El discurso oficial pretende que podremos evitar un cambio climático desastroso con « mecanismos de mercado ”, en particular a través de la compra de « créditos de carbono » en el extranjero, sin pasar por un cuestionamiento radical del consumo energético desmedido de los países desarrollados. Las actuaciones de Glencore, la empresa más grande de Suiza, y de su filial Xstrata, demuestran de forma cruda que se trata en realidad de un engaño que aumentaría todavía los beneficios de las empresas trasnacionales mientras siguen destabilizando el planeta y violando los derechos de sus habitantes.
Este 12 de octubre, Jornada de Acción (minga) internacional para la Madre Tierra, convocada por redes de organizaciones de pueblos indígenas, hemos venido hasta la sede central de Glencore e Xstrata en Zug para acompañar a victimas de sus proyectos en Colombia y Chile que vienen pedirles cuenta a Glencore e Xstrata.
Karmen Ramirez Boscan, representante de la Fuerza de Mujeres Wayuu de Colombia, organización que articula actividades con la ONIC y la CAOI, así como con la Red de Mujeres Indígenas por la Biodiversidad, en el marco de la Campaña por la Eliminación de todas las formas de Violencia contra Wounmaikat – La Madre Tierra, cuyo lema es “Porque en Wounmaikat, los Únicos Gigantes somos los Wayuu[2]”, vino para denunciar la empresa Cerrejón, una de las minas mas grandes de carbón a cielo abierto del mundo explotada por Glencore a través de su filial Xstrata. Impuesta sin la mínima consulta local, esta enorme herida cavada en la tierra, su línea férrea y su puerto sirven únicamente a la exportación del carbón – en especial hacia las centrales eléctricas europeas. Se articula con ocho otros megaproyectos de los cuales una represa y un parque eolico que servirán para producir corriente eléctrica “limpia”... ¡pero para hacer funcionar las instalaciones y el puerto de este proyecto altamente contaminante!...de tal manera que la Glencore tendrá también un beneficio adicional vendiendo los ”créditos de carbonos” atribuidos a estas energías renovables. Estos podrían ser vendidos, por ejemplo a industrias Suizas, que así serán eximidos de reducir sus propias emisiones, dado que el Consejo Federal propone que la mitad de las reducciones “suizas” sean compradas en el extranjero.
La resistencia a estos proyectos por parte de los habitantes locales, desplazados, expoliados y contaminados- y que asisten a la destrucción de la tierra a la cual pertenecen- es reprimida por la policía, las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia y los paramilitares. Estos diez últimos años, mas de 250 wayuus han sido asesinados, lista en la cual, incluso, hay víctimas de la guerrilla. Dentro de las victimas, hay muchos niños y mujeres, crímenes que traumatizan particularmente este pueblo matrilineal. Karmen Ramírez Boscan ha sido ella misma objeto de amenazas por las denuncias y campañas que adelantan desde la Fuerza de Mujeres Wayuu.
De igual modo que una gran mayoría del pueblo chileno (según los sondeos), Beatriz Morice se opone a los megaproyectos en Patagonia. Estos implican 8 grandes represas (de las cuales tres de la Xstrata) y la línea de alta tensión más larga del mundo -2300km- que traería la electricidad generada hasta las minas e industrias del Norte del país. Los habitantes rechazan los daños irreversibles que estos proyectos provocarían a este ecosistema todavía inalterado, segunda reserva de agua dulce del mundo. Obviamente, sus promotores pretenden que se trata de energía renovable, pero las megarepresas no son neutrales desde el punto de vista climático. Se estima que el metano producido por éstas es responsable de 4% de los gases de efecto invernadero de orígen humano en el mundo. Por otro lado, estas represas no son necesarias, ya que Chile posee una multitud de fuentes potenciales de energías renovables menos nocivas - eólica, solar, maremotriz, geotérmica, pequeñas represas, etc.- y que no entregarían toda la producción energética del país a un conjunto de multinacionales. Por ultimo, en el caso de Chile se trata también de cuestionar un modo de producción que gasta siempre mas energía.
Las organizaciones Suizas abajo firmantes articulan sus intervenciones en el contexto mas largo de la movilización mundial antes de la Cumbre sobre el clima de Copenhague para exigir una política a la vez eficiente y justa con relación a la amenaza enorme que significa el cambio climático para todos los seres vivos.
¡No podemos de nuevo hacer pagar el Sur, ni tampoco confiar el porvenir del planeta a los” traders” del mercado del carbono! En todo el mundo son las comunidades locales-particularmente las indígenas- las que tienen el mayor interés y la voluntad más clara para salvar el mundo natural que les rodean. ¡Respetar sus derechos es el primer paso para combatir el cambio climático!
Esta campaña culminará en Suiza con una gran manifestación y jornadas de debates sobre el Comercio y el Clima, los 28 y 29 de noviembre próximos, durante la Cumbre de la OMC en Ginebra.
Coordination Climat et Justice Sociale, Polo Democratico Alternativo de Colombia, Groupe de Travail Suisse-Colombie, Espacio Afro-Americano, Unia Jugend,die Grünen Zoug.