¿Integración de qué? ¿Para quién?
La consideración de los proyectos de integración latinoamericanos exige formularse algunas interrogantes vitales. ¿Integración para quién? ¿Para las los sectores privilegiados de estas sociedades? ¿Para que los capitales, sean nacionales o transnacionales, puedan moverse libremente en todo el continente? ¿O, por el contrario, para los pueblos, para las mayorÃas empobrecidas, excluidas, subordinadas?
No hay nada en la idea de integración que en sà mismo podamos considerar como favorable para el futuro de los pueblos del continente. No basta con que sea una integración latinoamericana o sudamericana para que corresponda a los intereses populares.
Todo depende del modelo de integración en cuestión. ¿Quiénes lo impulsan? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿En función de qué intereses y de que valores se diseña? Dependiendo de la respuesta a estas interrogantes, la integración puede afianzar las relaciones de dominación actualmente hegemónicas, o puede contribuir a abrir rendijas para socavarlas.
¿Un proyecto de integración orientado a abrir aún más estas economÃas para someterlas a los dictados de los dueños del capital? ¿O una integración defensiva que tenga como meta conquistar espacios de autonomÃa y soberanÃa para definir polÃticas públicas y opciones económicas propias? En otras palabras, ¿una integración que contribuya a desdibujar aún más los espacios y territorios del ejercicio de la soberanÃa democrática de los pueblos, o una integración orientada a recuperar lo que siglos de colonialismo y polÃticas imperiales le han arrebatado y continúan arrebatando a los pueblos del continente?
¿Una integración orientada por los valores del individualismo posesivo, de la competencia de todos contra todos, en la cual se garantice el éxito de los más fuertes sobre la base de la explotación y exclusión de los más débiles, esto es, una integración que acentúe las inaceptables desigualdades actuales? ¿O una integración guiada por los valores de la igualdad, de la participación, la pluralidad, la solidaridad, la comunidad, una integración que reconozca, valore y haga posible el despliegue de la extraordinaria variedad de modos de vida de los pueblos de nuestro continente?
¿Una integración pensada como área de libre comercio, concebida principalmente como la construcción de un espacio económico de libre circulación de mercancÃas y capitales? ¿O una integración geopolÃtica concebida como parte de los procesos de resistencia al orden global que busca imponer la polÃtica unilateral e imperial del capital transnacional y del gobierno de los Estados Unidos?
Texto completo en:
http://www.alainet.org/active/show_text.php3?key=8384
* Edgardo Lander es profesor de la Escuela de SociologÃa de la Universidad Central de Venezuela e integrante del Comité organizador del VI Foro Social Mundial Policéntrico – Sede Américas. Tomado de: Alainet.org