Durante la Minga, nos salvó de las mentiras del Presidente y de las acciones de guerra de la fuerza pública, la palabra y la acción solidaria. Dimos a conocer la verdad a pesar del blindaje mediático y el mundo en su verguenza con sus acciones solidarias. No olvidaremos al Presidente Uribe teniendo que reconocer sus mentiras y encubriéndolas con otras. Nos habría masacrado por cientos. Hoy, Alan García del Perú hace lo mismo, porque son iguales. Deben cumplir la orden de entregar lo que no es de ellos al "libre comercio" y tratar la dignidad que nos mueve a tiros. SON ASESINOS a sueldo para las arcas del capital transnacional. Llamamos la solidaridad. La exigimos. No es un ruego. Es una obligación y un derecho. Quienes se callen ante el terror son cómplices del mismo.
Mientras tanto, lloramos a las víctimas que han caído en el Norte del Perú. Enviamos nuestras condolencias a familiares y comunidades, pero también expresamos nuestra profunda admiración por su valor y su dignidad. No están solas ni solos. Acá luchamos, acá lloramos y seguimos adelante. No será en vano tanto dolor. Seremos libres y el "libre comercio" será condenado un día por lo que es: terror contra los pueblos y contra la vida para alimentar la codicia enferma de unos insaciables.