El Frente de Protección de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) identificó esta semana la tala ilegal de madera en Acre, región fronteriza ubicada entre Brasil y Perú. Esta acción fue puesta al descubierto por la misma naturaleza, ya que tablones de caoba bajaron por el río  Envira hacia el territorio brasileño desde Perú debido a una creciente de estas vertientes.

 

La tala que se registró en zona peruana afecta a diversas poblaciones, ya que en la región donde nace el río Envira habitan aisladamente una gran variedad de pueblos indígenas, entre los más significativos están los Masko Piro, pueblo que legalmente pertenece al territorio peruano, pero debido a su condición de nómadas, permanecen en constante movilizaciones entre Brasil y Perú.

 

Uno de los grandes conflictos que puede desatar esta tala ilegal son enfrentamientos en el territorio peruano entre indígenas y madereros, esta intranquilidad la expuso la Coordinación General de Indígenas Aislados de la Funai (CGII), quien además también teme que estas acciones ilegales se trasladen al país vecino de Brasil.

 

La FUNAI esta solicitando que más regulación y sensibilización del tema por parte del gobierno peruano ya que el área donde se encontró la zona de explotación es territorio oficial de los indígenas Masko Piro, y ésta reserva fue establecida por el gobierno peruano; sin embargo se solicitó apoyo al gobernador de Acre Jorge Viana, por parte del  coordinador de la CGII, José Carlos Meirelles, para que se realice un sobrevuelo en la región del paralelo 10º, en las cabeceras del río Envira y a partir de esto establecer cuánto territorio ha sido explotado. Esta verificación ya había sido realizada por la FUNAI, en diciembre del año anterior, y arrojó que no existía invasión a tierras brasileñas.

 

Otra gran preocupación para CGII se debe a que los indígenas que habitan esta zona practican la dinámica de migraciones estacionales, esto significa que aprovechan y habitan los recursos naturales de las zonas altas del río Envira (lado peruano) durante la época de lluvias, y se desplazan río abajo (lado brasileño) durante la época seca; pero debido a los problemas recientes y a que han sido desalojados de Perú, se están quedando en territorio brasilero, lo cual tiene implicaciones sociales ya que inician una invasión de territorios de otras comunidades y es posible que todo esto se desate en un conflicto mayor como enfrentamientos entre los mismos.

 

SERVINDI, medio de comunicación especializado en asuntos étnicos, afirmó que es posible que la presencia de madereros en la zona alta pueden generar una presión sobre el territorio de los aislados y empujarlos de manera permanente hacia el lado brasileño, donde empezarían a buscar alimento y espacios. Esto puede ocasionar  la invasión del territorio de otras poblaciones indígenas cercanas, enfrentamientos y muertes.

 

La FUNAI aseguró que ya se han registrado graves antecedentes y conflictos como causa del mismo tema, ya que anteriormente pueblos indígenas han sido aislados como ocurrió a fines de la década del 90, cuando el norte de Madre de Dios se llenó de madereros que produjeron uno de los mayores saqueos de madera de los últimos tiempos. Situaciones como ésta fueron denunciadas por la Federación Nativa del río Madre de Dios y afluentes (FENAMAD) ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en julio de 2005.

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