Chavez en representación del Consejo Autónomo Aymara y el Consejo Nacional Aymara Arica, hicieron un llamado a las organizaciones y comunidades de los pueblos indígenas a sumarse a las actividades de rechazo al texto y “la violencia ejercida contra los hermanos mapuches y a no dejarse engañar con las manipulaciones desesperadas del circo electoral”.

 

Aucan Huilcaman ha sido fuerte opositor del polémico proyecto, afirmando que la iniciativa es un "esfuerzo que está intentando hacer la Concertación... pero para ganar votos”. Según declaró el dirigente a El Mostrador.cl el proyecto ideal debe reconocer los derechos al territorio, a la participación política, al acceso a los recursos y a la autodeterminación, y no limitarse a admitir que en el país existen etnias.

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