Culminó la visita del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos indígenas, Rodolfo Stavenhagen, y su misión encontró indicadores negativos en materia humanitaria. Las giras adelantadas corroboraron que, a pesar de los avances constitucionales y en materia legislativa, los pueblos indígenas de Colombia constituyen una de las poblaciones más vulnerables, sobre todo frente al conflicto armado.

 

 

“Todavía existen y persisten grandes retos a los que debe enfrentarse la nación en la protección y promoción efectiva de los derechos humanos y libertades fundamentales de los indígenas: la brecha existente entre la constitucionalidad, la efectiva aplicación de las normas y la funcionalidad institucional hace que los adelantos establecidos en la Constitución de 1991 se hayan visto limitados”, se indicó a través de un comunicado de prensa emitido por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.

 

Una de las labores más importantes adelantadas por el Relator Especial consistió en recopilar el mayor número de testimonios sobre violaciones e infracciones, trabajó que incluyó entrevistas con representantes de organizaciones indígenas, enfatizando sobre los casos más dramáticos, concentrados en las etnias Kankuamo, Emberá, Chamí, Páez y Yukpa. No obstante, una preocupación especial despertó en el Relator Especial el caso de las etnias, como los Miraña o los Makú, que se encuentran en vía de extinción.

 

En tal sentido, el Relator Especial señaló como existe una excesiva militarización en algunas comunidades indígenas, además de la presión por parte de todos los actores armados ilegales.

 

También observó como algunas medidas legislativas como el estatuto antiterrorista o la reforma a la justicia, en especial las limitaciones a la Corte Constitucional y a la acción de tutela, “comportarían serios peligros para el pleno disfrute por parte de los indígenas de sus derechos”.

 

El Relator llamó la atención para que las autoridades gubernamentales enfaticen sus esfuerzos en aspectos que son fundamentales para la supervivencia de las etnias como el desplazamiento forzado interno, la explotación de los recursos naturales al interior de sus territorios, las fumigaciones en el marco de la lucha contra las drogas y, muy especialmente, la consulta previa, establecido por el Convenio 169 de la OIT y ratificado por la Ley 21 de 1992, como mecanismo de respeto y protección.

 

Panorama desalentador

 

La visita del Relator Especial sirvió para que las organizaciones indígenas y las organizaciones no gubernamentales presentaran en detalle la situación de derechos humanos de los pueblos.

 

De acuerdo con la base de datos de la Fundación Hemera, desde al año 1998 hasta la fecha han sido asesinados 547 indígenas, 108 con lesiones personales (heridas), 685 desaparecidos y un promedio de 25 mil desplazados, aclarando que buena parte de dichos desplazamientos se han registrado al interior de los propios resguardos. Las cifras discriminadas por año registran lo siguiente:

 

 

Año

Homicidio

Lesiones

Desaparecidos

Desplazados

1998

30 indígenas

22 indígenas

26 indígenas

3835 indígenas

1999

49 indígenas

21 indígenas

19 indígenas

1905 indígenas

2000

45 indígenas

34 indígenas

15 indígenas

3401 indígenas

2001

51 indígenas

6 indígenas

2 indígenas

4639indígenas

2002

104 Indígenas

5 indígenas

14 indígenas

8245 indígenas

2003

116 indígenas

20 indígenas

9 indígenas

2992 indígenas

 

 

 

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