Dice Eduardo: "En la cultura mía nosotros decimos, lo que son radios, es manguaré de embolate, decimos generalmente. Nosotros en dialecto lo llamamos "nuña ......" tiene cuatro puntos básicos que genera ese sonido: uno es de prostitución, que lleva a una prostitución, a una locura, a una ambición y destrucción. En vez de eso, lo que nosotros utilizamos es el manguaré, ese ya lleva otro sentido de que cambia ese sonido a un sonido de vida, ya es el sonido del manguaré que es un ambiente que comunica solamente a las cosas buenas de desarrollar, mientras que eso comunica a las cuestiones destructivo ....
...Compañero, de eso... es lo que le dicen la televisión. Nosotros decimos el espejo de locura, el espejo de embolate, el espejo de destrucción. Entonces, esas figuras que uno mira, que nunca las van a ver materialmente, es una imagen que no se materializa ni se ve en la obra. Entonces, eso lleva a un niño a una destrucción, una mentalidad que no le va a llevar a un camino bueno, sino a una destrucción".
Esta conversa con Eduardo me trae a la memoria ese viejo poema de angel Parra: "La television nos trae/ paz, amor, comodidad/ deseos incontenibles de vivir en sociedad/ de ganar mucho dinero para poderlo gastar/ tomando wisky en las rocas/ como dice Caligran.
Los indigenas la tienen clara. Los medios pueden ser tan utiles como nocivos. Con el canto del Manguare, las comunidades se comunican de manera libre, el mensaje vuela, cada quien lo interpreta de acuerdo a sus necesidades, lo clasifica y lo proyecta a otros.
Esa filosofia que reivindica el indigena, poco o nada se compadece con nuestros medios, digo, los medios por excelencia, la prensa escrita, la radio y la television.
Si pudieramos impregnar, asi fuera minimamente esos medios con el espiritu del indigena, con el espiritu del manguare, podriamos reivindicar otros cantos, otros mensajes y otras prácticas periodisticas. Podriamos decir con Eduardo que estamos haciendo una comunicación para la vida, para trasmitir las cosas buenas de la sociedad.
Desfortunadamente nos obnubilamos con el espejo de la locura, ejercemos la palabra como un arma para la guerra y asumimos la recreación como embolate. No es gratuito el poema de Parra. el medio nos recrea, nos desinforma y nos envilece. Si pudieramos transformar asi fuera nuestra manera de percibir e interlocutar con estos medios y resistirnos a sucumbir frente al espejo de la locura, podriamos pensar con este lider indigena, que otra comunicación es posible.
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*Este artículo fue publicado en marzo de 2009 y la entrevista a la que hace mención se realizó en 2001. Se actualiza su publicación a solicitud de algunos amigos interesados en conocer ´sobre las reflexiones y los procesos de comunicacion de los grupos étnicos.
