El Pueblo Mapuche, uno de los originarios de América del Sur, ha logrado que en Argentina se le reconozca dentro de la Constitución Política Nacional. Una sólida y bien articulada movilización social y cultural ha sido la estrategia para lograr este fenómeno político en el país gaucho. En América Latina la diversidad cultural es uno de las características distintivas a nivel mundial, y las diferencias entre pueblos en ocasiones han generado disputas y segregaciones en las que los más débiles y las minorías resultan afectados negativamente. Es así como el pueblo Mapuche, que tradicionalmente habita en la región austral del continente, siendo numeroso en sus territorios, ha venido luchando legendariamente por la conservación de su cultura y por el reconocimiento político y social.

El derecho Mapuche se acaba de incorporar a la Constitución de la provincia Neuquén en Argentina y una realidad bicultural empieza a gestarse. Este es un suceso de alta relevancia, no sólo para Argentina, sino para todo el continente, porque el derecho de este pueblo no se encuentra bajo la dominación de ningún poder del Estado, condición que le otorga a la comunidad Mapuche autonomía del oficialismo, que pretendía establecer mecanismos para continuar dominándolo. De otra parte, esta inclusión de la legislación Mapuche a la provincia Neuquén produce una transformación radical del Estado, del monoculturalismo al biculturalismo intercultural.

Es importante resaltar que esta victoria jurídica y política se gestó en el proceso de movilización y organización de este pueblo indígena, que durante todo el curso de la reforma constitucional fue subestimado pero que por la constancia y claridad de sus acciones logró su reconocimiento y el posicionamiento ante las multinacionales petroleras, que hasta este momento habían realizado la explotación del crudo ignorando las normas establecidas por los mapuche.

Para evitar las manipulaciones de los grupos de poder, las autoridades originarias del pueblo Mapuche se desplazaron desde sus lugares de origen hasta la Convención Constituyente, donde se discutía la propuesta que habían hecho. La presencia de estas autoridades, definitivamente fue la que obtuvo el resultado final, pues no permitieron que se variaran sus objetivos ni en el más mínimo detalle. Posteriormente, la movilización de cientos de mapuches, provenientes de sus territorios comunitarios fue el acto que cerro con boche de oro que cerró esta etapa enmarcada por el sueño de reconocimiento mapuche y por la represión policial y la manipulación del oficialismo.

Finalmente, las lágrimas, los gritos de júbilo y la tranquilidad de sentir que de ahora en adelante sus tradiciones y su integridad como personas va a ser respetada en Argentina, es el resultado más significativo de todo ese proceso político y social que cambió la historia de las comunidades indígenas en Argentina.

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