Silvia Ribeiro, investigadora de Grupo ETC, sección México, expuso que el pasado 16 de febrero culminó  la “consulta pública”, actividad realizada por el gobierno de México a través de la Secretaría de Agricultura, en ésta se tocó el tema sobre la liberación del maíz transgénico. Ribeiro afirma que esto fue una traición que fue más allá  de los pueblos indios: “además es una traición a  todos los campesinos y todos los que trabajan, consumen, y viven con el maíz”.

 

El servicio Informativo "Alai-amlatina", publicó el artículo realizado por Silvia Ribeiro, donde la investigadora pronuncia su desacuerdo con el gobierno, afirma que fue una mal llamada “consulta pública”, ya que no es otra cosa que las solicitudes que presentan tres empresas  multinacionales, Monsanto, Pioneer- Dupont y Dow,  para experimentar con siete tipos de maíz transgénico, en campos de dos  instituciones públicas: el Cinvestav y el Inifap.

 

El maíz es uno de los tres cultivos más importantes del mundo, y este producto representa una base muy importante en la dieta de los ciudadanos mexicanos, para los indígenas y campesinos de la Red en Defensa del Maíz, no hay nada que les pudieran  enseñar a los que tienen 10 mil años de experiencia con el maíz, además agregan, que se le podría llamar  "Proyecto de Muerte del Maíz", ya que es una coartada para permitir que las empresas  multinacionales legalicen la contaminación transgénica del maíz nativo con sus semillas  patentadas que han provocado deformaciones en las  plantas y conllevan riesgos de salud para todos.

 

Según la investigadora, la propaganda que favorece a este tipo de semilla modificada genéticamente, puede traer graves consecuencias en la salud de quien lo consume, y expuso que en noviembre del año pasado, la institución de investigación científica más importante de  Australia cerró un proyecto de 10 años y más de 2  millones de dólares, luego de comprobar que un transgénico que estaban desarrollando creaba alergias, hipersensibilidad cutánea y hasta daños  pulmonares en ratas de laboratorio. Ribeiro reitera que la conclusión  más alarmante fue que el tipo de pruebas que  habían realizado para tomar la decisión de cerrar ese proyecto no se han aplicado a ninguno de los  cultivos transgénicos que las empresas tienen en  circulación.

 

Por otra parte, la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería realizó el taller de reflexión sobre efectos del maíz transgénico, en marzo del 2002 en donde los científicos presentaron un documento en el que concluyeron que basados en pruebas realizadas por distintas agencias reguladoras del mundo, no existía la certeza científica de que las variedades de grano modificado actualmente disponibles en el mercado representen un riesgo a la salud humana.

 

Los afectados con este tema, consideran que el Gobierno mexicano esta atropellando los intereses de los campesinos, los indígenas y la soberanía alimentaria de su país, y lo hacen  solamente para garantizar sus inversiones, además alegan que esta “consulta pública” no fue legal porque no tiene sustento en la Ley Monsato sino en otra norma anterior que no está vigente, según informó Alejandro Nadal en el artículo publicado el 8 de febrero de 2006 en el periódico “La Jornada”.

 

Incluso, Ribeiro, sostiene que aún si la “consulta pública” hubiera estado dentro de los marcos legales no podría cumplirse ya que no está involucrando a todos los afectados o interesados: no poseía equidad de información, ya que pocos estaban enterados; para conocer sobre el tema se debía ir a un sitio de Internet al cual los más afectados que serían campesinos e indígenas en su mayoría no tienen acceso; y por último estaba abierta sólo por veinte días y se debía elaborar una carta “sustentada técnica y científicamente”.  

 

¿Será que los campesinos e  indígenas de México, principales interesados y  afectados, tienen una computadora conectada en sus milpas, visitando diariamente el sitio de Senasica para poder enviar sus preocupaciones?, ¿Será que para los funcionarios tendría algún valor, que quienes han creado el maíz y es sustento de sus vidas y culturas resuman su vastísimo conocimiento expresando, como el pueblo huichol que "el maíz es nuestra madre, el maíz es  nuestro alimento, el maíz es sagrado. No sabemos  hablar bien el español, pero sí sabemos hablar  con el maíz", y que por eso se nieguen  rotundamente a que ese maíz sea violado con  transgénicos?, les cuestiona a las autoridades la investigadora Silvia Ribeiro.

 

En última instancia es deber del gobierno de cada país velar por la seguridad de sus habitantes, sobreponiendo ésta a cualquier interés económico, los afectados por esta técnica del maíz transgénico han manifestado claramente que esto no esta sucediendo.

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