Por Andres Preciado
En días recientes Medellín Cómo Vamos, alianza interinstitucional de iniciativa privada presentó su “Análisis de la evolución de la calidad de vida de Medellín 2008-2011”[1] en donde realiza un informe detallado de la evolución de la calidad de vida en la ciudad en el último cuatrienio gobernado por Alonso Salazar.El objetivo del Programa Medellín Cómo Vamos, común de la red de ciudadesCómo Vamos, es realizar seguimiento y análisis a la calidad de vida en Medellín, desde esta organización se entiende dicha calidad de vida como “el acceso de los habitantes de la ciudad a bienes y servicios básicos de calidad y la concepción que los ciudadanos tienen de su propio bienestar y el de su comunidad a través de valoraciones subjetivas”[1].
Esto implica que el análisis realizado mezcla condiciones objetivas de calidad de vida y percepciones subjetivas en cuanto a ella, esto será fundamental para entender los resultados del informe presentado.
Por tratarse de una publicación y trabajo de singular importancia para la ciudad, es menester hacer análisis de este informe, especialmente a lo relacionado con seguridad, en tanto es uno de los aspectos en donde se presentaron las mayores dificultades de progreso en los cuatro años estudiados. El objetivo no sólo de dar cuenta de los resultados presentados, sino además plantear posturas divergentes y situaciones de contexto a lo allí expuesto.
Este programa entiende la seguridad ciudadana como “la forma principal de la seguridad humana que garantiza derechos humanos fundamentales y atañe a la libertad, que es la esencia del desarrollo humano. En forma más específica, la seguridad ciudadana concierne a la protección de ciertas opciones u oportunidades de todas las personas – su vida, su integridad, su patrimonio – contra un tipo específico de riesgo (delito) que afecta la vida cotidiana de las víctimas”.[3]
La seguridad constituye de esta manera un aspecto muy relevante en el entendimiento de la calidad de vida, tanto desde lo objetivo, como desde lo subjetivo. En 2011, este mismo programa basado en una encuesta de percepción ciudadana, señaló que en Medellín la variable estratégica para mejorar la percepción de la ciudad es la seguridad, es decir, que las personas que se sienten menos satisfechas con el progreso de la ciudad se basan en su apreciación, primordialmente, en la inseguridad.
En este tema específico Medellín Cómo Vamos encontró que este es el aspecto de la calidad de vida que más tuvo retroceso en la ciudad en los últimos cuatro años, especialmente en lo relacionado al principal activo de las personas: su vida. El retroceso significativo en el irrespeto a la vida se da producto de dos fenómenos que llaman particularmente la atención, por un lado el aumento en la tasa de homicidios en la ciudad comparándola con el 2007 y por el otro, el crecimiento alarmante en las cifras de desplazamiento forzado intraurbano.
Estos dos hechos dan cuenta del accionar de los grupos criminales con asiento en la ciudad, con un agravante, en el caso del desplazamiento intraurbano, los afectados son en su mayoría población vulnerable y de bajos ingresos, que al ser victimas de este flagelo ven una desmejora notable en su ya de por sí complicada situación.
En el primero de los fenómenos señalados es necesario revisar el aumento de la tasa de homicidios: Luego de un descenso histórico en 2007 con una tasa de 34 por cien mil habitantes, el cuatrienio 2008-2011 presentó un incremento significativo, ya que en 2008 la tasa fue de 45.6, 2009 sería un año muy complicado en este ítem presentando una tasa de 94.4, en 2010 tuvo una leve mejoría al quedar en 86.3 que se vio prolongada en 2011, año en la que fue de 69.6.[4]
El comparativo histórico desde 1987 arroja una tasa de homicidios mucho más favorable en 2011, no obstante para los estándares internacionales Medellín sigue siendo una de las ciudades más inseguras de Latinoamérica, a su vez la zona más insegura del mundo, teniendo en cuenta este ítem, aclarando que se está lejos de épocas aciagas como la década del 90.
Desde la autoridades políticas y policiales de la ciudad se explica este aumento en los homicidios a partir de actividades ilegales ligadas al narcotráfico, según la Alcaldía de Medellín del total de homicidios de la ciudad, cerca del 63% corresponden al quehacer de las organizaciones delincuenciales, dentro de ese porcentaje hay un alto grado de personas, que si bien no está vinculadas a grupos, caen victimas en dinámicas delictivas asociadas al control territorial y las extorsiones.
Estos fenómenos delictivos tienen que ser entendidos de manera amplia, siguiendo los planteamientos de Hugo Acero, de forma dinámica, con raíces profundas en las décadas de los 80 que generaron en la ciudad un contexto delincuencial que se ha ido alimentando del control sobre el territorio y las rentas criminales, es decir, el entendimiento de la dinámica conflictiva de la ciudad debe virar de la explicación basada en el narcotráfico, a una mirada más integral de economía criminal donde el narcotráfico es sólo uno de los rubros de financiación de los grupos delincuenciales, quizá el más importante, pero complementado por fenómenos como la extorsión en todas sus modalidades, el microtráfico, el contrabando, la comercialización y tráfico de armamento y explosivos, la trata de personas, entre otros.
Producto de las condiciones adversas de seguridad en 2008 y 2009, la Alcaldía de Medellín emprendió la reconfiguración de la política pública de seguridad en la ciudad en lo que denominó “Medellín Más Segura. Juntos Sí Podemos”, desde esta estrategia se buscó generar corresponsabilidad y atención integral a todos los fenómenos de inseguridad. Las acciones emprendidas en el marco de la misma se concentraron en la actualización tecnológica, la articulación interinstitucional y el fortalecimiento a los organismos de seguridad.
Acciones como estas, aunadas al trabajo de los organismos de seguridad y justicia, propiciaron un descenso en la cifra de homicidios para los años 2010 y 2011, sin embargo la tasa no es alentadora en el comparativo nacional e internacional. El actual Alcalde, Aníbal Gaviria, propone hacer de la ciudad un hogar para la vida, y en ese propósito creó la Secretaría de Seguridad y ha hecho importantes modificaciones a la gestión de este aspecto en la ciudad, es necesario que no se traté de un borrón y cuenta nueva, al contrario, su política de seguridad debe partir de lecciones ya aprendidas y experiencias anteriores para potencializar logros, redefinir desaciertos y aumentar resultados.
El segundo de los temas señalados como preocupante por Medellín Cómo Vamos para el último cuatrienio es el del desplazamiento forzado intraurbano que a partir de 2009 ha cobrado una relevancia significativa en términos de alcance. En 2008, 1978 personas declararon desplazamiento forzado intraurbano, para 2009 lo hicieron 5531, lo que implica un crecimiento del 207%, más significativo aún es el crecimiento del 625% entre 2008 y 2011. Como victimarios de estos hechos son reportados autodefensas, grupos guerrilleros, grupos armados no identificados y delincuencia común.
No es necesario recalcar la gravedad del fenómeno, no obstante, si es importante llamar la atención sobre sus efectos e impactos generales en la calidad de vida en la ciudad, adicional exigir el reconocimiento y atención por parte de las autoridades a un problema de tamaña importancia en la seguridad pública, atención que implica articulación funcional y presupuestal con el gobierno nacional y departamental y el empeño en la dignificación de las víctimas y el restablecimiento de sus derechos.
Para terminar el análisis de los aspectos fundamentales del informe de Medellín Cómo Vamos es imperioso referirse a los resultados en cuanto a percepción ciudadana de la seguridad. La encuesta de percepción ciudadana para el lapso 2008-2011 presenta descensos en la percepción de seguridad, en 2008 el 72% de los encuestados manifestó estar entre segura y muy segura, está cifra en 2011 fue de 52%, previsible si se tienen en cuenta los datos objetivos reseñados anteriormente.
Por su parte el nivel de victimización y denuncia presentó poca variación en el cuatrienio, en el 2011 se ubicó en 10% para la victimización y 40% para la denuncia. A nivel nacional, Medellín presenta el nivel más bajo de victimización de la Red Cómo Vamos y uno de los más altos en cuanto a denuncia.
Colofón obligado a este sucinto análisis es el llamamiento a las autoridades políticas, organismos de seguridad y justicia, y sociedad civil por trabajo articulado y esfuerzos a largo plazo en materia de seguridad, no vasta con atacar los grupos delincuenciales y reducir la cifra de homicidios, entender el actuar criminal desde su sentido económico ayudará a que las acciones se emprendan para desvertebrar estructuras y redes de financiación, evitando el relevo generacional que propicia la solvencia de las rentas ilegales, más que la creación de entidades por a seguridad, se requiere corresponsabilidad y articulación en el mejoramiento de las condiciones objetivas de seguridad, lo que tendrá efecto inmediato en la percepción ciudadana.
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[1] Para una lectura completa del informe ver http://www.medellincomovamos.org/informe-de-indicadores-objetivos-sobre-la-calidad-de-vida-de-medellin-2008-2011
[2] Análisis de la evolución de la calidad de vida de Medellín 2008-2011. Medellín Cómo Vamos. 2012. Pág. 3
[3] Medellín Cómo Vamos, 2011. Pág. 30
[4] Datos de la Secretaría de Gobierno de Medellín presentados en el informe de Medellín Cómo Vamos.