Declaración de la Mesa Nacional de Paz y DDHH Indígena
Luego de realizada la Segunda Mesa Nacional de Paz y Derechos Humanos Indígenas -entre los días 14 y 16 de julio pasado, en la ciudad de Bogotá- y a la cual asistieron más de 80 delegados de la gran mayoría de los departamentos donde hay presencia nativa, las Autoridades Tradicionales declararon públicamente la precariedad de sus comunidades en materia de seguridad, supervivencia, acorraladas y diezmadas –casi hasta el exterminio-, por un conflicto armado que envejece en Colombia hace ya más de 50 años.
Después de analizar temas tan importantes y decisivos para las comunidades nativas del país, como lo son: el tratado de libre comercio, la política de seguridad democrática que el actual gobierno desarrollada en el estatuto antiterrorista; el recorte a los derechos en materia de políticas de bienestar social, la estrategia de erradicación forzada de los cultivos de uso ilícito, articulada con los programas de familias guardabosques y procesos legislativos como leyes (contrarreformas) sobre páramos, códigos del agua, minas, licitaciones publicas de los parques, entre otros, los líderes indígenas declararon que:
· Los pueblos Indígenas estamos siendo afectados de manera integral por el modelo neoliberal y las políticas sociales, económicas y culturales aplicadas por los gobiernos de turno, las cuales impactan negativamente la vida y territorios de los pueblos indígenas y colocan en riesgo la pervivencia misma de nuestros pueblos y sus derechos.
· La guerra esta centrada en nuestros territorios, por ser considerados como sitios estratégicos para los intereses económicos y políticos de las multinacionales, dada su posición la geográfica, recursos energéticos y su biodiversidad.
· Las reformas constitucionales, las nuevas leyes y los proyectos de ley en curso no son más que instrumentos para quitarnos, en el mediano plazo nuestros territorios. Todo ello en función de los intereses económicos de las multinacionales que quieren implementar megaproyectos que destruyen, nuestras culturas, la biodiversidad, explotación de recursos naturales y energéticos y privatización de las aguas.
· Con los programas de soldados campesinos, red de informantes, reclutamiento, detenciones masivas que criminalizan a los movimientos sociales, todo lo anterior forma parte de la política de seguridad democrática del actual gobierno. Finalmente esta se lesiona el derecho a la libertad colectiva e individual, atropellando la autonomía de los pueblos Indigenas y el desarrollo de su jurisdicción propia.
· Con las políticas de seguridad democrática el gobierno nos demuestra la poca voluntad de paz en medio de las negociaciones, para la desmovilización con los grupos armados (paramilitares), se incrementan las detenciones arbitrarias y masivas de líderes, gobernadores, autoridades tradicionales indígenas; además de los asesinatos selectivos, el confinamiento y desplazamiento forzado de nuestros pueblos.
· La implementación de las políticas de erradicación de los cultivos de uso ilícito y los programas de familias guardabosques entre otros, violenta nuestra soberanía alimentaria con las fumigaciones con glifosato que esterilizan nuestras tierras.
· El acuerdo de libre comercio de las América (ALCA), es una entrega de la soberanía colombiana, que pone en peligro la seguridad jurídica de los territorios colectivos de las comunidades afrocolombianas y los pueblos indígenas y de sus características de inalienable, inembargable e imprescriptible.
· Igualmente pone en venta nuestra biodiversidad con el incremento de las semillas transgénicas y se profundiza la última forma de saqueo a la que estamos sometidos: la pérdida de nuestros conocimientos.
· Las políticas publicas referentes a la salud, educación, medio ambiente, soberanía alimentaria estan cambiando con las medidas legislativas sin tener en cuenta los acuerdos y convenios internacionales sobre DDHH.
Ante este panorama desolador, la Mesa Directiva decidió que:
1. Los procesos de resistencia de los pueblos indígenas pensados desde sus distintas cosmovisiones fortalecen la unidad, autonomía, territorio y las culturas de los pueblos indígenas. Igualmente requieren la retroalimentación, articulación con otros sectores, así como la puesta en practica de los mandatos del congreso de los pueblos indígenas realizado en territorio ancestral Muisca (Cota, 2001), al igual que de la primera mesa de paz para aportar a la construcción de un país nuevo. Por eso, el movimiento indígena con sus organizaciones nacionales, regionales y zonales, con la solidaridad internacional impulsarán el levantamiento y/o posicionamiento de los pueblos indígenas de Colombia frente a las políticas que pretenden desconocer sus derechos.
2. Los pueblos, autoridades y organizaciones aquí reunidas rechazamos las políticas petroleras y energéticas que los gobiernos de turno implementan entregando la soberanía nacional y es la misma que desconoce la autonomía y territorio, y atenta contra la pervivencia los pueblos indígenas.
3. Nos manifestamos en contra de las negociaciones que el gobierno colombiano adelanta con el gobierno norteamericano pues las conversaciones sobre el TLC desconocen no solamente la autonomía de los pueblos indígenas, sino los intereses de la sociedad colombiana.
”Por la Vida, Autonomía, Dignidad y Territorios, somos pueblos en Resistencia”.