Hace dos semanas Actualidad Étnica lanzó una alerta temprana sobre el inminente riesgo que corrían las comunidades indígenas y negras de los departamentos de Cauca y Nariño asentados en la costa. Hoy las comunidades viven una dramática situación humanitaria tras los intensos combates que se desataron desde el día jueves.
Luego de las alertas tempranas emitidas por las organizaciones sociales de la costa pacífica nariñense y caucana a través de Actualidad Étnica, las poblaciones indígenas y negras se encuentran en medio de los fuertes combates que protagonizan las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), guerrilleros de las FARC EP y el Ejército Nacional. Aunque se desconoce el número de personas muertas, los combates han producido un desplazamiento masivo de las comunidades ubicadas en la costa, con un sinnúmero de lanchas que transitan por los ríos Timbiquí y Saija. Actualidad Étnica efectuó un sondeo con las organizaciones sobre las dos zonas más críticas, y el panorama es el siguiente:
Puerto Saija, Cauca
Cientos de campesinos huyen en embarcaciones por los ríos Saija y Timbiquí, en la costa pacífica caucana. La pequeña población está quedando desolada ante la incursión de las AUC y de las FARC EP, quienes se enfrentan con tropas del Ejército Nacional. Las acciones dejan una cifra parcial de dos campesinos y un paramilitar muertos, y varios capturados por las fuerzas militares. En estos momentos, tropas de la Armada Nacional han recuperado el control militar de Puerto Saija.
El personero de Timbiquí, Mario Hurtado Valencia, sostuvo que la tranquilidad que reinaba en la zona se acabó, y denunció que las amenazas contra la población civil tienen su origen en la disputa que tienen insurgentes y paramilitares por el control de los cultivos ilícitos.
La Tola, Nariño
En el municipio de La Tola, departamento de Nariño, también se registran fuertes combates, dejan un saldo parcial de dos civiles muertos y cuatro heridos, entre ellos dos policías heridos. La incursión guerrillera es protagonizada por el Frente 29.
Según informes de la Armada Nacional, la acción de las tropas de la II Brigada de Infantería de Marina, con apoyo de la Fuerza Aérea y helicópteros de la Aviación Naval, permitieron retomar el control del casco urbano del municipio, luego de que los insurgentes intentaran destruir la población. La acción bélica dejó como víctimas fatales a un recién nacido de apenas dos meses y a Gaspar Guerrero, de 40 años de edad.
Fuentes de la Armada Nacional agregaron que los insurgentes lanzaron contra las casas de la población por lo menos 40 cilindros de gas cargados con explosivos y metralla, registrándose cuatro personas heridas con esquirlas y tiros de fusil.