Las últimas elecciones presidenciales en Bolivia fueron la manifestación más evidente de la voluntad ciudadana por perfeccionar la democracia con la inclusión de las características propias de cada cultura existente en este país. Para ser más simbólicos, la elección de Evo Morales, con una mayoría indiscutible, fue la materialización del sentido mítico de la chakana, o cruz andina: “vamos todos juntos, que nadie quede atrás, que a nadie le falte nada, que todo alcance para todos”.

La elección de Evo Morales y su próxima posesión en la primera magistratura Boliviana evidencia, según el politólogo Raúl Prada, la posibilidad que los pobres, de dos en dos, de cien en cien, de a mil y de a millones, encuentran para reevaluar un modelo de pobreza que los desnaturaliza como seres humanos autónomos.

De otra parte, el panorama que Morales encuentra al asumir el poder está marcado por una segmentación regional, étnica y social, cada vez con más riesgo de segmentación; como también encontrará las consecuencias del neoliberalismo en un país que no está preparado para competir con el mercado internacional, ni con poner en él sus principales productos como la hoja de coca. No se puede olvidar, por supuesto, que si bien es cierto que el 70% de la población boliviana es indígena, también enfrenta la cifra alarmante de un quinientos por ciento en el incremento del desempleo, datos que develan la situación de pobreza en la que viven la mayoría de los bolivianos.

Según el politólogo Raúl Prada, en información emitida por ALAI – AMLATINA, Bolivia es la muestra contundente del agotamiento del modelo neo liberal, que se fundamenta en la competitividad, en la individualidad, en las certificaciones externas, postulados totalmente opuestos a los que rigen las perspectivas del MAS y de Evo Morales, que empezarán a trabajar en pro de la equidad, la solidaridad y la autodeterminación interna para construir modelos económicos y políticos que permitan la recuperación de la soberanía y la autonomía del Estado.

Prada afirma, que el fenómeno ocurrido en Bolivia con la elección del Aymará Evo Morales para Presidente de la República, debe analizarse no como un factor que entra a formar parte del concierto político mundial, cada vez más enmarcado en los modelos políticos predominantes. Este nuevo giro de la democracia debe entenderse como el espacio que el MAS, reunión de comunidades, barriadas, pueblos y organizaciones sociales, ha ganado para convertirse en un instrumento de organización social, de administración y de legislación.

Finalmente, la elección de Evo Morales se ha convertido en una de las tantas evidencias del anhelo que los bolivianos, y en general los latinos, tienen de vivir como seres humanos autónomos desde sus propias individualidades.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar