Cuando las cosas bellas de la vida y la naturaleza como las sonrisas de los niños y niñas, son reemplazados por el llanto y la tristeza de familias enteras y el cantar de los pájaros es bruscamente cambiado por los estruendos de las granadas, los cilindros, los morteros, los bombardeos, no queda mas que reflexionar sobre el sentido de la existencia de la humanidad, pues a pesar de que se habla de un mundo civilizado, la angustia, el odio, el rencor, la venganza y la muerte reinan por doquier; ya las voces que invitaban y motivaban a la vida comunitaria y pacifica no son respetadas como la de la naturaleza, que solo son escuchadas por algunos pueblos indÃgenas y el mandamiento cristiano del amor ya se volvió palabra hueca que todo el mundo la predica, pero nadie la aplica, asà las cosas, ahora en el mundo reina y tiene muchÃsimos adeptos el Dios dinero que se hace obedecer con las armas, las guerras e impera la ley del más fuerte, pero no fuerte en ideas y pensamientos, sino fuertes con el terror y el desplazamiento.
Nuestro Municipio de Caldono no es ajeno a esta realidad mundial, aquà se vive en pequeño un conflicto armado por la dominación de un Territorio como ha sucedido en paÃses como la antigua Yugoslavia, Afganistán, e Irak el más reciente, en donde los más afectados psicológica, emocional y económicamente son las poblaciones urbanas y rurales, en donde los muertos son del pueblo, siendo civiles o jóvenes paisanos en diferente bando y los que motivan y financian estas guerras se encuentran muy lejos de los escenarios del conflicto, viviendo con todos los privilegios y volviéndose cada vez más ricos, pues las guerras son actualmente el negocio más lucrativo, por encima del petróleo y la computación, por tanto es, y da pena decirlo la principal industria del mundo; y de esta industria es que se surten de armas y municiones tanto la guerrilla como la fuerza pública colombiana.
Si queremos ser solidarios con nuestros hermanos y paisanos afectados tenemos que ser claros que la guerra no es solo la confrontación en uno, dos o cuatro dÃas en nuestro Territorio, sino que es parte de una maquinaria que ningún empresario militar quiere dejar salir de sus manos, por algo del presupuesto nacional se invierte más del sesenta por ciento de los recursos del pueblo en sostener este conflicto que hasta el momento no nos deja claro quienes son los vencedores, pues la guerrilla parece ser que no esta derrotada y la fortaleza de la fuerza pública varias veces ha sido vulnerada; pero en cambio cada dÃa hay más destrozos de viviendas, mas muertos y heridos civiles y lo más importante cada dÃa se están destruyendo la convivencia y armonÃa de las familias, de las comunidades, de los pueblos y regiones.
Una vez más como Pueblos indÃgenas y campesinos, como sectores urbanos y rurales nos unimos para decir NO, no a esta guerra sin sentido, no a tantas familias atemorizadas por perder hijos, por quedar sin vivienda y a veces por perder a esta la esperanza de vivir, no a más niños jugando a ser soldados o guerrilleros, no a vecinos culpándose por los efectos de la guerra en vez de buscar juntos estrategias para reconstruir una vida digna y comunitaria, no a los desplazamientos forzosos de comunidades para dejarles nuestras viviendas como trincheras a los violentos, no a la toma de partido por cualquiera de los bandos en conflicto, pues siempre van a ver retaliaciones y por último queremos decir juntos NO a la indiferencia, pues ella es la principal aliada de esta sistemática confrontación armado y el problema no es solo del vecino o del pueblo afectado es prácticamente de todos los que nos sentimos comprometidos con el don más preciado que nos ha dado la naturaleza; la VIDA.
No podemos decir no a la guerra, sino tenemos razones para oponernos a ella y es que la guerra en sus manifestaciones de presión psicológica, económica y en la confrontación armada, es inhumana, no es de nuestra condición, ni de nuestro “serâ€, pues la posibilidad que tenemos de sentir y pensar nos debe llevar a revisar nuestro modo de vida y ella no encontramos razones en verdad humanas para tener que buscar los medios para acabar con otra vida humana, ya que la Tierra es lo suficientemente grande y generosa en vida que no requerimos de alzar las manos contra un hermano, sino de alzarlas para trabajar y cosechar los frutos de la naturaleza. Por razones de simple sentido común y de respeto – valoración a la diversidad de pensamientos, religiones, creencias y practicas culturales nos sostenemos como Pueblos IndÃgenas y no indÃgenas en nuestra posición de respeto a la vida humana y de la naturaleza, esto es lo que han llamado “Neutralidadâ€, que no es otra cosa que seguir manteniendo la voluntad de nuestros ancestros y mayores de alcanzar la ARMONIA y el EQUILIBIRO en todo el Territorio.
Ratificamos ante la comunidad indÃgena, campesina y urbana de Caldono, del Cauca y Colombia que en este Territorio no queremos que nuestras diferencias se resuelvan por la violencia sea armada o psicológica, no queremos que nuestras tierras se abonen con la sangre de nuestros hijos o de otros hermanos de otras tierras, queremos sembrarlas de comida y esperanzas de un mundo en donde la diversidad sea la dinamizadora de la vida y la convivencia. Ratificamos nuestro rechazo a las señalizaciones a los Cabildos como auspiciadores de la guerrilla, pues de serlo ¿por qué nos afectan a nuestros hermanos y vecinos?; porque vamos a estar de acuerdo con cualquier actor armado: cuando nuestros hijos viven atemorizados y asustados, cuando estamos cansados de que se nos retengan en cualquier reten militar y se nos diga que digamos lo que sabemos del otro grupo armado y que sino seremos retenidos, cuando no se nos deja trabajar con tranquilidad, cuando se afirma que en nuestras parcelas según algunos uniformados hay solo coca y amapola, desconociendo las verdaderas fuentes de ingresos de los caldoneños.
Repudiamos ante la opinión pública que no se nos deje ejercer el derecho a la libertad de pensamiento que consagra la Constitución Nacional, pero nos preocupa más que el principio constitucional 7 y 8 que protegen la diversidad étnica y cultural de la nación sean tenidos como letra muerta y que de esta manera se propicie que la riqueza de nuestra nación sea dejada en segundo plano por la supuesta polÃtica de seguridad democrática del actual gobierno, dando paso a que el exterminio de los pueblos indÃgenas sea cada vez más eminente, al propiciar que como personas, comunidades y Autoridades Tradicionales tomemos partido a favor y en contra de los bandos en confrontación.
No aceptamos que la toma guerrillera del 3 de julio y las posteriores acciones militares en nuestro Territorio sean tomadas como pretexto para crear o generar un conflicto entre la población del casco urbano con los Cabildos indÃgenas, que por ningún motivo es conveniente que entre nosotros mismos nos enfrentemos, cuando nuestras diferencias en vez de dividirnos, nos pueden es fortalecer en busca de una vida armónica y solidaria.
A ejemplo de Gandhi quien asumió una practica de no violencia activa en la India, invitamos a que como colombianos con el ejercicio en pleno de nuestros derechos, manifestemos nuestro deseo de vivir de una manera no violenta, en donde los violentos que propician la industria militar más fuerte económicamente del mundo no encuentren más consumidores y damnificados pasivos.
Hoy como siempre a los Pueblos nos piden tomar partido frente al conflicto que vive el paÃs, por la sencilla razón de que somos incómodos para el desarrollo de las polÃticas de guerra de uno y otro actor armado, nos pasan la cuenta de cobro porque colectivamente hemos sido capaces de iniciar y sostener un proceso de gobierno propio que la insurgencia denomina de ser gobiernistas, incómodos por ejercer el control territorial reteniendo, evitando y devolviendo secuestrados, y vehÃculos hurtados, rechazando, denunciando y evitando el reclutamiento de menores, sin necesidad de pedir contraprestación alguna; desde lo oficial nos piden cuentas porque hemos desafiado la polÃtica de seguridad democrática y nos movilizamos desde Santander a Cali para denunciar ante la opinión publica nacional e internacional el desmonte sistemático del estado social de derecho que se pacto en la Constitución PolÃtica de 1991, mediante reformas inconsultas y amañadas a sus intereses particulares, denunciar los constantes hechos de violación de los derechos humanos, el rechazo al manejo de las polÃticas internacionales que pretenden, como en el caso del tratado de libre comercio, entregarle a las multinacionales nuestro Territorio para su explotación, como muestra tenemos la pretensión de EPSA, empresa de energÃa de propiedad privada de la unión FENOSA de tras-vasar el Rió ovejas hacia la represa de la Salvajina, dicho proyecto tiene el propósito de que el gobierno ceda el caudal de este rÃo para aumentar el nivel de la represa Salvajina, con lo cual se le garantiza a EPSA mayor capacidad de generación de energÃa para aumentar sus ganancias que el año pasado superaron los $ 169.000.000 de pesos a costa de apropiarse de nuestros recursos naturales y del incremento desmesurado de las tarifas del servicio a todos los estratos de la población y de privar de este servicio a las poblaciones aledañas, casos como este hay muchos a lo ancho y largo de nuestro paÃs y es la justificación de la guerra sobre nuestros territorios y procesos organizados.
Por lo anterior como población civil se reafirma nuestra posición de AutonomÃa frente al conflicto y se exige el respeto a nuestra libre autodeterminación de estar en contra de la guerra y en caso de su existencia, no participar en ella bajo ninguna de sus modalidades, lo cual no implica de ninguna manera que tengamos que perder la dignidad para exigir el cumplimiento de nuestros derechos conquistados legÃtimamente a través de los mecanismos que nos posibilita el marco Constitucional colombiano y los tratados internacionales.
Dado en Caldono a lo 12 dÃas del mes de Julio de 2005.
GOBERNADORES DE LOS CABILDOS DE CALDONO, PUEBLO NUEVO, PIOYA, LA AGUADA, LAS MERCEDES, LA LAGUNA SIBERIA.
CONSEJEROS DE LA ASOCIACIÓN DE CABILDOS DE CALDONO UKAWE`SX NASA CXAHB