Desde el principio de los tiempos

quedó establecido que vivir la vida no es fácil,

que debemos estar alerta,

porque nos asechan espíritus de maldad,

Espíritus de tristeza, espíritus de destrucción.

Voy a narrar el principio de la enfermedad,

el principio de caos,

el principio de la confusión,

el principio del autodesprecio,

el principio de la debilidad,

el principio de la vergüenza,

el principio de la falsedad,

el principio de la pérdida de la palabra,

el principio del desequilibrio,

el principio de querer ser como otros,

el principio de la desigualdad.

En medio de caos, los abuelos,

iluminados por las plantas sagradas,

buscaban el principio del caos,

el principio de la crisis,

el principio de la tristeza,

el principio de la muerte.

Allí fue donde ellos miraron

una mujer con las piernas bonitas

y el cuerpo perfumado,

aparecían muchas cosas,

aparecía la televisión,

aparecía la radio,

aparecía el teléfono,

aparecía el computador

y su corazón se dormía.

El pensamiento se dañaba y

el alma se confundía.

Por eso debemos estar alerta.

Mientras el espíritu de los entendidos se dormía,

El espíritu de esa mujer decía,

Si ustedes viven conmigo,

yo les voy a mostrar

el verdadero progreso,

la verdadera comida,

la verdadera ropa,

la verdadera historia,

la verdadera vida,

el verdadero idioma,

la verdadera costumbre,

el verdadero mundo,

ustedes gozarán del progreso,

ustedes hablarán otro idioma,

la vida será fácil,

Allí no hay sufrimiento.

Oyendo esto...

el espíritu de nuestros abuelos se dormía,

El pensamiento de los entendidos se confundía,

la tradición se olvidaba.

Por eso debemos estar alerta.

Las plantas sagradas nos mostraron

el espíritu de las cosas de fuera.

Allí descubrieron la raíz de las enfermedades,

la raíz de querer ser como otros,

el camino de las cosas,

el camino del blanco,

el camino de la confusión,

el camino de la tristeza,

el camino del etnocidio,

el camino de la infelicidad.

por eso debemos estar alerta.

Todo esto ya lo sabían los ancianos

pero su corazón se dormía.

Buscando la raíz de las enfermedades,

las plantas sagradas nos mostraron el camino

a seguir: Filtrar y voltear.

Sigamos las leyes naturales,

así como el intestino hace una selección,

de lo que el organismo necesita

y lo que no sirve lo expulsa

de manera natural y sin violencia,

las cosas que vienen de fuera

las debemos filtrar.

Este filtro debe ser el corazón de la gente.

Allí se debe seleccionar

lo que sirve y lo que no sirve.

Teniendo en cuenta que lo que sirve

viene siempre en menor cantidad.

Pero no basta con filtrar

además podemos voltear esos espíritus.

Así como el espíritu de la rabia

que llevemos dentro lo podemos voltear

y sacar de manera positiva en forma de cultivo,

en forma de arte, en forma de deporte.

De la misma manera podemos voltear

los espíritus de las cosas.

una televisión para conocer el mundo

y para difundir nuestras costumbres.

una radio para comunicarnos

y para denunciar los atropellos.

un computador

para fortalecer nuestro idioma,

una página web.

Para difundir nuestro pensamiento.

El internet para establecer

lazos de solidaridad.

Discos compactos y cassettes

para transmitir la palabra de los abuelos.

Unas cosas metidas en nuestro canasto,

unas cosas ordenadas y ligadas,

unas cosas filtradas y coladas,

que nos ayuden a restablecer

el equilibrio y la armonía.

Entonces el pensamiento de nuestros

abuelos se aclaraba

y el orden regresaba.

Pero todo esto no se hará sin sacrificio,

todo esto no llegará sin esfuerzo,

todo esto no será posible sin aliados,

todo esto no se hará sin riesgos,

se trata de contraponer lo difícil a lo fácil

la creación a la destrucción.

Por eso debemos estar alerta.

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