El cultivo de la Hoja de Coca ha sido un tema álgido en Latinoamérica, pues su condición ilegal para esta parte del Continente, contrasta de manera evidente con la autorización que la trasnacional gringa, Coca Cola tiene para su compra. El candidato a la Presidencia del país Inca por el partido Unión Por el Perú (UPP), Ollanta Humala, presenta varios argumentos para sustentar la permanencia de los cultivos de la Hoja de Coca en su país.

 

Humala sostiene que una de las mejores formas para defender la autonomía y la integridad peruana es la proliferación indiscriminada de los cultivos de coca, pues argumenta que los efectos nocivos de la cocaína son responsabilidad exclusiva de los Estados Unidos. Según, el artículo escrito por el economista Hugo Cabieses para ALAI-AMLATINA, Humala también sustenta su posición en el hecho de que los agricultores cocaleros se dedican a esta actividad por necesidad económica y por razones culturales, más no por fortalecer las redes del narcotráfico.

 

La posición de Humala contrasta de palmo a palmo con la situación real del Perú, pues el país Inca, produce unas cantidades de coca que superan el consumo tradicional y su industrialización benéfica, situación que además está enmarcada por las políticas de erradicación que el gobierno nacional y los Estados Unidos implementan de manera contundente. Además, el único espacio para el incremento de estos cultivos sería la selva, que no es apta para la agricultura de exportación por su fragilidad ecológica y de suelos.

 

En el mismo artículo ya referido, se presenta la posición, que sobre el mismo tema presenta el presidente electo de los bolivianos, Evo Morales, quien plantea dialogar sobre las diferentes ideas que cada uno de los pueblos andinos tienen y la racionalización de la producción de la Hoja de Coca. Según Morales es necesario implementar estudios científicos sobre su industrialización y una producción que respete el ecosistema y sea más óptima.

 

Acota Morales, de igual manera, que un punto importante a tener en cuenta es que en Bolivia la coca es legal, pero en otros países no y sugiere que debe retirarse de la lista de venenos que desarrolló Las Naciones Unidas. Este argumento lo sustenta con investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que demuestran el beneficio de la hoja de coca para el ser humano.

 

De otra parte, el presidente boliviano expresó para el diario La Prensa de La Paz, Bolivia, que “la lucha contra el narcotráfico no puede seguir siendo una excusa para que Estados Unidos ejerza un control sobre los gobiernos y los recursos de América Latina”, que está de acuerdo con la erradicación de la cocaína y su tráfico, pero no con la extinción de la coca y los cocaleros, agregó.

 

Finalmente es importante conocer las conclusiones a las que llega el economista peruano Hugo Cabieses, después de analizar las posiciones de los dos políticos latinoamericanos, y que sustentan también la posición personal que él tiene con respecto a la situación de la hoja de coca en América Latina:

 

1) La coca es compleja y tiene tres dicotomías: coca no es cocaína, productor de coca no es delincuente y consumidor de coca no es drogodependiente.

 

2) La coca tiene cinco caracteres: elemento central de identidad cultural andino-amazónica; cohesivo social y de buenas costumbres; lubricante social y energético para faenas comunales y caminatas; caja chica y de inversión de la economía campesina; materia prima para su transformación-industrialización benéfica; y, materia prima para la producción de drogas. Esto último debe ser controlado, social y estatalmente, para combatir su tráfico ilegal.

 

3) Revalorar la coca internacionalmente, lo que quiere decir retirarla de la Lista 1 de Estupefacientes de la ONU.

 

4) Limitar y racionalizar su cultivo y producción hasta lo estrictamente necesario para el consumo tradicional e industrial benéfico y, por supuesto, respetar la cantidad de cocaína necesaria para usos terapéuticos.

 

5) Los países andinos deben discutir, aprobar e impulsar una política de Estado sobre coca y drogas, no sobre drogas con la coca subordinada al rol de ser fumigada y eliminada.  No debe impulsarse la Política de Estados Unidos por ineficaz y por ser una estrategia para el control de los recursos naturales de la Amazonía: gas, petróleo, agua, maderas, recursos biogenéticos, principios activos de plantas y animales, culturas autóctonas, conocimientos ancestrales.[1]



[1] Tomado del artículo “Todo sobre la coca”. Revista Debate Agrario Nº 39 de diciembre de 2005.

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