El incremento de la percepción de sentimientos racistas y xenófobos y la existencia de una sociedad más interracial provoca que el sistema educativo, apoyado por otro tipo de medidas sociales, afronte uno de sus mayores retos históricos. Los escasos resultados obtenidos durante años con el pueblo gitano reflejan las carencias educativas y compensatorias hacia las minorías étnicas. Según denuncia la Fundación General del Secretariado Gitano (FSGG), “todavía persisten problemas de discriminación en el acceso a la escuela de gitanos y gitanas, y un porcentaje importante no asiste con regularidad”. Para el Secretariado Gitano existe un sector minoritario del alumnado autóctono que muestra un trato discriminatorio hacia el inmigrante.

 

Más amplio en Secundaria que en Primaria, según el estudio Inmigración y educación en la ciudad de Zaragoza, de SOS Racismo Aragón. El ascenso del racismo se confirma en la población de todo el Estado: del 8% al 32%, entre 2000 y 2004, según datos del Centro de Inestigaciones Sociológicas (CIS). Esto afecta especialmente a la escuela pública, a la que el curso pasado asistió el 82% del alumnado migrante, según el Ministerio de Educación. Sin embargo, en los privados se percibe un descenso porcentual, del 22% (2000- 01) al 18% (2004-05).

 

Favorecer una sociedad intercultural y de convivencia es una meta que debe afrontar la educación, aunque no en exclusividad, para evitar actitudes racistas y xenófobas. Así, sería necesaria la puesta en marcha de un plan de actuación interdisciplinar cuyo objetivo sea la plena integración de los inmigrantes.

 

La situación de los migrantes no se puede resolver de forma uniforme y afecta a las funciones que desempeñan los colegios y a las aptitudes que el profesorado debe adquirir. La atención debería ser diferenciada, según las características del alumnado, por ejemplo, entre quien ha nacido aquí, quien llega en su adolescencia o quien realiza la aventura migratoria por sus propios medios. Una medida adoptada por algunos centros son los planes de acogida para facilitar la adaptación social.

 

Por ejemplo, Catalunya contó en el último curso con casi mil ‘aulas de acogida’. Un gran incremento con respecto al curso anterior que, según SOS Racisme Catalunya, se debe más a la rebaja de los requisitos para instalarlas y “no debido al aumento del alumnado extranjero”.

 

Asignatura más que pendiente

 

El CIS en noviembre de 2005 afirmó que la población gitana era la peor vista por la sociedad española. Al 25% “les importaría ‘mucho’ o ‘bastante’ que compartieran clase con niños gitanos, siendo de un 9,9% la misma respuesta con familias inmigrantes”, según destaca la FSGG.

 

Reconocen que se han producido progresos muy importantes en el proceso de normalización, “pero persisten problemas de discriminación en el acceso a la escuela y un porcentaje importante de gitanos y gitanas no asiste con regularidad o la abandona prematuramente”.

 

Para la catedrática en Antropología y profesora titular de la Universidad Autónoma de Barcelona, Silvia Carrasco, se necesitan nuevos métodos. La investigación educativa es imprescindible y es “increíblemente escasa en nuestro país”.

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