A pesar de que muchos de los niños indÃgenas nacieron en el Distrito Federal, siguen enfrentando los mismos problemas que sus padres al emigrar de sus lugares de origen: discriminación, hambre y enfermedades derivadas de la mala alimentación, según el diagnóstico del Consejo de Consulta y Participación IndÃgena de la demarcación. La delegación Cuauhtémoc concentra el mayor número de población indÃgena migrante en la ciudad de México.
Niños indÃgenas migrantes en el DF se quejan de discriminación en la escuela
Por: Ãngel Bolaños Sánchez
Publicado por: www.jornada.unam.mx
Compañeros, e incluso algunos maestros se burlan de su forma de hablar, dicen. También padecen mala alimentación y problemas de salud: delegación Cuauhtémoc.
La delegación Cuauhtémoc concentra el mayor número de población indÃgena migrante en la ciudad de México: alrededor de 11 mil personas, de las cuales 60 por ciento son menores de edad, y aun cuando muchos de ellos nacieron en el Distrito Federal, siguen enfrentando los mismos problemas que sus padres al emigrar de sus lugares de origen: discriminación, hambre y enfermedades derivadas de la mala alimentación, según el diagnóstico del Consejo de Consulta y Participación IndÃgena de la demarcación.
Sin embargo, ellos tienen la voluntad de salir adelante, como es el caso de Marlen Mendoza Ascencio, quien estuvo a punto de abandonar la primaria cuando cursaba el sexto grado, debido a las burlas de sus compañeros e incluso de algunos maestros, por su falta de dominio del español. Hoy está a punto de concluir la secundaria, y quiere ingresar al Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM. Por su destacada participación en diversos foros sobre los derechos de los niños y las niñas indÃgenas, fue seleccionada para asistir a un encuentro en España con menores de pueblos originarios de diferentes partes del mundo.
Recuerda que a los siete años de edad se separó de su abuela en San Juan Tetelcingo, en el estado de Guerrero, para alcanzar a sus padres en la ciudad de México. Al llegar aquà solamente hablaba náhuatl y poco a poco aprendió el español. "La gente que discrimina a los indÃgenas está mal, no sabe lo que es ser mexicano, porque antes de los españoles y los mestizos ya estábamos nosotros los indÃgenas", subraya.
Luis Abraham Aguilar Ruiz, coordinador del Consejo de Consulta y Participación IndÃgena en Cuauhtémoc, quien trabaja con grupos de migrantes en cinco de los 15 predios en los que se concentran -algunos de ellos en condiciones de riesgo-, admite que la discriminación sigue siendo un problema, pero persiste también la mala alimentación, pues es común que solamente coman una vez al dÃa, y consumen muchas golosinas y refrescos, por lo que enfrentan problemas de desnutrición y las enfermedades que se derivan de ésta.
Ayer la demarcación organizó un festejo a los niños indÃgenas, con teatro guiñol, música, juegos y actividades lúdicas. AllÃ, Irene MartÃnez, indÃgena triqui proveniente de San Juan Copala, Oaxaca, narró que llegó a la ciudad de México a los 15 años con sus papás, y a sus 27 años tiene cuatro hijos: Humberto, de 10 años; EstafanÃa, de siete; Marcelino, de cinco, y Blanca Yssel, de año y medio. Viven en un conjunto habitacional en la colonia Doctores, junto con otras 63 familias, y sobreviven con un ingreso semanal de 500 pesos, en promedio, producto de la elaboración de artesanÃas, que venden en la Alameda Central. Sus tres hijos mayores estudian, pero también tienen que trabajar con ella en la elaboración de artesanÃas.
Irene admite que a sus hijos no les enseñó su lengua materna, aunque reconocen algunas palabras, pero en la escuela a la que asisten, la AgustÃn Rivera, ubicada en la colonia Roma, no les dan libros en triqui, solamente en español.
Marlen, al salir de la secundaria, mientras su padres venden sus artesanÃas afuera de la estación del Metro Balderas se dirige a un centro de dÃa, que atiende a niños en riesgo de calle; allà come, realiza sus tareas y actividades recreativas, y por la tarde regresa a su casa, en Balderas, en un predio rescatado por el programa de vivienda de alto riesgo estructural, donde habitan 12 familias nahuas. Piensa que en la ciudad de México, a pesar de la discriminación, es posible salir adelante, siempre y cuando cuente con el apoyo de sus padres.