Mauricio Acosta, indÃgena de Colombia, expuso que un tema constante en las producciones de video indÃgena es la opresión, las masacres, la persecución y el despojo. El comunicador, manifestó el riesgo de su profesión, al igual que el de los 112 mil indÃgenas Nasas. Amenazas de muerte, riesgos de desaparición, ausencia de financiamiento en sus producciones asà como casi nulo espacios para difusión de sus filmes, fue el común denominador expresado en el Encuentro de Comunicadores, celebrado en el marco del VIII Festival Internacional de Cine y vides de los Pueblos IndÃgenas, que concluyó el viernes 9 de junio, en la ciudad de Oaxaca, México.
Denuncian comunicadores riesgos en su trabajo. Concluye Festival de Cine y Video IndÃgena
Fuente: AIPIN
Amenazas de muerte, riesgos de desaparición, descalificaciones hacia su trabajo, ausencia de financiamiento en sus producciones asà como casi nulo espacios para difusión de sus filmes, fue el común denominador expresado en el Encuentro de Comunicadores, celebrado en el marco del VIII Festival Internacional de Cine y vides de los Pueblos IndÃgenas, que concluyó el viernes 9 de junio, en la ciudad de Oaxaca, México.
Videoastas, productores, realizadores y periodistas indÃgenas, de 23 paÃses, acudieron a Oaxaca a este festival, donde se inscribieron 222 producciones de 23 paÃses desde Canadá, pasando por México hasta Argentina, España, India, Australia y Senegal.
Para Juan José GarcÃa, quien junto con Guillermo Monteforte y Carlos Plascencia fueron los responsables del festival, el encuentro tuvo entre otros propósitos, sensibilizar a la comunidad internacional del rol de los pueblos indÃgenas en el resguardo del conocimiento, el equilibrio del medio ambiente y en sus aportes al desarrollo universal. Todo esto, mostrado a través de la imagen. De acuerdo con los promotores el Encuentro de Comunicadores IndÃgenas, dio continuidad a la reflexión y los esfuerzos que los pueblos vienen realizando desde hace años.
Mauricio Acosta, de Colombia, expuso que un tema constante en las producciones de video indÃgena es la opresión, las masacres, la persecución y el despojo. El comunicador, manifestó el riesgo de su profesión, al igual que el de los 112 mil indÃgenas Nazas, conocidos como paeces, de la Asociación de Cabildos IndÃgenas del Norte del Cauca, quienes enfrentan el plan oficial de pacificación, que se traduce en el exterminio de estos pueblos.
“Debemos construir un plan de vida, hay muchas otras cosas que contarâ€, apuntó, para contrarrestar las pretensiones genocidas del gobierno colombiano. Otra de las quejas, se refirieron a que un importante número de productores de video, cine o televisión, continúan viendo a los indÃgenas como objetos de estudio.
En este encuentro se abordaron temas como las estrategias de trabajo emprendidas por las realizadoras y realizadores, el financiamiento, la ética y la estética del cine y el video indÃgenas, el impacto polÃtico y social del trabajo audiovisual, asà como los obstáculos y opciones que se presentan con relación a los medios convencionales.
Por su parte, Fernando Anza, del pueblo Aimara de Chile, del Centro de Comunicación e Investigación, dio a conocer los riesgos que enfrenta las sociedades indÃgenas de ese paÃs, destacando la escasa información de las aguas explotadas por la industria minera, pero más grave, las minas plantadas en la dictadura de Augusto Pinochet, asà como la desmedida persecución de dirigentes indÃgenas, como es el caso de los mapuche.
Anza, dio a conocer que como videoastas o comunicadores, sufren la persecución policÃaca por dar a conocer lo que pasa en sus comunidades, y más cuando insisten en el reconocimiento de sus pueblos y comunidades al agua y en general a toso los recursos que se asientan dentro de sus territorios.
Durante su exposición en la mesa de procesos de video indÃgena, que abordó las estrategias de estos comunicadores, tanto Mauricio como Anza, coincidieron con Mari Corea de Brasil, Gregory Coyes de Canadá, Franklin Gutiérrez de Bolivia y Mariano de México, en que los medios masivos de comunicación, han creado un mundo virtual donde como en Colombia, ante el plan de muerte impuesto por el Estado, los indÃgenas generan un plan de vida.
Y en Colombia, anunció Acosta, las regiones más ricas son usadas por grupos paramilitares, mientras pueblos enteros son desplazados de sus lugares de origen. Ante esto, manifiestan, el video indÃgena se expresa como al resistencia ante la opresión.
Por su parte, los mexicanos, señalaban que el uso de las nuevas tecnologÃas de información y comunicación, son un instrumento valioso en su lucha de resistencia, autonomÃa, libredeterminación y recuperación de sus territorios.
Mariano Estrada de Xinich, reportó de la descalificación del gobierno federal hacia los movimientos sociales y exhortó a buscar mejores caminos para conciliar los intereses regionales, como pueblos, dejando de lado las facciones de grupos.
También, varios participantes, criticaron la poca sensibilidad de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos IndÃgenas (CDI), hacia el tema, criticando el desmantelamiento de los Centros de VÃdeo IndÃgena, uno de los programas impulsado por el extinto Instituto Nacional Indigenista (INI), en la década de los noventa.
Ética y estética no son aislados
Otro de los puntos abordados en el V Encuentro de Comunicadores IndÃgenas, es el de la Etica y Estética del VÃdeo IndÃgena. Las formas de entender la ética y la estética del video indÃgena, tiene sus divergencias y coincidencias, como todo aquello que sucede en el mundo indÃgena, opinaron expositores en la mesa.
Mientras que para Mauricio Acosta, indÃgena Paes de Colombia, el “concepto video indÃgena aún es un tema en construcciónâ€, para Marcos Sandoval, Triqui de Oaxaca, “no puede existir una ética y estética del video indÃgena, si los realizadores indÃgenas no tienen claridad ideológica†al momento de producir sus videos.
La ética y la estética indÃgena no pueden verse como hechos aislados, afirmó Jaime Luna, indÃgena zapoteco de la Sierra Norte de Oaxaca, sino que forman parte de un todo que le es inherente a cada individuo, en concordancia con el entorno del cual forma parte; de ahà que el video sea sólo una muestra de esta visión que se encuentra marcada por la defensa de la naturaleza y la tierra.
En ese mismo sentido se expresó VÃctor Masayesva, indÃgena Hopi de Estados Unidos, quien pone el énfasis en que el concepto “rebasa el uso de la cámara y el punto de vista†desde el cual se retrata la realidad. Insistió en que el objetivo de la producción de video indÃgena cruza por la integración y defensa de la comunidad y el territorio.
Afirma que, en su caso, no existe una predisposición o trazo de un objetivo especÃfico al momento de producir un video, sino que procura registrar el hecho siempre atento a las manifestaciones de la propia realidad y orientar el registro hacia una comunicación espiritual en la cual el resultado final pueda mover a la emoción de quien lo vea.
Por su parte, VÃctor Corelli de Brasil señaló que los trabajos audiovisuales deben ser de excelencia técnica y de contenido y no conformarse con provocar lástima. Reconoció que el video es una expresión polÃtica donde caben todo tipo de manifestaciones, como el arte, la cultura o la denuncia.
No obstante, enfatizó que de poco servirán esos videos si tan sólo “están dirigidos para aquellos que ya conocen y apoyan a los indÃgenas. Se debe provocar un shock en aquéllos que no apoyan, sensibilizarnos y romper fronterasâ€.
Durante el V Encuentro de Comunicadores IndÃgenas, al cual asisten productores, realizadores y comunicadores indÃgenas del continente americano, mayoritariamente, fueron evidentes los diferentes procesos de reflexión acerca de la importancia de la producción de videos indÃgenas y la manera en que se circunscriben en un proyecto de comunicación.
Indios de primer y de tercer mundo
AsÃ, mientras los indÃgenas Cree de Canadá tienen el control de una televisora nacional aborigen, desde el año 2000, a través de la cual transmiten un 70 por ciento de material relacionado al mundo indÃgena del mundo y 40 por ciento del mismo es producción propia, en Colombia los indÃgenas Paes trabajan con una emisora de radio, un equipo de video, un equipo de Internet y un equipo responsable de la tarea editorial, “mientras debemos pensar en qué comer y dedicarnos a otras tareas de subsistenciaâ€, acotó Mauricio Acosta.
De ahà que las preocupaciones y tareas sean distintas. En tanto para los canadienses es motivo de atención la calidad técnica del material producido y la profesionalización de sus creadores y técnicos –“si voy a grabar una cuestión indÃgena, procuro conseguir al mejor camarógrafo indÃgena, con la mejor cámaraâ€, puntualizó Gregory Coyes, indÃgena Cree de Canadá- para Mauricio Acosta, indÃgena Paes de Colombia “la comunicación es una necesidad urgenteâ€.
Los rasgos histórico-culturales de los distintos pueblos, determinan su realidad actual y con ello la concepción, apropiación y utilización de las herramientas de comunicación como son el video, la radio o las nuevas tecnologÃas de la información y la comunicación.
Para Mauricio Acosta, la experiencia que se vive en Colombia, donde el gobierno ha impulsado lo que él denomina “un plan de muerteâ€, los motiva –como comunicadores indÃgenas- a utilizar las herramientas de comunicación para “crear conciencia dentro y fuera de las comunidades†a través de la denuncia, como una forma de “resistencia a la opresiónâ€. Asimismo, asumen la tarea de contraponer lo que llama “un plan de vidaâ€, en el que se destaquen las acciones de desarrollo de los propios pueblos indios de Colombia.
A decir de VÃctor Masayesva, concebir a la comunicación indÃgena, a través del video, como una acción de resistencia, no niega el abordar los temas a través de los ojos de la espiritualidad, sino que son acciones complementarias; y respecto al debate sobre la calidad técnica o de contenido de las producciones de video indÃgena se pronunció por atender al mensaje y a la emoción que provoquen en los espectadores indÃgenas y no indÃgenas, sin importar el formato en que se hayan grabado.
Finalmente, Marcos Sandoval valoró que espacios como el VIII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos IndÃgenas, que se desarrolla en la ciudad de Oaxaca, México hasta el 9 de junio, sirven para los diferentes creadores del video indÃgena compartan un espacio de reflexión acerca de los usos de esta herramienta de comunicación.
“Los videoastas indÃgenas se han centrado en la producción de documentales sobre el entorno de sus comunidades, quizá se deberÃa experimentar más con otros géneros aún inexplorados como el drama, la ficción o el humorâ€. Estas también son formas expresivas que romperÃan con la dominación ideológica de que son objeto los pueblos indios, indicó.
Concluye muestra
El VIII Festival Internacional de Cine y video de los Pueblos IndÃgenas, llegó a su conclusión. Los organizadores informaron que la muestra recorrió en una primera fase, más de 80 comunidades indÃgenas de Chiapas, Guerrero, Yucatán y Oaxaca. Los habitantes de municipios como San Andrés Larráinzar, Chemax, Ixtlán, Santa MarÃa Zoogochii, Cuajinicuilapan, Caballo Rucio, Arroyo Frijol, Huautla de Jiménez, MatÃas Romero, Soledad de Juárez, La Ventosa e Ixtepec, fueron ávidos y gozosos testigos de la diversidad cultural del mundo.
Según reportan, la respuesta de estas comunidades frente a la proyección de pelÃculas y videos, fue de asombro ante las diferencias que existen entre los pueblos de la tierra y de verdadera fascinación ante las similitudes que los pueblos mismos tienen; manifestaron gran indignación ante las injusticias denunciadas en los materiales exhibidos y expresaron su inquietud por apropiarse de los medios audiovisuales para contar sus propias historias.
Estas proyecciones en comunidad fueron acompañadas por realizadores y comunicadores indÃgenas de distintos paÃses. En la ciudad de Oaxaca se presentaron la Muestra Oficial y ocho especiales de Australia, Canadá, Estados Unidos, Senegal. Dentro de estas circularon obras en la pantalla sobre la mujer indÃgena, de 1930 a la fecha, y que revelaron una problemática vigente en cuanto a la perspectiva de género. Además, hubo videos que fueron disfrutados por las niñas y niños de la otrora Verde Antequera.
Destacó el filme del senegalés Mansour Sora Wade, director de la pelÃcula “El precio del perdón†. Él dijo que en su paÃs, el primer presidente afirmaba que el desarrollo tiene como base a la cultura. Por otra parte, además de la belleza poética de su trabajo cinematográfico, comentada por muchos espectadores, Alexandra Halkin, de Promedios de Comunicación Comunitaria, señaló que la representación de Ãfrica en VIII Festival era necesaria para tender puentes de comunicación entre ese continente y Latinoamérica.
Los pueblos Xavante, Tzotzil, Quechua, Lakota, Mapuche, Aymara, Pehuenche, Amuzgo, Lebu, Purépecha, Tsiman, Me´phaa, Cree, Maya, GuaranÃ, Mixe y muchos otros, iluminaron con intensidad las pantallas oaxaqueñas.
Mariano Estrada, tzeltal, miembro del Comité de Defensa de la Libertad IndÃgena, Xi´ Nich, planteó que lo fundamental es realizar un trabajo incluyente. Es decir, desarrollar materiales que motiven a la reflexión y apoyen los procesos de educación, de salud y la práctica real de los derechos humanos, y que esto le sirva a todo mundo.
Proveniente de una realidad muy distinta a las vividas en Latinoamérica o Ãfrica, en cuanto a la tecnologÃa se refiere, Gregory Coyes del pueblo Cree en Canadá, se refirió a los mecanismos que han asegurado el acceso de su pueblo a la comunicación satelital. Pero ahora se pregunta sobre quiénes son los espectadores.
En cuanto a la ética y estética indÃgenas se registró una animada polémica. Jaime Luna, zapoteco de la Sierra Juárez, comentó que existe el riesgo de asumir como propia una discusión que debe estar fuera de la cosmovisión indÃgena. Quebrarse la cabeza entre la forma y el contenido es adoptar “una visión homólatra, en la que todo se valora a partir del hombre; ahà priva el poder, la necesidad de control y la indiferencia por el entorno natural, estas ideas corresponden a la cultura occidental. VÃctor Masayesva, hopi, refirió que “de donde vengo, sà tenemos el concepto de propiedad, pero con la distinción de que lo realizado pertenece al clan y no a un individuoâ€.
Virgilio Caballero, periodista, dijo que el VIII Festival era un importante acontecimiento cultural para los pueblos, para México y particularmente para Oaxaca y aseveró que los medios privados en el paÃs trabajan de espaldas a la cultura popular y a las realidades sociales, prácticamente desaparecen de la pantalla a la sociedad mexicana. En este contexto, denunció que con la complicidad de autoridades y legisladores el gobierno entregó con la llamada “Ley Televisa†el control casi absoluto de las señales de radio y televisión a unas cuantas familias.
Muchos fueron los ponentes en este V Encuentro Internacional: Iván Sanjinés (Bolivia), Daniel Diez (Cuba), Carlos Vázquez (PaÃs Vasco), Mari Corréa (Brasil). Las mujeres indÃgenas anunciaron el envÃo de una carta a la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos IndÃgenas (CLACPI), para integrar mejor la participación de las mujeres en futuros festivales. Por último, en las reuniones de CLACPI, entre otros asuntos, se ratificó el uso del video como herramientas para la liberación y el desarrollo de los pueblos indÃgenas.
Del VIII Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos IndÃgenas, se comentó en pasillos y reuniones el atinado criterio de evaluar los trabajos no solo con base en la calidad técnica y el esfuerzo individual, sino también considerando la participación comunitaria y el posible beneficio para los pueblos. En este mismo sentido Franklin Gutiérrez de Bolivia afirmó que “los festivales organizados por CLACPI no son encuentros de egos, son espacios para compartir enfoques polÃticos, estratégicos y contextualizar el trabajo desarrollado en las comunidadesâ€. Por su parte, Fernando Anza, Lickanantay de Chile, aseguró que el VIII Festival “tuvo un gran acierto al haber arrancado sus actividades en las comunidades, porque a fin de cuentas es ahà de donde proviene todo, los pueblos indÃgenas son el motivo de nuestra laborâ€
Manuel Castro, de Ecuador, calificó al Festival de un espacio intercultural, incluyente, no excluyente, y agregó que “debemos desarrollar ese aspecto y fortalecerlo ya que la unidad en la diversidad hace que se rompan las fronteras entre los pueblos indÃgenas del continente y de otros pueblos del mundoâ€
Este festival fue organizado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos IndÃgenas (CLACPI) y diversas organizaciones mexicanas, entre ellas Ojo de Agua Comunicación; Yoochel Kaaj; Proyecto de Videoastas IndÃgenas Frontera Sur; Arcano Catorce; Ojo de Tigre Video; Centro Cultural Driki, Promedios de Comunicación Comunitaria; Video Tamix; y el Comité de Defensa de la Liber