Promover un Observatorio Latinoamericano del Agua, respaldar al  Gobierno  de Brasil para que el agua se excluida de la OMC, proponer consultas populares  frente a la privatización del agua, y brindar solidaridad con los gobiernos frente a las amenazas de las empresas de este recurso, fueron algunos de los acuerdos a los que se llegó en el Encuentro por una Nueva  Cultura del Agua – Fortaleza. El evento se desarrolló en Brasil entre el 5 al 9 de diciembre 2005.

 

Durante el encuentro se puso de manifiesto las graves consecuencias que traerían la ejecución de mega-proyectos propuestos en América latina, los cuales pondrían en riesgo los principios de la sustentabilidad, tanto en lo social como en lo ambiental y lo económico, y que exigen de manera previa un amplio debate público basado en una información cualificada y clara. La conexión de los ríos Negro y Orinoco en la Amazonía, el Plan Puebla-Panamá o Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), son claros ejemplos de esta amenaza.

 

Los académicos y líderes sociales de 35 países reunidos, realizaron una declaración de fortaleza basada en que el agua es esencial para la vida en el planeta y la necesidad de reivindicar el acceso al agua sana como un derecho humano. Según el documento, “Los ecosistemas deben ser gestionados éticamente, con participación y bajo la responsabilidad de las comunidades y de las instituciones públicas, de manera que se garantice la conservación del agua y el derecho humano al agua potable y al saneamiento ecológicamente adecuado“.

 

También se recalcó que la gestión democrática y sustentable del agua en el continente se ve directamente en riesgo debido al “modelo de globalización impuesto por instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial, BM y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, así como por los diversos tratados bilaterales y multilaterales, basados en pretendidos argumentos de libre comercio”. Este espacio también sirvió mostrar la solidaridad con denuncias concretas de graves ofensas a los derechos humanos y a la sustentabilidad de los ecosistemas, especialmente  en América Latina.

 

 

De acuerdo con la declaración, producto del Encuentro, en la actualidad más de 1.300 millones de personas no tienen garantizado el acceso a agua potable, lo que origina una muerte cada 7 segundos. Con el ánimo de detener esta realidad hicieron un llamado para aunar esfuerzos para seguir en la lucha solidaria por la superación de la crisis del agua en América Latina y en el mundo.

 

 

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