La explotación de Oro por empresas transnacionales en territorios del Pueblo Embera pone en riesgo la vida e integridad; el Jaiporrre, oro, hace parte de Wandriamia, reino que recoge todos los espíritus del mundo, sacando la Wawandria nos perjudicamos todos, como pasó en el Alto Andagueda hace unos años.
Comunicado de la ONIC
El oro para el pueblo embera tiene un significado cultural asociado a los espíritus (jais) que sostienen y cuidan el mundo, sea embera, blanco, negro o amarillo.
Declaración de San Lorenzo sobre la explotación del oro en territorios indígenas Embera del Viejo Caldas y Antioquia y en especial del cerro Jaicatuma, (llamado "Care Perro") en el río Atrato.
En el encuentro sobre "Explotación Minera en Territorios Embera del Viejo Caldas y Antioquia (Eje Cafetero)", realizado en el resguardo indígena de San Lorenzo, municipio de Riosucio, Caldas los días 24 y 25 de Mayo de 2009, las autoridades indígenas pertenecientes a las comunidades afectadas por los megaproyectos mineros declaramos:
TENIENDO EN CUENTA:
1º Que el Gobierno colombiano ha abierto las fronteras del país a la extracción de recursos naturales del subsuelo por parte de las empresas multinacionales;
2º Que esta política se ha enmarcado de manera particular en los territorios indígenas Embera, destacándose cuatro macroproyectos de explotación de oro: a) el proyecto de Quinchia, Risaralda que desarrolla la empresa Kedhada, filial de la compañía inglesa-surafricana Anglo Gold Ashanti; b) el proyecto Marmato-Caramanta en los departamentos de Caldas y Antioquia, de la compañía canadiense Colombia Goldfields; c) el proyecto Supia-Riosucio, de la Gold Ashanti mencionada, y d) el proyecto del Cerro Jaicatuma, llamado Cerro Careperro (Choco y Antioquia), de la compañía estadounidense Muriel Mining Corporation;
3º Que dichos proyectos han implicado la militarización de nuestros territorios, dando seguridad democrática a las multinacionales;
4º Que estos macroproyectos de explotación aurífera, realizados además en forma inconsulta, significan la invasión de nuestros territorios; ponen en peligro la integridad étnica, cultural y social del pueblo Embera como tal y no de comunidades particulares; destruyen ecosistemas valiosos, y afectan también a comunidades campesinas y negras;
5º Que la explotación del oro de Marmato no se ha consultado a los Afro colombianos ni a los pueblos indígenas y, se va a hacer "a cielo abierto", lo que significa la demolición de un pueblo patrimonio histórico de los colombianos;
6º Que además de las afectaciones visibles ocurre la mas importante violación de la cosmovisión tradicional Embera, donde el oro tiene un significado cultural asociado a los espíritus (jais) que sostienen y cuidan el mundo, sea embera, blanco, negro o amarillo;
7º Que para nosotros como Pueblo Embera el oro es el Jaiporre, espíritu del oro que tiene vida propia y tiene forma de culebra. El Jaiporre vive en las entrañas de las montañas, es intocable, es recinto sagrado donde radica el pensamiento ancestral del Pueblo Embera. El Jaiporre se alimenta con animales de monte o la vida de los seres humanos, da del cuerpo como las personas arrojando desde las montañas "el oro" producto de los animales y vidas humanas que consume, por lo tanto no se puede molestar porque cuando va a darse en oro a cambio pide la vida de los animales o las personas; a su vez el Jaiporre hace parte de la Wandramia, reino recoge todos los espíritus del mundo.
Sacando la Wandramia nos perjudicamos todos, moriríamos; como paso en el Alto Andagueda hace muy pocos años, donde la explotación de una mina de oro, causó muchos asesinatos; unos 400 emberas y, desplazamientos masivos que desintegraron, además, la cultura y la organización de esta comunidad. En la actualidad los emberas que de allí salieron recorren las ciudades pidiendo limosnas vienen de estas comunidades ubicadas en el Alto Andagueda y colindantes y su desplazamiento data desde ese episodio.
Este hecho histórico del Pueblo Embera está documentado en varios relatos entre ellos el libro "El Oro y La Sangre" del periodista y escritor antioqueño Juan José Hoyos.
8º Que en particular el cerro Jaicatuma, que en lengua Embera significa "Filo de los espíritus" y, que los capunias (blancos) llaman "Cerro Careperro", ubicado en las selvas del Medio Atrato, fue entregado a la compañía Muriel Mining Corporation, que empezó la exploración de oro desde el 1º de enero de 2009, acompañada por un batallón del Ejercito Nacional; en acción inconsulta que fue rechazada por la movilización masiva de las comunidades indígenas de la zona y, en donde 270 Emberas tuvieron ocuparon por tres meses los helipuertos y el campamento de la compañía extranjera, en una resistencia que no fue registrada por la medios de comunicación y;
9º. Que la Corte Constitucional, mediante el Auto 004 del 26 de enero de 2009, ha declarado en emergencia al Pueblo Embera, entre 34 pueblos indígenas de Colombia en grave peligro de desplazamiento y desintegración.
DECLARAMOS:
• Declaramos como "territorios sagrados", nuestros territorios ancestrales del pueblo Embera donde exista el Jaiporre y, bajo ninguna circunstancia vamos a permitir el saqueo de nuestros sitios sagrados en nuestro territorio ancestral. Hacemos responsable al Gobierno Nacional, a las Empresas Multinacionales y a sus Gobiernos, por la afectación cultural, ambiental y la perdida de vidas humanas del Pueblo Embera en defensa de nuestros derechos culturales y territoriales.
• Que la declaración de Colombia como un país multiétnico y cultural no puede quedarse en el papel, sino que debe reflejarse en medidas concretas.
• Los legisladores colombianos no pueden retroceder los derechos ganados por los pueblos indígenas de su derecho a la consulta previa en la constitución de 1991 y el Convenio 169 de la OIT, ratificado por la ley 21 de 1991 que tiene rango de constitucionalidad, formulando y aprobando leyes como la ley 685 de 2001 (código minero) y el proyecto de ley No 334 de 2008, que permite la explotación de minas a cielo abierto y subterráneas del 65% del territorio de las comunidades indígenas y afrocolombianas del país afectando el derecho que tienen las comunidades a planificar su desarrollo de acuerdo a sus cosmovisiones culturales.
• Declaramos que según informes de organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos la compañía inglesa-surafricana Anglo Gold Ashanti de la cual hace parte la compañía canadiense Colombia Goldfields y de la cual también es filial en Colombia la empresa Kedhada se ha visto involucrado en otros países del mundo como África especialmente en el país de la República del Congo, en financiar estructuras paramilitares y, en Colombia se está investigando por la masacre de los mineros de la serranía de San Lucas. Estas son las empresas a las que el Estado Colombiano les otorgó concesión minera en nuestros territorios; no cabe duda del temor que estos hechos infundan en nuestras comunidades.
• Denunciamos que la compañía estadounidense Muriel Mining Corporation ha entrado en territorios indígenas utilizando artimañas con la ayuda del ejercito nacional y, comprando a los líderes indígenas con comida, licor y ofreciendo dinero, lo cual refleja "la mala fe" y una clara violación de los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes de la zona.
• Rechazamos la política oficial de entrega de nuestros recursos naturales a las multinacionales, y la militarización que ello implica;
• Llamamos a la opinión pública nacional e internacional a pronunciarse en contra de la violación de los derechos de los pueblos indígenas Embera.
• Llamamos a todas las organizaciones sociales a respaldar y acompañar la resistencia que la comunidad embera viene ejerciendo en defensa de su territorio desde sus diferentes territorios e instamos a las entidades públicas de control y defensa de los derechos humanos: Procuraduría General, Defensoría del Pueblo, Personerías y Organizaciones de Derechos Humanos a fin de que garanticen la seguridad y el respeto a los derechos humanos de nuestras comunidades afectadas.
• Instamos a los miembros de la fuerza pública que hacen presencia en la zona a fin de que se abstengan de violentar los derechos de nuestros compañeros que se encuentran en legítima resistencia y defensa de sus territorios.