Bogotá D.C., miércoles 25 de Julio de 2012
A raíz de la iniciativa del Presidente Santos, se han planteado diferentes iniciativas tendientes a lograr soluciones de fondo a la situación de los indígenas en Toribío y del norte del Cauca. Sin embargo, no ha sido fácil lograr dichas soluciones, dada la complejidad del problema. Aun cuando los indígenas tienen sus líderes, representados por gobernadores, alcaldes, cabildos y guardia indígena con sus bastones de mando, es el Estado, a través de la presencia de sus Fuerzas Armadas, tanto de Policía como de Ejército, quienes deben mantener el orden público en cualquier zona del territorio nacional.
Las posturas tomadas han sido valientes; El Gobierno ha dialogado con las organizaciones indígenas que quieren imponer sus criterios para neutralizar y expulsar a la guerrilla de sus territorios. Por su parte, los gobernadores, alcaldes o alcaldesas, así como sus cabildos y guardia indígena no toleran más las acciones de la guerrilla como la colocación de minas antipersonal o el reclutamiento forzado de sus hijos, o menores de edad integrantes de su familia en un escenario de guerra o de conflicto armado interno.
La situación humanitaria de los pueblos indígenas de Colombia y en particular la situación de las comunidades del norte del Cauca, requiere de un diálogo social intercultural, directo, franco, sensato, responsable y respetuoso, entre las autoridades de los pueblos indígenas, los diferentes sectores sociales del Cauca, el Gobierno Nacional y Territorial, incluyendo los Comandantes del Ejército y la Policía Nacional, que debe incluir los temas sociales, políticos, económicos y el tratamiento a los efectos del conflicto armado interno en sus respectivas zonas.
Esto podría llevar a generar hechos importantes como la construcción de confianza mas allá del diálogo tradicional y formal con dichas comunidades para lograr pasos ciertos y duraderos para la convivencia pacífica.
Algo similar llevó a cabo el gobierno de Brasil con gobiernos locales en algunas favelas de Río. No olvidemos que sobre la paz no contamos con la verdad revelada, y que las organizaciones indígenas junto con las organizaciones campesinas pueden tomar decisiones en la lucha por el Diálogo Social intercultural.
El logro de la paz en Colombia ha sido el propósito del Presidente Santos y de su Gobierno. Así mismo lo han pretendido anteriores gobiernos, pero no ha sido fácil. No debemos olvidar que de acuerdo a la Constitución Política en su artículo 22, “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento” para todos los colombianos y colombianas.
El diálogo social es la alternativa que tenemos para construir senderos de paz. Debemos desarmar la palabra y ponernos de acuerdo en las diferencias. De esta forma lograremos escenarios propicios para una reconciliación incluyente e integral.
Es probable que el proceso se haga más complejo y difícil a través del tiempo, pero no existe otro camino. Lo importante es la persistencia y la paciencia que han demostrado nuestros gobernantes, así como los pueblos indígenas.
Los colombianos y las colombianas tienen todo el derecho a vivir en paz y en tranquilidad, empezando por los niños y las niñas. En lo personal quisiera ayudar más, pero mis complicaciones médicas recientes no me han permitido desarrollar esta tarea a cabalidad. Agradezco todas las manifestaciones y sentimientos de la población colombiana a favor de mi salud, que con misas y oraciones han contribuido a mi recuperación.
Así mismo agradezco la paciencia del señor Presidente de la República y del pueblo colombiano. Este proceso no será indefinido, y confío que con la ayuda de los médicos, y la bendición del Señor de los Milagros de Buga, continúe mi pronta recuperación en materia de salud física, porque mentalmente estoy en condiciones óptimas de acuerdo al parte médico.
Agradezco a la vida por los favores recibidos y espero poder contribuir pronto a la construcción de la paz y al bienestar del pueblo colombiano, que es ante todo un esfuerzo y un bien colectivo de todos los colombianos y colombianas.
Cordialmente,
ANGELINO GARZÓN
Vicepresidente de la República