El pasado lunes 17 de julio los representantes del pueblo Wiwa sostuvieron una reunión con los indÃgenas kankuamos y las organizaciones sociales y de derechos humanos que hicieron parte de la II Misión de Acompañamiento. El objetivo de dicho encuentro fue el de presentar en términos generales la actual situación de derechos humanos del pueblo wiwa, asà como manifestar las expectativas y las posibles estrategias de acción para resolver la problemática.
El documento presentado por los lÃderes wiwa da cuenta de la historia de despojo y desarraigo que ha vivido desde 1492, asà como de los impactos de dichas arremetidas sobre la cultura y la pervivencia misma del pueblo wiwa. En ese encuentro los lÃderes wiwa llamaron la atención sobre tres temas que inciden de manera necesaria en la protección y respeto de los derechos de los pueblos indÃgenas.
En primer lugar recordaron que en el año 2005, luego del asesinato de dos lÃderes indÃgenas la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al Estado Colombiano la adopción de medidas cautelares para proteger la vida e integridad de los wiwa. A pesar de ese llamado urgente desde la comunidad internacional, hasta el momento lo único que se ha presentado es la ausencia injustificada de los representantes del Estado en los diferentes espacios de concertación.
Mientras continua dilatándose el proceso de concertación e implementación de las medidas de protección los indÃgenas denuncian que las amenazas de los actores armados de la zona en contra de las autoridades tradicionales y lÃderes indÃgenas continúan presentándose de manera reiterada. De tal manera que “los Wiwa cuando se encuentran en las partes bajas son considerados por la fuerza pública como milicianos o miembros de los grupos guerrilleros, en tanto que los Wiwa que regresan a sus comunidades después de hacer diversas gestiones en los cascos urbanos localizados en las partes planas de la Sierra Nevada de Santa Marta son vistos por la guerrilla como integrantes de la red de cooperantes e informantes de la fuerza públicaâ€.
Otra de las preocupaciones de los indÃgenas radica en la proyección y construcción de megaproyectos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Al respecto, son dos las consideraciones que se han planteado: la primera, tiene que ver con la ausencia de procesos de consulta previa, como esta ocurriendo con la construcción de la represa del RÃo RancherÃa, ya que se trata de un derecho fundamental reconocido en los tratados internacionales y en la legislación nacional que actualmente se esta pasando por alto.
El segundo punto tiene que ver con los desequilibrios ecológicos que provocarÃa la construcción de megaproyectos y la explotación a gran escala de los recursos naturales y minerales, como se tiene previsto en los planes de desarrollo. En ese sentido, y al considerar a la Sierra Nevada de Santa Marta, como el corazón del mundo (asimilándola a la composición de un ser humano), los indÃgenas señalan que los atentados y las actividades de explotación indiscriminada terminaran afectando no solo a los cuatro pueblos de la Sierra, sino a toda la especie humana.
En ese sentido afirman que “Para nuestras autoridades tradicionales, las violaciones que se han cometido contra los pueblos Kággaba (Kogui) y Wiwa, van más allá del asesinato de sus miembros; es también la violación a la naturaleza, a la Madre Tierra, la cual esta cada dÃa más amenazada por los megaproyectos que buscan extraerle los órganos internos de la Sierra Nevada de Santa Marta para comercializarlos, lo que atenta contra la vida de la flora y fauna de nuestra Madreâ€.
El tercer punto crÃtico se encuentra relacionado con el fenómeno del desplazamiento forzado, pues denuncian que a pesar de que no se han vuelto a presentar desplazamientos forzados masivos, los indÃgenas y sus familias continúan desplazándose de manera silenciosa, lo cual quiere decir que las condiciones de seguridad en el territorio wiwa continúan siendo crÃticas y aparecen como factores de riesgo que de manera inevitable afectan a las comunidades.
A partir de estos hechos los lÃderes wiwa expresaron su interés para aglutinar a diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos en función del acompañamiento permanente por la defensa de sus derechos.