El año 2005 ha sido sumamente complicado para el movimiento indÃgena latinoamericano. En algunos paÃses, la relación de los pueblos indÃgenas con los Estados nacionales sigue siendo conflictiva. En el escenario internacional y regional el panorama tampoco es halagador. Esta nota de reflexión hace énfasis en tres procesos recientes que amenazan la unidad de los pueblos indÃgenas de América Latina. Asomarse a la crisis, ruptura y división entre los lÃderes y los representantes de los pueblos indÃgenas, nos debe obligar a tomar las mejores decisiones con serenidad y privilegiando el interés supremo de nuestros pueblos indÃgenas. Nunca es tarde para reflexionar, evaluar y hacer un balance polÃtico sobre el efecto positivo y/o negativo de nuestras acciones y decisiones.
Los desacuerdos indÃgenas en Ginebra
El pasado mes de abril, se abrió un debate sobre el receso o suspensión temporal del Grupo de Trabajo Intersesional del proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos IndÃgenas en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Parte del epicentro de la contienda la protagonizó el Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI) y, entre otros, por la Conferencia Circumpular Inuit y la Fundación Tebtebba. La primera corriente de organizaciones planteó el receso o suspensión temporal y la segunda por la renovación del mandato del Grupo de Trabajo Intersesional. En la toma de decisiones de las diversas instancias del sistema de las Naciones Unidas, optaron por la segunda estrategia.
Las dos corrientes de organizaciones indÃgenas internacionales buscaron respaldos y apoyos de adhesión a su postura hacia diversas regiones del mundo. Decenas de organizaciones indÃgenas de América Latina inclinaron su solidaridad hacia una de las dos opciones. La falta de capacidad para superar la polarización de posiciones puso en riesgo la ruptura del movimiento indÃgena latinoamericano. En casos extremos, varias organizaciones indÃgenas llegaron a manifestar su apoyo simultáneo a las dos posiciones. Ello ocurrió con algunos lÃderes indÃgenas de México y de Abya Yala.
Desde México, exhortamos oportunamente al movimiento indÃgena internacional a superar las posturas divergentes y trabajar sobre un planteamiento de consenso. También sugerimos valorar la experiencia para no repetir los mismos errores en el escenario regional e internacional. Asimismo, recomendamos al cónclave de lÃderes indÃgenas que participan en los procesos de negociación en el sistema de las Naciones Unidas, hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar la amenaza de fisuras que atentan con la unidad de visiones y posiciones de consenso. Un espectáculo de confrontación entre lÃderes indÃgenas nos lleva a perder la escasa fuerza polÃtica construida durante largos años de ardua lucha. No podemos darnos el lujo de arruinar la esperanza de nuestros pueblos.
La crisis de la COICA
La crisis de la Coordinadora de Organizaciones IndÃgenas de la Cuenca Amazónica (COICA) estalló con la celebración simultánea de su VII Congreso General en dos sedes de manera simultánea. Se resquebrajaron 21 años de lucha; naufragando ideales y sueños de los pueblos amazónicos. La reparación de su imagen institucional que se hace trizas dÃa con dÃa, es una emergencia polÃtica que los fundadores de esta organización regional deben retomar urgentemente.
Del 20 al 25 de junio, algunas organizaciones miembros de COICA se movilizaron para celebrar su VII Congreso General en Guyana Francesa. Los delegados debaten la agenda, toman sus acuerdos y deciden nombrar a un nuevo Consejo Directivo, encabezado por Jocelyn Therse, como Coordinador General en sustitución de Sebastiao Manchinery.
A sólo dos dÃas después de la celebración del Congreso de la COICA en Guyana, otras organizaciones miembros, con plenos derechos en la COICA, también se reúnen del 27 de junio al 1º de julio para realizar su VII Congreso General en Santa Cruz de la Sierra Bolivia. La noche del 30 de junio, los delegados asistentes a la reunión dan lectura al Acta del Congreso y toma juramento de su nuevo directorio para el perÃodo 2005 al 2009. Nombran como Coordinador General de COICA a Egberto Tavo Chipunavi, ex presidente de CIDOB y originario del pueblo cavineño. También sustituye a Sebastiao Manchinery.
En los paÃses del área de influencia de COICA y a nivel internacional, reina la confusión sobre la legitimidad y legalidad del nuevo interlocutor institucional. Las organizaciones indÃgenas amazónicas atraviesan una crisis severa. En menos de seis meses estallaron sus divisiones; sus organizaciones se encuentran confrontadas y su propia coordinación general tiene dos Consejos Directivos con estructura de mando paralelo. Ante esta situación, debemos preguntarnos: ¿Es una batalla fratricida en la cual se ensayan estrategias de escisión para ser aplicadas en otras regiones indÃgenas de Abya Yala? ¿Estamos ante un plan transnacional para destruir el movimiento indÃgena en América Latina? ¿Es un problema local o hay fuerzas internacionales y geopolÃticas interesadas en expandir el mercado mundial en el Amazonas?
Rodrigo de la Cruz, uno de los brillantes intelectuales indÃgenas con mayor conocimiento del Amazonas y la COICA reflexiona sobre algunos de los temas anteriores:
“Las estrategias geopolÃticas de los organismos internacionales y los paÃses desarrollados con respecto a la cuenca amazónica, apuntan a que se sienten las condiciones polÃticas y jurÃdicas favorables para la explotación irracional de los recursos naturales estratégicos, como son los hidrocarburos, las minas, la biodiversidad, la madera, el agua y los conocimientos ancestrales de los pueblos indÃgenas. La construcción de ejes viales claves en la cuenca amazónica y la declaratoria de los llamados corredores biológicos, son solamente un ejemplo de esta realidad y que paradójicamente estos se encuentran en los territorios indÃgenas. Tuve la experiencia de ver de cerca los enormes intereses que hay detrás de los recursos estratégicos en toda la cuenca amazónica por parte de las empresas extractivas multinacionales y los Estados Nacionales, y en mas de una ocasión fui testigo presencial en los debates o los llamados diálogos en los que con altura y profunda convicción de sus intereses como pueblos, se planteaban las posiciones polÃticas en temas como de áreas protegidas, recursos genéticos, la propiedad intelectual, manejo de bosques, hidrocarburos y minasâ€.
Luis Macas, otro destacado intelectual indÃgena y presidente de la CONAIE, considera que hay un “perverso plan de división de las organizaciones indÃgenas de América Latina…, para arrebatarnos las principales fuentes de agua dulce del planeta, yacimientos petroleros, minerales y los recursos de la biodiversidadâ€. No duda en considerar que los principales enemigos de los pueblos indÃgenas amazónicos son empresas petroleras transnacionales y los diversos acuerdos de integración económica que los gobiernos locales y extraregionales impulsan en los territorios indÃgenas.
Estos son algunas de las razones principales para debilitar a una de las principales organizaciones regionales. Desarmar a la COICA es suprimir una de las organizaciones más fuertes en la defensa de los derechos de los pueblos indÃgenas amazónicos y de América Latina. Enmudecer a la COICA es apagar una voz que defiende a los amazónicos de la depredación y saqueo de sus recursos estratégicos. Condenar a la COICA a una guerra de lÃderes indÃgenas contra lÃderes indÃgenas, es provocar que se devoren unos contra otros. Hacer a un lado a la COICA de la región amazónica es abrir el mercado a las transnacionales y a la comercialización de tierras, bosques y aguas.
En memoria de los grandes lÃderes que fundaron a la COICA, no deben permitir que el escenario anterior ocurra despiadadamente. Las generaciones presentes y futuras de los pueblos amazónicos, tampoco perdonarÃan no actuar y no tener la capacidad de cohesionar las acciones y defender las necesidades comunes. El interés supremo de nuestros pueblos debe prevalecer por encima de cualquier diferencia individual o grupal.
Aliento cierta confianza para que la COICA tenga la capacidad de procesar y resolver el conflicto que lo azota. Debe retomar el liderazgo regional que lo caracterizó por más de dos décadas y volver a enarbolar las grandes demandas de los pueblos amazónicos. Han sido pocos dÃas, semanas y meses desde la agudización de su crisis global y ya se siente el vacÃo que está dejando en el Amazonas y en la esfera internacional. La COICA no debe prolongar su ausencia en los complejos temas de debate nacional, regional e internacional. Que los grandes Dioses los ilumine y ayude a encontrar el camino y salgan de la crisis en que se encuentran sumidos. Las crisis, rupturas y conflictos son dolorosos, pero ayudan a depurar el cuerpo social para volver a nacer con una renovación, reforma y reestructuración institucional con mayores y nuevos brÃos. Ojalá que ello ocurra.
La Cumbre de las Américas y las dos “Cumbres IndÃgenasâ€
Mientras que los amazónicos se debaten entre dos COICAS, en medio de una disputa de liderazgos donde prevalece el caos organizativo, en la Patagonia está latente la amenaza de celebrar dos “Cumbres IndÃgenasâ€. Al igual que la experiencia comentada sobre “Los desacuerdos indÃgenas en Ginebra†y “La crisis de la COICAâ€, vuelve a presentarse la confrontación entre dos corrientes de organizaciones indÃgenas que no logran establecer acuerdos ni consensos para celebrar coordinadamente la “Cumbre Continental de los Pueblos y Organizaciones IndÃgenasâ€, prevista a realizarse en octubre próximo en la República de Argentina.
En el contexto de la celebración de la Cuarta Cumbre de las Américas a celebrarse en Mar del Plata los próximos 4 y 5 de noviembre, se han lanzado diversas iniciativas de “Cumbresâ€, “contracumbresâ€, espacios de consulta de la sociedad civil organizada bajo el esquema oficial, independientes y propuestas libres de diversos sectores sociales históricamente excluidos. En el marco del cónclave de los grandes poderes del hemisferio, habrá “cumbritis†y “contracumbres†y la celebración de la IV Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, que se reunirán para tomar acuerdos estratégicos de la agenda polÃtica del continente.
Los representantes de los pueblos y organizaciones indÃgenas de las Américas se movilizan en torno a dos iniciativas continentales. La primera liderada por la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá (APN), la Organización de Naciones y Pueblos IndÃgenas de Argentina (ONPIA) y la Confederación de Pueblos IndÃgenas de Bolivia (CIDOB); quienes, el mes pasado, organizaron en Guatemala la Consulta IndÃgena Mesoamericana y el 1 y 2 de agosto celebraron en Santa Cruz de la Sierra, la Consulta IndÃgena Mesoamericana. Han nombrado sus Comités de Planificación Regional, analizan la situación de los pueblos indÃgenas de América, la vinculación de la OEA con los temas indÃgenas y elaboran el documento de base de su declaración polÃtica.
Con base a la Consulta IndÃgena Mesoamericana y Sudamericana, la APN, ONPIA y CIDOB tienen previsto celebrar, en la República de Argentina, el próximo mes de octubre, la Cumbre de los Pueblos IndÃgenas de las Américas y canalizar sus propuestas polÃticas a la IV Cumbre de las Américas.
Diversas organizaciones indÃgenas de Mesoamérica y Sudamérica vienen participando en esta convocatoria. Dos lÃderes indÃgenas de México se han adherido a dicha iniciativa y han sido nombrados parte del Comité de Planificación.
El mes pasado fue lanzada una segunda convocatoria para celebrar, a finales de octubre, en Mar del Plata Argentina, la “Cumbre Continental de Pueblos y Organizaciones IndÃgenasâ€. La propuesta es promovida fundamentalmente por la Coordinación de Organizaciones Mapuches de Argentina (COMA) y la Comisión de Juristas IndÃgenas de la República de Argentina (CJIRA). Su pronunciamiento polÃtico y llamado a los Pueblos Originarios de Abya Yala es respaldado por más de 15 organizaciones indÃgenas con trayectoria nacional e internacional. Han conformado un Comité Nacional integrado por más de 17 organizaciones locales y otro tanto de comunidades indÃgenas de Argentina. También han constituido un Comité PolÃtico Internacional compuesto por diversos representantes de las principales organizaciones indÃgenas de Abya Yala. Cuentan con estructuras organizativas de base, regional e internacional.
Su pronunciamiento polÃtico reivindica que no encabezan una lucha nueva. Afirman retomar y valorizar la historia del movimiento indÃgena continental y, con base a esta memoria de la lucha de los pueblos, esbozan algunos temas centrales de su agenda polÃtica.
No es posible conjeturar cuántas organizaciones indÃgenas más se adherirán a esta segunda propuesta. Lo que no puede negarse es que ellos son actores polÃticos con trascendencia y trayectoria de trabajo que nadie debe darse el lujo de ignorar. Contradictoriamente, un par de lÃderes indÃgenas de México son parte activa en la promoción de esta segunda convocatoria, incluso uno de ellos es miembro del Comité PolÃtico Internacional, el cual me comentó: “…estamos siendo jaloneados por las dos partes…â€.
La misma situación presenta CIDOB, quien aparece como suscriptor de ambas convocatorias. Ni que decir de las organizaciones indÃgenas argentinas: divididas y partidas por la carencia de voluntad polÃtica por conciliar posiciones. Esta es la tragedia que viene. De no tomarse sabias decisiones, la colisión que se produzca en Argentina causará efectos desastrosos en el movimiento indÃgena de América Latina. Pienso que estamos a tiempo de actuar.
Mi modesta experiencia me indica que no hay otra alternativa que el acercamiento de posiciones entre las dos corrientes de organizaciones convocantes. El primer paso es la conciliación de intereses entre los propios lÃderes indÃgenas de Argentina. No es tarde para que establezcan un pacto y una alianza estratégica. Ningún dólar americano o canadiense puede valer más que la unidad y reconstitución de sus comunidades y organizaciones indÃgenas a nivel nacional.
El segundo paso es que los actores externos dispongan de voluntad polÃtica para contribuir y empujar este proceso para fortalecer la unidad nacional indÃgena. Ello implica “no echar más leña al fuego†y detener el concierto de voces entre “dimes y diretesâ€.
El tercer paso es hacer un esfuerzo en la unificación de la agenda de debate y, sobre todo, el diseño de un documento de base o declaración polÃtica unitaria que refleje el verdadero problema de los pueblos indÃgenas del continente.
El cuarto paso es la designación de un pequeño grupo de “embajadores indÃgenas†para que establezcan los enlaces diplomáticos con los responsables ejecutivos de la IV Cumbre de las Américas y negociar la inclusión de un párrafo sobre la situación de los pueblos indÃgenas de América. Como en toda Cumbre y reunión de alto nivel diplomático, hay procedimientos protocolarios necesarios de abordar a la brevedad. En el documento borrador del Proyecto de Declaración de Mar del Plata que los Jefes de Gobierno y de Estado suscribirán, el tema indÃgena es prácticamente inexistente. Sólo una referencia a las oportunidades de “empleo para los pueblos indÃgenas†y su reafirmación en el numeral 31 que a la letra dice:
“Reafirmamos nuestro compromiso con lograr finalizar exitosamente las negociaciones en el contexto de la Declaración Americana sobre los derechos de los IndÃgenasâ€.
En su proyecto borrador del Plan de Acción no hay ningún compromiso concreto sobre los pueblos indÃgenas de América. Ello implica una fuerte negociación y presión polÃtica para incluir el tema indÃgena en el proyecto de Declaración PolÃtica y Plan de Acción de los Jefes de Estado y de Gobierno.
De considerarse necesario, puede pensarse en un quinto paso para impulsar alguna instancia o fórmula de intermediación polÃtica para propiciar el diálogo y la construcción de alianzas y pactos entre las dos corrientes de organizaciones indÃgenas. La comisión de intermediación debe tener alta autoridad moral y polÃtica. Deben privilegiarse las personalidades del mundo indÃgena. Por ejemplo Wilton Littlechild, indÃgena canadiense, copresidente de la I Cumbre de los Pueblos IndÃgenas de las Américas, de Ottawa, en marzo del 2001. Actual miembro del Foro Permanente para las Cuestiones IndÃgenas de la ONU. También pienso en los liderazgos con alta autoridad moral como la Dra. Nina Pacari, también miembro del Foro Permanente.
El sexto paso debe tejer alianzas con otras iniciativas de la sociedad civil nacional e internacional para sumar la voz de los pueblos indÃgenas en el contexto global de la Cumbre de los Pueblos. Es imprescindible unificar la voz de los pueblos indÃgenas y no lanzar declaraciones dispersas que se pierdan en el mundo de los papeles y discursos huecos con nulos impactos para nuestros pueblos.
Todos ustedes y todos nosotros tenemos la palabra.
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**Experto IndÃgena e I