Recientes estudios indican que los ingresos en diferentes partes del país son marcadamente desiguales, entre 2 mil 957 balboas anuales en la provincia de Panamá en el año 2000, mientras que en la comarca Ngobe Buglé fue de 124 dólares, el más bajo. La ausencia de este medio económico agrava el hambre y la pobreza de la familia y comunidad.  

  

 El problema del hambre se vincula a otros factores determinantes: desempleo, analfabetismo, falta de recursos destinados al desarrollo de las capacidades autosostenibles de la región, oportunidad, igualdad y equidad para que los recursos lleguen a las comarcas indígenas.

 

La inadecuada distribución de la riqueza afecta a los más vulnerables de la región. Los resultados del último diagnóstico nutricional de 2000 ubica a los niños(as) indígenas con la mayor prevalencia de retardo severo, grave estado nutricional entre 60.1% a 71.8%. La investigación concluye que un escolar de la comarca tiene 8 veces más probabilidad de presentar retardo en talla que uno del área urbana.

 

Este diagnóstico y el Informe Nacional de Desarrollo Humano de 2002 coinciden al presentar que los 7 distritos de la comarca Ngobe Buglé, son los de menor logro en desarrollo humano en comparación al resto del país y con alta prevalencia de retardo severo. Situación que no difiere al descrito en la Encuesta de Niveles de Vida (1997) cuando considera la comarca Ngobe Buglé como uno de los grupos más pobres.

 

¿Qué hacer para combatir esta pobreza? Los principales informes del país aportan respuestas acertadas: reducir los altos niveles de desigualdad, proporcionar empleos de calidad, desarrollar medidas inmediatas y a largo plazo para combatir la pobreza extrema son algunas recomendaciones señaladas.

 

En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos afirmó que la pobreza extrema y la exclusión social constituyen un atentado contra la dignidad humana y urgía a los Estados a tomar medidas para comprender mejor la pobreza extrema y sus causas, en particular las relacionadas con el problema del desarrollo, a fin de promover los derechos humanos de los más pobres, poner fin a la pobreza extrema y a la exclusión social y favorecer el goce de los frutos del progreso social.

 

Es así como la comunidad internacional realiza esfuerzos en concertar compromisos sociales en los que los Estados deben cumplir metas al ser partícipes de estos eventos. Panamá en el marco de la Declaración del Milenio tiene la obligación de realizar medidas para cumplir con los 8 objetivos propuestos, entre ellos, erradicar la pobreza extrema y el hambre para el año 2,015.

 

Se requiere introducir reformas, políticas sociales focalizadas, invertir recursos que satisfagan necesidades básicas, etc. De no hacerlo, seguiremos golpeados por un sistema que nos enfrenta cada día a la miseria y muerte que a un nivel de vida digno y decente al que tenemos derecho como panameños(as) indígenas.

 

* Indígena de la comarca Ngobe Buglé, enfermera y abogada. 

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