El reciente fallo de la Corte Constitucional que ordena el reintegro al Concejo de Bogotá de la indígena Arhuaca Ati Quigua, cuya elección en las elecciones de 2003 fue declarada nula por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca por no cumplir la edad exigida para el cargo de concejal, “hace gala de una interpretación jurídica intercultural al convertir los criterios de una comunidad indígena en jurisprudencia válida para la nación colombiana”, aseguró a Actualidad Étnica el Coordinador de Derechos Humanos de la Fundación Hemera, Francisco Salazar Álvarez.

 

Dicha discusión se planteó nuevamente en el escenario político de la capital, luego de que mamos y autoridades indígenas tradicionales de los pueblos arhuaco, wiwa, uitoto, muisca, cocama, wayuú, inga, embera, kamentsá y quechua, se tomaran las instalaciones del Concejo ante la negativa de su presidente de cumplir el mandato de la Corte.

 

En su sentencia, la Corte decidió “conceder el amparo de los derechos fundamentales de la tutelante y, por lo tanto, ordenar la suspensión de los efectos del fallo proferido por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca del 2 de septiembre de  2004 que declara la nulidad de la elección como Concejal de Bogotá de Ati Seyguindiba Quigua Izquierdo y en su lugar que Ati Seygundiba Quigua Izquierdo recupere el lugar que tenía en la lista del movimiento Polo Democrático Independiente para el Concejo de Bogotá que comprende el período del 2004 al 2007 con todos los efectos de acuerdo a las normas electorales aplicables”.

 

Al respecto, las autoridades indígenas que respaldan a Ati Quigua señalaron en un comunicado que desde 1492, las primeras naciones de América fueron “invadidas, atropelladas y algunas exterminadas; desde entonces se han ejercido políticas de Estado que van en contravía de nuestros usos y costumbres. Estas políticas han sido ejecutadas por las oligarquías en su constante alternación en el poder, gobernándonos desde la exclusión y desconociendo la diversidad cultural presente en nuestro nación colombiana; esta situación ha terminado con el derecho consuetudinario dejado por los creadores de la vida y de las leyes de origen...” 

 

“Después de este paso trascendental dado por la Corte Constitucional, encontramos en nuestro país servidores públicos que aún no aceptan estos avances en la protección de la integridad cultural; tal es el caso del Presidente del Concejo de Bogotá, Hipólito Moreno, quien con su actitud discriminadora se ha negado, de manera reiterada, a darle cumplimiento al mandato de la Corte en su Sentencia T 778/05. Es por esto que las autoridades tradicionales y los delegados indígenas presentes en Bogotá, hemos decidido permanecer dentro del recinto de esta Corporación, hasta cuando el Presidente cumpla con lo ordenado por la Corte... Más que la defensa de una curul, estamos por la defensa de la participación de las primeras naciones de América, los jóvenes y las mujeres en las instancias de poder y gobernabilidad.

 

El Estatuto Orgánico de Bogotá señala que para optar al cargo de Concejal de Bogotá se requiere una edad mínima de 25 años. Según la Corte, “es contrario al derecho a la identidad cultural excluir a una indígena, que se postuló con la aceptación de la Registraduría competente, de una lista electoral, por la cual votaron libremente los ciudadanos de la correspondiente circunscripción, con base en que la elegida no reúne el requisito de edad fijado por un Decreto, si bien dentro de la cosmovisión del pueblo indígena al cual pertenece su edad es suficiente para ejercer plenamente sus derechos, incluidos los de representación política”. (Sentencia  N° T-778 de 2005).

 

A pesar de las muchas dificultades que ha tenido que sortear Ati Quigua, la lucha por el reconocimiento de sus derechos individuales y colectivos ha permitido que hoy se siente un precedente en la justicia colombiana, en relación con el reconocimiento de vigencia de las tradiciones y cultura de los pueblos indígenas colombianos. Frente al tema de la edad la sentencia advierte que en la cosmovisión arhuaca las mujeres alcanzan la mayoría de edad a los 15 años, cuando tienen su primera menstruación.

 

Según la concejal Ati Quigua, “la sentencia es clara al reconocer los derechos fundamentales de los pueblos indigenas como sujetos individuales y colectivos de derechos, es coherente con el tema de la interculturalidad en la ciudad y la vigencia de los derechos indígenas dentro de ella.  Destruye los acuerdos y componendas políticas que habían al interior del Concejo para birlar mi derecho, creando una tensión sobre el presidente de la corporación que tuvo que actuar presionado por el miedo las consecuencias legales de un desacato.  También puso de presente que se necesita el respaldo de las organizaciones para exigir los derechos pues con las autoridades indígenas tuvimos que tomarnos el Concejo y decirle a su presidente de aquí no nos vamos hasta que no nos resuelva.”

 

Sobre las perspectivas de la gestión, Ati dijo que volverá a presentar los proyectos que quedaron pendientes con su salida: el de la creación de la dirección de asuntos étnicos, la reivindicación de los chibchas y muiscas como primeros habitantes de la ciudad, la recuperación de los ríos y la defensa del agua como patrimonio público y la inclusión de los sitios sagrados indígenas en el POT de Bogotá, así como una propuesta de seguridad alimentaria que reivindica los alimentos andinos.  

 

Según el experto de la Fundación Hemera, con esta sentencia el fuero indígena deja de ser exclusivo para ser ejercido en sus territorios y pasa a tener incidencia en todo el territorio nacional, relativizando la autoridad administrativa al entrar en consideración las interpretaciones interculturales que hacen las autoridades indígenas sobre la capacidad de ejercer su derecho a la participación política. 

 

“Los mamos se van tranquilos a sus comunidades, dijo Ati, porque pueden llegar con el mensaje de triunfo y ya no tendrán que movilizarse a la ciudad de Bogotá para exigir nuestros derechos. Me dejan no sólo en posesión administrativa sino también en posesión espiritual para desarrollar mi mandato en bien de nuestros pueblos”.  

 

Ati Quigua fue elegida en las elecciones de octubre del 2003 con 6.800 votos.

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar