A finales del año anterior se realizó en Bogotá un evento, importante para los pueblos Indígenas e importante para las diferentes entidades del Estado, toda vez que abordaba el tema del tratamiento diferencial a la problemática de derechos humanos que afecta a nuestros Pueblos, muy especialmente la problemática del desplazamiento forzado. Por considerar de gran importancia lo allí trabajado, me voy a permitir presentar mucho de trabajado, para que a modo de diagnostico y de recomendaciones, sean consideradas por el Señor Relatos en su informe. Para complementar estas apreciaciones, anexaré cuadros estadísticos de las violaciones contra los Pueblos Indígenas durante los últimos cinco (5) años, elaborados por la fundación Hemera.

 

Caracterización del conflicto

 

El fenómeno del desplazamiento indígena es una resultante del impacto del conflicto armado interno sobre los pueblos indígenas. El conflicto armado es la expresión de una situación de guerra “ajena al pensamiento indígena y a nuestras actuaciones sociales y políticas”, en la cual los indígenas somos victimas de una política de exterminio y aniquilamiento de características etnocidas, dado el impacto negativo sobre la vida y cultura de las comunidades y pueblos indígenas.

 

Podríamos aventurar la hipótesis que una de las principales causas de este conflicto que involucra a todos los actores armados que existen en Colombia, es la lucha por el control de nuestros territorios, los cuales han tomado en los últimos tiempos un carácter estratégico, no sólo desde el punto de vista económico sino también desde la perspectiva militar y política. La importancia económica de nuestros territorios radica en su potencial para el desarrollo de los grandes capitales, bien m ediante la explotación de los recursos naturales y el desarrollo de grandes obras de infraestructura , realizadas por el Estado, por las grandes potencias ó por particulares nacionales y/o extranjeros, en los campos energético, hídrico y de comunicaciones; ó través de industrias ilícitas ligadas al narcotráfico, la guerra, el tráfico de armas y el secuestro. En el campo militar y político, representan corredores geoestratégicos de tránsito de los grupos armados y zonas de repliegue o posicionamiento para el desarrollo de sus actividades.

 

“Todo este panorama convierte los territorios indígenas en escenarios de las tácticas de guerra de los grupos armados, ya sea para transitar, establecer su dominio, protegerse o desarrollar sus actividades ilícitas. Para ello realizan un control sistemático y mortal sobre su población, sus territorios y sus riquezas, con los efectos conocidos de los desplazamientos forzados y la conversión de la población en escudos humanos”.

 

Otro de los efectos que caracterizan los impactos del conflicto armado en los territorios indígenas son las agresiones a los procesos organizativos y de participación política de las comunidades indígenas. Los actores armados han optado por impedir que las comunidades indígenas ejerzan sus derechos de participación política para elegir y ser elegidos. Tal es el caso del último proceso electoral, donde muchos candidatos indígenas fueron blanco de las acciones de intimidación o violencia de los diferentes actores armados, quienes además impidieron la libre movilización y el acceso de las comunidades a las mesas de votación.

 

En muchos de los casos de desplazamiento, los directamente afectados son los líderes sociales, espirituales o políticos de las comunidades. Sin embargo, cuando los líderes son blanco de las amenazas y de las acciones violentas de los actores armados, la comunidad indirectamente se convierte en una víctima más de las agresiones porque ellas se organizan y funcionan alrededor de sus líderes. En ese sentido, al afectar a los líderes se afecta la estructura misma de la comunidad, con el agravante de que las personas afectadas indirectamente no son tenidas en cuenta para efectos del registro y atención por parte de las entidades de gobierno, lo cual supone la exclusión de la mayor parte de las personas víctimas del conflicto armado de los programas de mitigación de impacto del conflicto y atención humanitaria.

De este modo, el desplazamiento tiene la característica no sólo de despojo sino también de táctica del desarraigo orientada a la desarticulación de las comunidades que, dadas las condiciones de marginalidad de muchas de ellas, resultan débiles frente al conflicto. Este desarraigo no sólo impacta negativamente la vida de quienes se desplazan; también afecta a los miembros de la comunidad que se quedan: la zozobra, el temor y las limitaciones afectan su vida material y económica, emotiva y espiritual, su identidad cultural, su ejercicio de la autoridad, su capacidad de gobierno, sus procesos de organización, su capacidad de administrar la justicia propia y de ejercer la autonomía.

 

Derechos que resultan afectados

 

Algunos de los derechos de los pueblos indígenas más vulnerados, como consecuencia del conflicto armado son, entre otros:

 

El derechos a la vida, a la libertad, el derecho a la diferencia, a la autonomía, al trabajo, al territorio, al desarrollo libre de la personalidad, a la consulta previa en proyectos de desarrollo, a un medio ambiente sano, la libre movilización, la libertad de expresión. Pero, por la dinámica del conflicto, los pueblos indígenas también hemos visto afectados nuestros derechos colectivos, económicos, políticos y culturales con situaciones y acciones que perturban nuestra participación política, el acceso a servicios sociales y las posibilidades de libre desarrollo de nuestro modelo de vida, nuestros usos y costumbres ancestrales.

 

Los tipos más frecuentes de violación de nuestros derechos son:

 

Los homicidios, las amenazas, los hostigamientos, el confinamiento y el desplazamiento forzado. Los desplazamientos adquieren diversas formas, a saber:

 

1)       Desplazamiento interno dentro de un territorio o hacia otros resguardos,

2)       Desplazamiento transfronterizo hacia otro país o hacia otras comunidades de la misma etnia de otro país,

3)       Desplazamiento hacia los cascos municipales o urbanos.

 

Frente a estas violaciones el tema recurrente o punto de llegada en casi todos los casos es la impunidad casi que absoluta con que se cometen estos crímenes de lesa humanidad. Como consecuencia, el descrédito del Estado y la necesidad de la reacción por parte de las propias comunidades, que no encuentran en él un protector y garante de sus derechos.

 

Al respecto se menciona que la Política de Seguridad Democrática y su componente de “soldados campesinos” no ha servido para mitigar sino para exacerbar los impactos del conflicto armado sobre los pueblos indígenas. Como los costos del conflicto armado los estamos pagando también los pueblos indígenas, se ve la necesidad de cuantificar los costos de la guerra en el contexto de las comunidades.

 

Estrategias de vida

 

En relación con la actitud o respuesta de las comunidades frente al conflicto armado, se desprenden algunas estrategias o alternativas que han venido siendo utilizadas por las comunidades para preservar sus vidas, territorios y culturas, que podemos agrupar y sintetizar de la siguiente manera:

 

El Fortalecimiento de sus instituciones y organizaciones

 

"Si bien el conflicto armado impacta negativamente los procesos organizativos de las comunidades y el derecho al autogobierno, también es cierto que en algunos casos se ha presentado el fenómeno contrario, es decir, el fortalecimiento de los lazos de solidaridad, el replanteamiento y fortalecimiento de las organizaciones indígenas para dar respuestas a la crisis y plantear estrategias de resistencia, tal y como ha ocurrido con algunos movimientos sociales que se han venido fortaleciendo a partir de las presiones de la guerra. De allí la importancia de apoyar el fortalecimiento de todas las instituciones y organizaciones indígenas, que tienen como propósito la articulación de los miembros de las comunidades en torno de objetivos de vida comunes”.

 

“Resulta fundamental en este campo el fortalecimiento de la jurisdicción especial indígena y desde ella plantear mecanismos que impidan que los jóvenes se involucren en el conflicto armado y los actores armados puedan ingresar a los territorios indígenas”.

 

La Resistencia:

 

Como una de las formas en que los diferentes Pueblos Indígenas hemos demostrado nuestro derecho y anhelo de vivir en paz. Los Pueblos de la Sierra, con su interés de vivir y volver a su territorio unos, con sus trabajos espirituales y el papel desempeñado por sus mamos otros, el fortalecimiento de la autonomía y la identidad de sus pueblos, la mayoría de ellos. “Como principales elementos de esta resistencia se destacan:

 

1)       la no violencia,

2)       la participación y movilización masiva de las comunidades,

3)       la decisión de permanencia en los territorios,

4)       el fortalecimiento de las instituciones de gobierno y de justicia,

5)       el cuidado y la permanencia de los líderes al lado de las comunidades,

6)       la vivencia cotidiana de la cultura.

 

Entre sus principales instrumentos se encuentran la participación comunitaria y las guardias cívicas.

 

Las movilizaciones: de las comunidades ante hechos concretos son una herramienta importante con la que cuentan las comunidades indígenas para hacer valer sus derechos, visibilizarse y demostrar su fuerza. A través de ellas han conquistado las conciencias y han logrado su estatus actual de legitimidad.

 

El posicionamiento del territorio: la continuidad en los procesos de titulación de tierras se ve como un elemento importante que contrarresta los efectos del conflicto, ya que las comunidades sin tierra son más propensas a todo tipo de vejámenes.

 

Otras estrategias: La capacitación aparece como una estrategia importante de las comunidades indígenas para que los actores armados no se aprovechen de sus debilidades. La misma debe ser complementada con la creación de espacios de convivencia.

 

El silencio: Ha sido otra de las estrategias utilizadas por algunos pueblos para tratar de aminorar los impactos del conflicto. Dadas la fuerte presión y las amenazas contra algunos pueblos, consideran que los procesos de resistencia no sirven porque cuando se manifiestan lo único que logran es exponerse a ser blanco de los actores armados. Complementariamente con el silencio, han optado por esconder los líderes para preservar su vida y realizar los trabajos espirituales en la clandestinidad.

 

La denuncia: En este campo, al igual que en el de la resistencia, se presentaron posiciones diferentes que van desde su visualización como un instrumento eficaz para contrarrestar los actos de violación de derechos, hasta aquellas que la consideran inútil, ya sea por su ineficacia o por la impunidad. Otros por el contrario, han encontrado en el silencio el manto que cobija la impunidad porque guardar silencio tampoco les ha “servido de nada”. Por eso consideran que es mejor dar a conocer la situación y adelantar procesos de sensibilización y formación de opinión sobre la situación que enfrentan las comunidades indígenas en los ámbitos local, regional, departamental, nacional, e internacional porque este es un instrumento que puede llegar a ser efectivo en el futuro.

 

Incluso, la no resistencia: entendida como la actitud asumida por comunidades con poca población o desarrollo organizativo, cuyas condiciones no le permiten ejercer una resistencia activa. En este sentido, se destaca también la necesidad de reivindicar la comunicación no sólo como derecho sino también como espacio a través del cual es posible exigir y ejercer otros derechos fundamentales. En este sentido, se llama a la creación de medios de comunicación indígenas que socialicen las situaciones y promuevan los derechos humanos.

 

Frente a la situación planteada, es importante recoger las siguientes recomendaciones planteadas:

 

Que el Estado colombiano evalúe el impacto del conflicto armado sobre los pueblos indígenas, en concordancia con las obligaciones que los pactos internacionales le imponen.

 

1)       Desarrollar una política de difusión a través de los medios de comunicación sobre las violaciones de derechos humanos de los pueblos indígenas.

2)       Fortalecer las estrategias de resistencia como la permanencia en el territorio, la guardia cívica y la actividad de los médicos tradicionales.

3)       Respetar la decisión de las comunidades de no involucrarse en el conflicto armado interno. Incrementar el acompañamiento humanitario a las comunidades.

4)       Impulsar las comisiones de verificación.

5)       Desarrollar planes y programas encaminados al desarrollo de las comunidades, principalmente desarrollando la elaboración y materialización de sus Planes de Vida

6)       Potenciar los espacios de paz, como espacios desde los cuales se promueva la resolución pacifica de los conflictos y se formulen acciones que permitan aminorar el impacto del conflicto en las comunidades.

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