De frente a las acciones militares que se han venido proyectando hacia zonas aledañas a nuestro territorio en el marco del proceso de erradicación y aun más a partir de la crisis de orden público que se vivió a principios del presente mes y que motivó un consejo de seguridad con el ministro de defensa en Tierralta, queremos señalar lo siguiente:
1. Qué el Ejército Nacional ha ingresado a nuestros territorios en la región de Mongaratatado y permanecido en las bocas de la quebrada Mutata sobre el rÃo Sinú, en donde impidieron la libre movilización de miembros de la comunidad por nuestro territorio y retuvieron por un dÃa a una persona en las bocas de Mutata.
2. Qué públicamente se ha afirmado por los altos mandos de la fuerza publica la realización de fumigaciones en la zona de Crucito y áreas de influencia del programa de erradicación de cultivos ilÃcitos. Esta posibilidad no deja de preocuparnos pues conocemos los efectos de la fumigación en nuestras cuencas hÃdricas de consumo, especialmente en la quebrada de Mutata.
3. Qué se ha incrementado la presencia de actores del conflicto en el territorio y que nos preocupa un posible enfrentamiento en las zonas habitadas del resguardo; asà mismo la amenaza permanente de la localización de minas antipersonales y artefactos sin explotar en los caminos y áreas del resguardo, de su intromisión en nuestras actividades y del pretendido control del derecho a movilizarnos en nuestro territorio en desarrollo de nuestra vida y cultura.
Entonces Los Cabildos Mayores de rÃo Verde y rÃo Sinú reafirmamos el principio de la Declaración de Zambudo del 8 de abril de 1999 en la cual hemos manifestado ante el Estado y sus entidades y ante los actores del conflicto que: “Ni las autoridades ni las comunidades Embera Katios del Alto Sinú tenemos compromisos ni los vamos a tener con los grupos armados legales e ilegales que operan en la zona. Nuestro compromiso es con nuestro futuro, nuestra cultura, con la Madre Tierra, con la dignidad de los êbêra y también de los Kapunia.â€
Exigimos que nuestro territorio sea desocupado por toda presencia militar, que se aplique el Derecho Internacional Humanitario y se respete la opción comunitaria de mantenernos en el desarrollo de la autonomÃa y el gobierno propio, del control del territorio por nuestras autoridades y guardias indÃgenas. Exigimos que cesen en su intención de apropiarse del territorio, de nuestro espÃritu en los sitios sagrados, de nuestros puertos, de nuestros caminos y bosques, de la libertad y la vida.
Que en el marco de las polÃticas de erradicación de cultivos ilÃcitos se tomen las medidas necesarias para evitar que nuestras comunidades sean afectadas por el conflicto que se genera en dicho proceso y se suspenda ya la vulneración a los derechos fundamentales de nuestro pueblo.
Tierralta, Julio de 2006
