Redacción Actualidad Étnica
Bogotá. Marzo 8 de 2006.
Fuentes: Pro Rom
Si bien los problemas de los pueblos indÃgenas, afrodescendientes, Raizal y Rom son estructuralmente similares, sus procesos históricos y organizativos, asà como las condiciones emergentes de sus etnicidadades, han sido diferentes, y según la organización Pro Rom, desiguales. Esta condición se refleja en diversos campos como la polÃtica. Los gitanos, a diferencia de los indÃgenas y afrodescendientes no cuentan con Circunscripciones Especiales Nacionales para Senado de la República y para la Cámara de Representantes, asimismo no existe ningún tipo de privilegio ni trato preferente para acceder al Congreso de la República, lo que los obliga a tener que enfrentarse en condiciones sumamente desventajosas no sólo al resto de los pueblos, sino a los representantes de la sociedad mayoritaria.
Por esa razón, la participación de una mujer gitana en la actual contienda electoral, es altamente significativa. Esta experiencia del pueblo Rom es inédita en la historia no sólo de Colombia sino del hemisferio. Por primera vez un proyecto organizativo de los Rom, en este caso el Proceso Organizativo del Pueblo Rom (Gitano) de Colombia, (Pro Rom), decide optar por la vÃa electoral como estrategia para avanzar en la consolidación del proceso de visibilización del pueblo Rom que viene impulsando desde 1997.
Sin embargo pese a que es un hecho sin antecedentes en la historia polÃtica del paÃs el que una mujer Rom aspire al Senado de la República, ya existÃan unos tÃmidos antecedentes al respecto que dejaron lecciones significativas y que de alguna manera explican la actual aspiración electoral que del pueblo gitano en Colombia. Desde el nacimiento mismo de Pro Rom se construyeron alianzas con organizaciones de otros pueblos, como los indÃgenas y el Raizal. Dado que los Rom son una verdadera minorÃa entre las llamadas “minorÃas étnicasâ€, se consideró que a los Rom en solitario les quedarÃa muy difÃcil alcanzar sus reivindicaciones más sentidas.
En el año 1998, un miembro de Pro Rom, Venecer Gómez Fuentes, quien es actualmente es su Coordinador General, hizo parte, en un secundario, perdido y meramente simbólico cuarto renglón, de la lista de la Alianza Social IndÃgena (ASI) al Senado de la República por la Circunscripción Especial para Pueblos IndÃgenas, que en esa oportunidad estuvo encabezada por el indÃgena Embera, Francisco Rojas Birry. “Los objetivos que se buscaron con esa alianza desafortunadamente se frustraron en su totalidad. Si bien los Rom de algunas kumpania, especialmente la de Girón (Santander), votaron dentro de sus posibilidades por Rojas Birry, los compromisos que el candidato adquirió con gitanos no los cumplió en su ejercicio como Senadorâ€, señalan los miembros de.
Una alianza interétnica
Cuatro años más tarde, en el 2002, ante el poco eco que tuvo en la ASI la propuesta de que se incorporaran en los planteamientos de sus candidatos referencias directas al pueblo Rom, Pro Rom decidió participar activamente en la conformación de un espacio que se denominó Movimiento Plurinacional Entrepueblos y que apoyó la candidatura al Senado de la República por la Circunscripción Especial para Pueblos IndÃgenas del indÃgena Inga Antonio Jacanamijoy Tisoy quien en esa oportunidad se lanzó con el aval del Partido Socialista Democrático (PSD), partido proveniente de la Corriente de Renovación Socialista (CRS).
Si bien en la lista de Jacanamijoy Tisoy no se consideró oportuno incluir a ningún Rom, su propuesta polÃtica recogió lo fundamental de las demandas y reivindicaciones del pueblo gitano. Por esa razón, Pro Rom acompañó esta candidatura, tendiendo puentes con el pueblo Raizal del Archipiélago que también hizo parte de la alianza. A pesar que los votos de Jacanamijoy Tisoy no fueron suficientes para llegar al Senado de la República, esta experiencia permitió medir fuerzas y analizar el grado de aceptación de los Rom en el ambiente polÃtico electoral.
El efÃmero Movimiento Plurinacional Entrepueblos se acercó al Frente Social y PolÃtico (FSP) que impulsaba la candidatura de Luis Eduardo Garzón a la Presidencia de la República. Con este acercamiento se logró que el FSP incorporara dentro de su plataforma polÃtica y dentro de su marco ideológico reivindicaciones importantes de los pueblos indÃgenas, afrodescendientes, Raizal y Rom. Fue asà como, en su momento, el FSP se convirtió tal vez en el único partido de las Américas en que en sus estatutos nombraban al pueblo Rom y algunas de sus propuestas.
Producto de este proceso electoral impulsado un miembro del pueblo Rom, Ana c Gómez Baos, actual candidata al senado y en aquel entonces coordinadora de Cultura y Educación de Pro Rom, quedó transitoriamente incluido en la Directiva Distrital del Polo Democrático Independiente (PDI), constituyéndose ello también en un hecho sin precedentes en el hemisferio.
La llegada al Polo
Con estas experiencias se abonó el terreno para que el pueblo Rom se lanzara de manera directa al ruedo electoral, de la mano del Polo Democrático Alternativo, PDA. “Al hacer parte de una lista nacional del Polo es claro que hay que legislar pensando en el paÃs en su conjunto. Sin embargo, la mirada que hacemos del paÃs, se hace desde un contexto cultural muy especÃfico, por lo tanto trabajaremos, por todos los colombianos y por las reivindicaciones de mi pueblo, este es un compromiso ético inaplazableâ€, afirmó Dalila Gómez, quien hoy encarna el resultado de un trabajo de más de ocho años por la visibilización del pueblo gitano en Colombia.
“La mirada sobre los problemas del paÃs, que tiene una mujer Rom, no puede ser la misma mirada que sobre el paÃs tiene una persona de la sociedad mayoritaria. Si los Rom miramos al paÃs de una manera diferente, asà mismo podrán ser las alternativas de solución que desde nuestro pueblo se puedan proponer. Pero para que esa mirada sobre el paÃs que tienen los Rom pueda perdurar se hace necesario que los Rom sigamos existiendo como Rom. De ahà el compromiso de trabajar por mi pueblo desde el Senado de la Repúblicaâ€, agregó la candidata al senado.
Los integrantes de Pro Rom coinciden en afirmar que la inclusión de una gitano en la lista del PDA no es una cuestión gratuita o fruto del azar, por el contrario es una estrategia etnopolÃtica de visibilización, que “siempre pensó que debÃa hacerse desde movimientos o partidos alternativos, progresistas, pluralistas, populares y crÃticos al establecimiento, que recogieran el inconformismo de las mayorÃas excluidas del paÃsâ€.
¿Qué se busca en el senado?
“El trabajo legislativo necesariamente se deberá realizar en dos escenarios. Un escenario propio, en donde se apuntarÃa fundamentalmente a consolidar los procesos de visibilización y organizativos del pueblo Rom de Colombia y de América Latina. Un escenario de la sociedad mayoritaria, donde se trabajarÃa en propuestas que vayan en la dirección de hacer una Colombia menos desigual y más equitativa, en otras palabras, en formular propuestas que le sirvan a las mayorÃas empobrecidas y excluidas del paÃsâ€, estas son las principales apuestas en las que trabajara Dalila Gómez desde el senado de la República.
La candidata afirmó que la idea es impulsar la elaboración y aprobación por parte del Congreso de la República de un Estatuto de AutonomÃa Cultural para el pueblo Rom de Colombia, que a la vez que sirva de marco regulatorio de las relaciones entre el Estado colombiano y el pueblo Rom, reconozca de manera integral sus derechos colectivos y patrimoniales consuetudinarios.
La Constitución del 91 y el pueblo Rom
Los Rom en Colombia, a través de Pro Rom, han acudido a dos instrumentos jurÃdicos para sustentar en parte sus demandas y reivindicaciones étnicas y nacionalitarias: El Convenio 169 de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “Sobre Pueblos IndÃgenas y Tribales en PaÃses Independientes†(OIT-169), y la Constitución PolÃtica de Colombia.
Pese a que ninguno de estos dos instrumentos explÃcitamente menciona al pueblo Rom, en la medida en que hacen referencias generales a los grupos étnicos, han sido útiles para darle un marco legal al proceso de visibilización y reconocimiento del pueblo Rom de Colombia. En ese sentido, los artÃculos constitucionales referidos a la diversidad étnica y cultural y aquellos que mencionan a genéricamente a los “grupos étnicos†son los que han soportado jurÃdicamente las demandas y reivindicaciones de los Rom. Por su parte, el concepto de pueblo tribal contenido en el OIT-169 es el que sirvió de base para reclamar que este instrumento jurÃdico aplica y ampara al pueblo Rom, como quiera que sea un pueblo tribal por excelencia.
Aunque no existe en la legislación colombiana una norma jurÃdica que explÃcita y taxativamente reconozca al pueblo Rom, partiendo de la Constitución PolÃtica se han dado varios reconocimientos a su existencia y a algunos de sus derechos a través de diversos actos administrativos y de las leyes que aprobaron los Planes de Desarrollo Nacional de las administraciones de Pastrana Arango y Uribe Vélez, donde quedaron contemplados acápites especÃficos referidos a los Rom.
Una de las mayores dificultades que desde el pueblo Rom se ha encontrado para fortalecer su proceso organizativo, tiene relación con que en el imaginario de las instituciones gubernamentales y de muchas organizaciones étnicas la etnicidad y el “lo étnico†se sigue restringiendo exclusivamente al ámbito de lo indÃgena y de lo afrodescendiente.
Los Rom son una minorÃa con un peso demográfico insignificante, sobre todo en las cuentas de la polÃtica electoral. En esa perspectiva, en ciertos sectores institucionales y de las propias organizaciones étnicas, el respeto a la diversidad étnica y cultural está subordinado a la significación numérica del pueblo en cuestión o a la ocupación de un territorios estratégico. Otra dificultad reside en que el ordenamiento legal del paÃs ha venido siendo elaborado desde la exclusiva lógica de los pueblos sedentarios, y en lo referido a los grupos étnicos, a pueblos con territorialidades definidas. La totalidad de las leyes que reconocen derechos preferenciales a los grupos étnicos, no se ajustan a la realidad nomádica e itinerante del pueblo Rom, el cual consiguientemente queda excluido.