La Dirección de Asuntos Etnicos de la Secretaría de Gobierno se aproxima a su primer año de labores. Es quizá el momento apropiado para hacer los primeros balances de una dirección que se inició desfinanciada, y sin los recursos de inversión necesarios para materializar las políticas públicas que le corresponde desarrollar. Y todo, en un momento crítico para las comunidades étnicas de la capital y del país que acuden a la ciudad buscando acercarse a los entes del estado local y nacional.
El balance personal que hace de la Dirección su director es prometedor. Un año después de creada por decreto distrital, y a pesar de las muchas dificultades derivadas de la resistencia interna que se opuso hasta el momento mismo de su promulgación (siendo alcaldesa Clara López), sin recursos, logró lo que la Consultiva distrital no pudo en décadas: darle una estructura de representación mas democrática a las comunidades de base en las localidades y crear espacios para darle visibilidad a los asuntos sin concentrarlos de una manera excluyente, contra la participación de los que no tienen cargos de representación reconocidos. El balance de la dirección de Asuntos Ëtnicos recoge lo bueno de procesos anteriores, y siendo reflexivo de los procesos de desburocratización de las formas de representación étnica.
Así lo entiende el profesor Rudesindo Castro, quien está desde julio de 2011 al frente de la dependencia.
Actualidad Étnica preguntó inicialmente al profesor Castro, sobre su balance al frente del organismo, desde la Secretaria de Gobierno distrital. Resaltamos los principales aspectos de su visión:
En primera instancia destaca logros en la parte organizativa, de las llamadas comunidades “objeto”: afros, raizales, palenqueros, Rom y etnias indígenas. La Dirección, como instancia de la Secretaría de gobierno, no cuenta, ni contó desde su primer periodo, con recursos propios. Heredó una pequeña planta de personal trasladada desde la dirección de de derechos humanos:
“No hay presupuesto para lo administrativo”, dice el profesor Castro. A ello se suma, agrega, que “el director asume todos los niveles de gestión incluido hasta el ir a la base de las comunidades”, los funcionarios trasladados no contaban con una apropiación de su nuevo rol al frente de un equipo apenas creado para el funcionamiento, en medio de una realidad compleja, como lo es la dispersión de las organizaciones de base y del movimiento de los sectores que conforman los grupos étnicos de la capital.
En medio de dicho panorama, y sin recursos de inversión, ha sido extraordinariamente difícil el desempeño orientado desde la gestión institucional hacia dichos sectores.
Se ha encarado desde la dirección la tarea de consolidar las mesas de trabajo locales y los organismos de representación distrital, afines con el nuevo escenario de interlocución gobierno distrital y la población cobijada por las políticas públicas sobre los derechos étnicos. Tamaña dispersión le condujo a hacerse la siguiente pregunta:”¿ cómo trabajar ese marco de política pública si no hay movimiento? ” :
Según el profesor Rudesindo se ha estado trabajando hacia la constitución fuerte de las mesas autónomas, conjuntamente con la Personería de Bogotá. Al respecto precisó que…“a través de los organismos de base locales se convocaba a las bases del movimiento y se les preguntaba hacia dónde debe orientarse el trabajo de la Dirección de asuntos étnicos.”
En noviembre de 2011 se hizo una solicitud de traslado presupuestal pero a pesar de ello ese año culminó sin soluciones presupuestales a la vista y con mucho trabajo acumulado en la generación de nuevas mesas de trabajo en las localidades que aun no las tenían: “En noviembre hubo ya 14 mesas locales conformadas. Estas nacen como espacios autónomos” según precisa el director.
Se constituyó así un grupo impulsor y a partir del éxito inicial se da el salto a la conformación de 17 mesas. De igual manera están conformadas las de indígenas y raizales.
Se estima en la Dirección de asuntos étnicos que los afros en Bogotá han alcanzado la cifra de 650.000 y según su director, ésta, es razón suficiente para que haya que montar mesas en la totalidad de las localidades, tal vez excluyendo a Sumapaz.
En este marco han surgido igualmente las llamadas mesas especiales de desplazados afrodescendientes, la de mujeres afrodescendientes, las de jóvenes, etc..
En enero de 2012, y con la expectativa sobre el nuevo gobierno de la capital, ya son 18 las mesas de trabajo conformadas. Dado el número tan representativo de instancias locales y mesas específicas se convoca a la oficialización de la Mesa distrital en las instalaciones del hotel Tequendama, con el acompañamiento del nuevo gobierno, representado por el Secretario general de la alcaldía, quien fue “a mirar el proceso”.
A La sesión de trabajo inaugural del nuevo periodo, asisten un alto número los delegados. unos 130 asistentes, representando todas las instancias locales de la Bogotá Afro.
En el acto de apertura del proceso, la propia administración distrital presenta un documento de oficialización y visibilización de las Mesas. El secretario Noriega se asume como parte de la comunidad allí reunida y expresa el compromiso de la administración de trabajar en pro de la inclusión en el plan de desarrollo, y participación en los cabildos. Según Castro la energía de los jóvenes en el proceso se orientó a trabajar en los cabildos del plan de desarrollo. Han hecho una relatoría del proceso y sus iniciativas que recogen las necesidades: “Son 7 u 8 proyectos de emprendimiento” que al decir del director de asuntos étnicos se enfocan a los temas tradicionales del aporte afro a la cultura y a la productividad y en tal medida le corresponde al sector de Desarrollo económico, otros a la Secretaria de Hábitat, Cultura Recreación y Deporte, Integración Social, etc. Una de las grandes necesidades expresadas consiste en adelantar planes de vivienda en donde se propone vincular directamente a las comunidades afro en los proyectos habitacionales.
Un ejemplo del tema de emprendimiento es el de los 1200 restaurantes afro existentes en Bogotá, realidad sobre la cual la Asociación afro de este renglón de la economía pide que se trabaje para crear una cadena de suministro del elemento central de su culinaria que es el pescado, el cual es traído desde Buenaventura a través de formas de intermediación que dificultan el acceso al producto para el procesador final.
La economía gastronómica afro vincula en promedio entre 5 y 8 personas en sus negocios familiares. Se trata de una economía familiar que saca el desempleo de las esquinas, en donde, por otra parte, se les persigue a los fruteros afro y se les expulsa de la “informalidad”, hacia la nada.
Propuestas en proyección al PDD.
Una de las iniciativas que se mueve en este marco de acciones desde la política pública para desarrollar las líneas fundamentales del plan es la de luchar contra la segregación, pero no de manera retórica. Ello significa fundamentalmente desarrollar acciones que fortalezcan la capacidad de identificar y producir información de alta calidad para acertar con las políticas y con las medidas de atención y seguimiento a las problemáticas vividas por los desplazados, por las víctimas, por las comunidades étnicas que constituyen el grueso de la población afectada en estos aspectos. Se ha propuesto desde la dirección conformar el observatorio de grupos étnicos que haga este tipo de monitoreo y seguimiento.
Y una de las primeras tareas a cumplir por este instrumento de seguimiento es realizar en el más corto plazo el censo de los grupos étnicos destinado a establecer una línea de base sobre cómo están, cual es el estado de dicha población: “con base en ello se pretende crear unas metas, crear un sistema de indicadores de tipo étnico que puedan medir nuestro progreso en el cumplimiento de dichas metas”, precisa el director de etnias en Bogotá.
Respecto de la necesidad de tener un censo que actualice las cifras que se manejan en el distrito sobre los grupos de base, para esta política de inclusión, resulta evidente que las que se tienen no satisfacen ya el volumen de necesidades a atender. Al respecto se habla de 70 mil desplazados afrodescendientes pero no se han podido generar indicadores sobre una base creíble.
A ello sumemos que de los 69 mil millones de pesos apropiados en el cuatrienio pasado, sólo se invirtieron 19 mil millones de pesos en el conjunto de necesidades que aquejan a la población más excluida de la capital, compuesta en un alto porcentaje por la población expulsada de los territorios afro e indígena.