Lo que a continuación viene son apenas algunas reflexiones, muchas de ellas bastante provisionales, que se hacen a partir del ejercicio de intentar dar respuestas a parte de los interrogantes planteados por la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento y demás convocantes al Conversatorio Regional: Dinámicas Transnacionales del Conflicto y las Migraciones: Retos y Desafíos para la Región Andina”.


Si bien en el documento se hace un esfuerzo por hacer algunas generalizaciones, no sobra anotar que la mayoría de reflexiones están relacionadas con la situación del pueblo Wayúu de Maicao y su entorno más cercano.


Antecedentes:

1. Históricamente las armas han ejercido una gran fascinación en el pueblo Wayúu. Tradicionalmente la posesión y uso de armas ha servido para acrecentar el prestigio y el estatus de las familias Wayúu. La circulación de armas de todo tipo ha sido un común denominador de la historia del pueblo Wayúu.


2. Las guerras y los conflictos han ocupado un lugar preponderante en los procesos históricos del pueblo Wayúu, de ahí que pueda decirse inequívocamente que este pueblo es un pueblo de guerreros.


3. En su guerra contra los españoles, el pueblo Wayúu no tuvo ningún inconveniente para establecer alianzas con los piratas, bucaneros y corsarios ingleses, franceses y, principalmente, holandeses, con quienes llegaron a desarrollar una intensa actividad comercial, al margen del monopolio de la corona española.


4. El pueblo Wayúu no sólo ha tenido guerras con otros pueblos, sino que cotidianamente también las ha tenido a su interior. En ese contexto las guerras interclaniles se han visto claramente favorecidas por la misma organización social tribal que posee el pueblo Wayúu.

5. Los Wayúu no pudieron ser derrotados militarmente ni por los españoles ni por los gobiernos que los sucedieron en las primeras décadas de existencia de las repúblicas de Colombia y Venezuela.

6. La Guajira, fundamentalmente el territorio Wayúu, a lo largo de la historia, se fue configurando como un territorio de refugio, localizado en la periferia de los centros de poder de Colombia y Venezuela. Sólo hacia fines del siglo XIX La Guajira principió a vincularse frágilmente a los procesos de desarrollo nacionales de los dos países.


7. Desde la extracción de perlas en el mar Caribe durante los primeros siglos de la dominación hispánica, pasando por la explotación desmedida del palo de brasil durante los primeros años de la República, siguiendo con la bonanza marimbera de la década de los setenta del siglo XX, continuando con la construcción del más grande complejo carbonífero a cielo abierto del mundo en los años ochenta del siglo pasado, La Guajira y el territorio Wayúu fue escenario del apogeo y decadencia de actividades económicas extractivistas y de enclave que muy pocos beneficios le han dejado a la región.


8. De lo anteriormente señalado se pueden destacar cuatro elementos que han caracterizado y definido la historia de La Guajira y que de alguna manera inciden en la dinámica actual del conflicto social y armado que se evidencia en la región: i) la existencia de un pueblo indómito que valora su autonomía, ii) la construcción de un territorio de refugio, iii) la circulación y uso de armas de fuego, y iv) el desarrollo de actividades comerciales al margen de los circuitos oficialmente establecidos.


Coyuntura Presente:

9. Debido sobre todo a las particularidades de los procesos históricos presentados en La Guajira, las dinámicas actuales del conflicto social y armado, si bien tienen similitudes con las que se escenifican en otras regiones del país, también enseñan grandes diferencias que se requieren analizar con mayor profundidad.


10. Además de lo usuales actores armados tanto legales (fuerza pública y organismos de seguridad del Estado) como ilegales (insurgencia y paramilitares) que participan en el conflicto armado, en La Guajira desde hace muchos años coexisten una multiplicidad heterogénea de grupos armados cuyo único común denominador es, tal vez, el estar constituidos exclusivamente por gente Wayúu, que desarrollan acciones diversas que pueden ir desde las meramente delincuenciales hasta las que se apegan a un estricto código de honor y a los principios de guerra manejados tradicionalmente por los Wayúu.


11. Clasificar a estos grupos es bastante difícil. Estos grupos armados van desde los que se conforman coyunturalmente para realizar algunas acciones particulares, hasta aquellos que han logrado mantenerse en el tiempo y ejercer dominio y control sobre un territorio específico a partir de la constitución de ciertas estructuras primarias de dirección y de mando.


12. Se encuentran grupos que han realizado eventuales y esporádicas alianzas con otros actores armados, principalmente paramilitares, para combatir a un enemigo común, para luego de un tiempo dar por finalizadas esas alianzas; de otro lado los hay que han terminado totalmente cooptados y al servicio del paramilitarismo; o los que han sido aniquilados militarmente por los paramilitares y otros actores armados; en tanto que otros de estos grupos han combatido abiertamente al paramilitarismo y han preservado su autonomía frente a todos los actores armados legales e ilegales.


13. Disímiles, como su constitución y origen, son también las acciones que llevan a cabo estos grupos armados. Algunos realizan simplemente atracos; otros instalan retenes para cobrar derechos de tránsito; otros más brindan seguridad a comerciantes que transitan por sus territorios; otros son los encargados de cobrar las ofensas y tramitar las venganzas; otros combaten a los paramilitares y a cualquier actor armado que se inmiscuya en su territorio y en sus asuntos y ponga en riesgo su autonomía... En fin, hay grupos que han perdido las leyes de la guerra, en tanto que otros los conservan y se apegan a los códigos del honor Wayúu.


14. Si bien públicamente estos grupos son señalados, en términos generales como parte de la delincuencia organizada, en privado estos grupos son percibidos de maneras diferentes tanto por los Wayúu como por los alijunas. Ciertamente unos grupos son tenidos como delincuenciales, pero dada su heterogeneidad, algunos de ellos, sobre todo los que han combatido a los paramilitares, despiertan simpatías y apoyo en ciertos sectores Wayúu.


15. Con la excepción de la masacre ocurrida en Bahía Portete en abril de 2004 y de algunos desplazamientos aislados de familias y comunidades Wayúu a cascos urbanos, puede decirse que la violencia ejercida por los paramilitares en La Guajira ha sido selectiva, focalizada y adelantada a través de acciones sutiles y de baja intensidad. En ese contexto, cabe mencionar que los paramilitares se han cuidado mucho para que los efectos de su violencia pasen desapercibidos más allá de los entornos locales donde la ejercen.


16. La manera hábil como los paramilitares han venido realizando sus acciones no debe llamar a engaños sobre las proporciones que la violencia ha adquirido en el territorio Wayúu. El hecho que las cifras oficiales sobre masacres, asesinatos, desaparecidos, secuestrados, amenazados… etc., comparativamente con otras regiones del país no sean tan relevantes, en modo alguno significa que la situación que allí se presenta no sea crítica y preocupante.


17. La invisibilidad de las violaciones a los derechos humanos y de las infracciones al derecho internacional humanitario en La Guajira se ve enormemente favorecida por varios factores. En primer lugar hay que mencionar el temor generalizado que tienen los Wayúu a denunciar y poner en conocimiento de las autoridades competentes los crímenes y hechos de violencia que han cometido los paramilitares en su territorio. Parte de este temor se explica en que las autoridades locales y regionales no transmiten la credibilidad ni la confianza necesaria puesto que muchas de ellas han sido permeadas o se encuentran sometidas a los designios de los paramilitares. En segundo lugar, hay que decirlo de una vez, las organizaciones de
derechos humanos no han prestado la debida atención a los hechos que se vienen sucediendo en territorio Wayúu y como consecuencia de ello ha faltado un acompañamiento más permanente para las comunidades más afectadas por la violencia paramilitar. En tercer lugar, se echan de menos esfuerzos por establecer un diálogo intercultural sobre los derechos humanos , que no sólo contextualice el discurso occidental sobre los derechos humanos en la cosmovisión del pueblo Wayúu, sino que valore y valide las concepciones Wayúu acerca de los derechos humanos. Para que los temas de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario adquieran importancia en las agendas políticas de las organizaciones del pueblo Wayúu, es necesario relacionarlos con temas como territorio, gobierno propio y autonomía y fortalecimiento cultural.


18. En La Guajira los paramilitares tuvieron la capacidad de poner en función de sus objetivos de expansión y consolidación las guerras intraétnicas, las cuales fueron habilidosamente manipuladas con el doble propósito de, por un lado, exterminar más fácilmente a sus reales o ficticios opositores y rivales y, por el otro, esconder detrás de supuestos conflictos interclaniles propios de los Wayúu, sus acciones armadas y delincuenciales. De esta manera fue como muchos de los conflictos tradicionales que existían entre familias Wayúu fueron intervenidos y finalmente cooptados por los paramilitares.


19. Los paramilitares, por la fuerza o por la seducción, vincularon en sus redes de apoyo y, hay que decirlo, también en sus filas, a muchos hombres Wayúu. Este hecho entre los Wayúu tuvo repercusiones profundas por cuanto de conformidad con las lealtades intraclaniles y los criterios de parentesco propios del pueblo Wayúu, la vinculación de una persona a título individual terminaba casi siempre involucrando activamente a todo su grupo familiar extendido, por cuanto la noción de individuo separado de su grupo familiar y de su comunidad no existe entre los Wayúu.


20. En un lapso no mayor a ocho (8) años los paramilitares a la vez que se iban deshaciendo de sus adversarios y hasta aliados incómodos, fueron accediendo al control, casi monopólico, de la economía, tanto lícita como ilícita, de la región. En esa dirección, y de manera casi imperceptible bajo la férula paramilitar fueron quedando una a una todas las actividades económicas más rentables de La Guajira. Por ello puede decirse que hoy por hoy junto a su estructura militar, los paramilitares tienen una bien montada estructura económica que los hace dueños casi absolutos de todos los circuitos económicos y comerciales. Pero no sólo eso. Controlando la economía han logrado configurar también un gran poder político que ha entrado a incidir significativamente en muchas de las administraciones públicas de La Guajira.


21. Con el control económico y político de una extensa región, que incluye también a la Sierra Nevada de Santa Marta, la llamada desmovilización pasa a convertirse en la conclusión casi lógica de un largo proceso de expansión y consolidación paramilitares. Dentro de la estrategia paramilitar, cumplidos esos propósitos la llamada desmovilización es prácticamente el paso siguiente. De ahí que la llamada desmovilización podrá, tal vez, poner fuera de circulación una estructura militar, pero con toda seguridad la estructura económica y las redes políticas construidas en todos estos años no sólo quedarán intactas, sino que se verán enormemente fortalecidas.

22. ¿Hasta dónde se desmontará la estructura militar de los grupos paramilitares? Esa es una pregunta que abre grandes interrogantes y comporta muchas incertidumbres. Si bien no se pueden hacer generalizaciones, y con seguridad pueden haber excepciones, si es dable pensar en que parte del control económico y político que ostentan los grupos paramilitares en La Guajira, pasa por el grado de infiltración y el nivel de cooptación que han conseguido de varias de las empresas de seguridad y vigilancia que operan en la región. En un territorio que se encuentra bajo el dominio hegemónico de los grupos paramilitares es muy difícil pensar en que este tipo de empresas no hayan quedado subordinadas a sus intereses.


23. Otro asunto que hay que tomar en consideración es el que tiene que ver con las relaciones y los vínculos estrechos y directos que los paramilitares construyeron con algunos sectores de la fuerza pública. Con seguridad estos vínculos de sectores de la fuerza pública con las estructuras económicas y redes políticas de los paramilitares se seguirán manteniendo una vez consumada la llamada desmovilización Poblaciones más Afectadas:


24. El pueblo Wayúu ha sido especialmente golpeado por las dinámicas del conflicto armado. Eso es evidente si se tiene en cuenta las siguientes consideraciones:

 

-          Los Wayúu han perdido el control y el dominio efectivos sobre áreas importantes del territorio localizado en el Resguardo de la Media y Alta Guajira.

-          Familias Wayúu, que se encontraban asentadas en predios que no tenían ninguna seguridad jurídica, han terminado perdiendo sus tierras.

-          Los Wayúu han sido desplazados de las actividades económicas más rentables, pasando de ser propietarios a meros trabajadores.

-           Los principios de guerra y los códigos de honor que caracterizan los conflictos Wayúu han sido pervertidos y desvirtuados por el accionar paramilitar.

-          La racionalidad de la guerra paramilitar ha terminado contaminando y permeando muchas de las guerras y conflictos Wayúu.

-          La precariedad socioeconómica de muchas familias Wayúu ha llevado a que sus jóvenes encuentren en la prestación del servicio militar --que en Colombia no es obligatorio para los miembros de pueblos indígenas que vivan en sus territorios-- y en su vinculación laboral a las empresas de vigilancia y seguridad, una alternativa económica para suplir la falta de empleo y de ingresos monetarios.

-          La participación de jóvenes Wayúu ya sea en la fuerza pública como soldados o en las empresas de seguridad y vigilancia como celadores, es una manera sutil de vinculación del pueblo Wayúu al conflicto armado.

-          Si bien es cierto que la presencia urbana de los Wayúu es de vieja data, el conflicto armado ha llevado a una mayor concentración de los Wayúu en los centros urbanos como Riohacha, Maicao y Maracaibo (Venezuela), con lo que se quiebran patrones de residencia, poblamiento y ocupación espacial.


25. Otro grupo poblacional que se ha visto grandemente afectado por el conflicto armado es el pueblo Árabe que vive en Maicao casi desde su fundación. Aquí es preciso resaltar que la crisis económica que vive Maicao no se explica exclusivamente a partir de la implementación de leyes aduaneras y de la imposición de impuestos por parte de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), sino que hay otros elementos contextuales que hay que tener en cuenta. Precisamente el conflicto armado es uno de ellos.

 

-          La población Árabe de Maicao, que llegó en su apogeo a construir la segunda mezquita más grande de América Latina, se ha reducido de manera ostensible en los últimos años.

-          Muchos Árabes abandonaron no sólo a Maicao sino a Colombia, incluso después de varias generaciones de nacidos y criados en la región, debido a que por sus ingresos económicos elevados, debidos a sus actividades comerciales, se convirtieron en víctimas privilegiadas de robos, secuestros, extorsiones y asesinatos por parte de los actores armados.

-          Los establecimientos comerciales de los Árabes que quedan en Maicao están en franca decadencia y no ostentan el fulgor alcanzado en otros tiempos.

-          El desarrollo urbanístico, al cual los Árabes habían hecho su importante aporte, está deteriorándose cada vez más, debido a que nadie está invirtiendo en la región.

 

26. La población perteneciente étnicamente al pueblo Zenú, migrantes del Resguardo de San Andrés de Sotavento, localizado en las sabanas de Córdoba y Sucre, también se han visto muy afectados por el conflicto armado. Estos Zenú, muchos de los cuales llegaron en la época de esplendor del comercio en Maicao, hoy se encuentran empobrecidos, desempeñándose en oficios eventuales e informales, sin poder regresar a su territorio de origen. Los Zenú que en Maicao se dedican principalmente a la venta ambulante de tinto y agua, ven aún más reducidos sus menguados ingresos con las extorsiones de que son objeto por parte de los paramilitares. Ad

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