Este 10 de diciembre se conmemora el día internacional de los derechos humanos. Esta efemérides se celebra apenas cuatro días después que tres lideres indígenas de la etnia Emberá Katío fueran brutalmente asesinados, presuntamente por miembros de las FARC en la comunidad de Ibudó, resguardo de Las Playas, municipio de Apartadó, departamento de Antioquia, en el noroccidente de Colombia. Según las denuncias realizadas por las organizaciones indígenas, al menos 10 hombres de las FARC EP incursionaron en varios tambos de la comunidad y procedieron a hostigar a sus integrantes, llevándose a los tres líderes Katíos a las inmediaciones del Río Ibudó, donde esperaban otros hombres uniformados, procediendo posteriormente a su ajusticiamiento.

 

Estos crímenes se suman a la extensa lista de lideres y miembros de comunidades indígenas asesinados durante el año 2004 y se producen a solo dos semanas que el Relator Especial de naciones Unidas hiciera publico su informe sobre la situación de los derechos humanos de las comunidades indígenas de Colombia.  El informe del Relator, recogiendo testimonios de lideres y organizaciones indígenas, funcionarios públicos y miembros de ONGs de derechos humanos involucradas con poblaciones indígenas, entre ellas la Fundación Hemera, reseña la gravedad de los derechos humanos de las poblaciones aborígenes, la crisis humanitaria desatada principalmente en las comunidades más vulnerables como algunos pueblos de la Amazonía y la urgencia de implementar políticas, principalmente en materia de protección y promoción efectiva de los derechos humanos de los indígenas.

 

Los efectos del conflicto armado resultan devastadores para las poblaciones indígenas. A causa de este, miles de indígenas han sido desplazados de sus territorios, otro tanto padecen los rigores del confinamiento, los jóvenes han sido sometidos al reclutamiento forzado y muchos de los líderes han venido siendo amenazados, desaparecidos o asesinados de manera selectiva. El traslado del conflicto mismo a sus territorios encuentra sus raíces en la explotación indiscriminada de recursos en sus territorios -en muchas ocasiones sin que medie la consulta previa- y en la política de erradicación de cultivos de uso ilícito, que mediante las fumigaciones indiscriminadas, han aumentado el desplazamiento de indígenas, sobre todo en zonas de frontera.

 

Las cifras de la violencia contra los indígenas son elocuentes. Si bien debemos anotar una disminución en las amenazas, los homicidios y secuestros, otros tipos violatorios de sus derechos humanos como el desplazamiento forzado y las desapariciones forzadas, han ido en aumento. Si bien el subregistro de casos sigue siendo considerable, sobre todo en la región de la Amazonia, es importante resaltar el papel cumplido por las organizaciones indígenas regionales y nacionales, de la Defensoría del pueblo y del mismo programa presidencial de derechos humanos por documentar la realidad de derechos humanos de los indígenas. Nuestro trabajo entonces, se corresponde con estos esfuerzos y el presente informe es una reseña de lo acontecido durante lo corrido del 2004, para lo cual hemos recogido las cifras recabadas por nuestra entidad durante el 2003, para tener un referente mas claro de análisis comparativo. Para una mayor ilustración de la panoramica de los derechos humanos indígenas, incluimos un cuadro con las medidas cautelares dictadas para proteger los derechos de estos pueblos entre el año 1996 y el año 2003:

 

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