En el año 1995 se crea la Sociedad para el Control de las Enfermedades Endémicas y Atención Sanitaria al Indígena (Cenasai) en un convenio entre el Ministerio de Salud, Gobernación del estado Bolívar y la Corporación Venezolana de Guayana. Dándole así continuidad el convenio antimalárico del año 1988.

Sus inicios fueron como ente asesor y colaborador de los programas de mariología en el estado Bolívar, pero su expansión permitió engranar las fases operativa y ejecutoria a las zonas perifronterizas selváticas.

Este proyecto es financiado por las instituciones integradas en afrontar el problema de la malaria y otras endemias con la atención de comunidades indígenas de zonas de muy difícil acceso.

Según comenta José Cárdenas, director operativo de Cenasai, en la actualidad atienden a 312 comunidades indígenas, aunque al principio estaban en el plan 600 comunidades; “a medida que va creciendo el área de influencia del Instituto de Salud Pública nos retiramos para no duplicar esfuerzos”.

Programas de Cenasai

Con todo un entramado logístico se abre paso Cenasai a los más recónditos lugares a través de su programa de Atención Sanitaria el Indígena (ATSAI), con un equipo multidisciplinario conformado por un médico, odontólogo y su auxiliar, enfermera, microscopista, visitadores rurales y rociadores, en total 10 integrantes.

Lo que se requiere es brindar una atención médica primaria y odontológica integral y realizar el control del paludismo, agrupados en itinerarios de salud cubriendo 7 áreas de acción, haciendo un recorrido cada tres meses con una duración por visita de 30 ó 40 días, en comunidades indígenas con un promedio de 20 ó 25 personas.

Esto ha permitido un alto índice de cobertura y protección con vacunas, evitando casos de sarampión en más de 10 años, que en el pasado diezmaba a la población indígena; al igual que la vacuna de la tuberculosis para impedir las complicaciones de la enfermedad, se ha hecho efectivo en un 100%.

Con la experiencia se pudo evaluar que el sistema periódico no es plenamente satisfactorio, cuando lograr un médico permanente en esa zona es un problema y ¿qué pasó cuando el equipo se vino?, de allí surge -explica el doctor José Cárdenas-, el Sistema Local de Salud del Área Indígena (Silosai), logró establecer 25 puestos de atención, denominadas Unidades Básicas de Salud (UBS) que constan de un ambulatorio, pabellón, hidratación, área de hospitalización y una churuata de alojamiento de los visitantes; funciona con un personal de la comunidad capacitado como enfermero o auxiliares de medicina simplificada, contando con una red de radio.

Allí se tiene la capacidad de poder atender casos de malaria, tuberculosis y otras enfermedades, realizando tantas consultas como los equipos itinerantes, alcanzando a cubrir en un 75% la labor de Cenasai en esta materia.

Desde el año 2002 se han aperturado por autoconstrucción 13 unidades básicas de salud lo que ha significado un costo 10 veces menos a instalaciones similares hechas por la empresa privada o pública, simultáneamente se da capacitación a la gente, teniendo ahora entre ellos albañiles, fresadores, carpinteros y constructores con bahareque, y los insumos técnicos son colocados por el programa.

Como un premio a las comunidades indígenas por su esfuerzo se han construido siete escuelas, porque “la educación parte de la salud, no puedes separarlo”, estos espacios cuentan con preescolar, aulas de primaria, comedor y cocina, mejorando el estado nutricional de los niños, en una media de 120 ó 130 niños por institución.

Logros alcanzados

En cifras Cenasai el año pasado realizó 298 visitas a las comunidades, 11.566 consultas, aplicaron 15.808 vacunas, consultas odontológicas 5.888 y solamente se reportaron 197 casos de paludismo en toda el área de cobertura al efectuar 4.442 muestras hemáticas para gota gruesa.

Su misión de disminuir los casos de paludismo involucró 7.460 visitas a casas con 6.334 protecciones a viviendas mediante la aplicación de insecticidas residuales y 14.773 nebulizaciones a casas.

Aún así, el director operativo dice “hemos contribuido en una mínima parte, estamos haciendo un esfuerzo en cerrar la brecha”. Este trabajo es “indiscutiblemente para mejorar su calidad de vida, respetando sus costumbres, siendo un instrumento de los entes al intervenir en la esfera de la salud, siempre encargándonos allí donde no llega nadie”.

El equipo médico itinerante recién regresó de una visita a las comunidades aledañas al río Parguaza, en el municipio Cedeño, y por primera vez después de 2 ó 3 días de caminata saliendo de Canarauní, estableció contacto con la comunidad de Piacuaña al pie de Sarisariñama.

Se ha registrado en la atención médica en las principales consultas: caries 22,0%, helmintiasis 16,0%, síndrome V 15,0, diarreas 5,4%, piodermitis 5,0%, micosis 5,0% y mialgias 4,2 % entre otras de menor incidencia.

Aún así ha debido recurrir a actividades de respuestas oportunas como en el caso de una epidemia de diarrea, cuando se debió atender por 10 días a 47 niños por presentar síntomas de disentería.

O en comunidades remotas como Erebatiña, donde se registraron casos de onoceroris, filaria (lombriz pequeña) que en su etapa de evolución produce daños oculares, teniéndose que reiniciar el tratamiento masivo.

Los números indican la relación de casos de paludismo con 30.743 en el estado y el área de Cenasai 1.657. El porcentaje de la equivalencia de morbilidad fue en 2001 de 16,5% y para 2005 alcanza un 5,4%.

Retos planteados en Cenasai

En fecha reciente se dio una crisis de personal médico solventada con la promoción de la Universidad de Oriente porque muchos galenos no están dispuestos a ir allá, porque verdaderamente se ganan el sueldo de 2 millones 500 mil bolívares. Ahora se necesita odontólogos.

También por las condiciones de la vialidad de acceso a las comunidades, se debe renovar el parque automotriz cuando se tiene vehículos de una vida útil por más de 8 años.

Hace dos años se solicitó a CVG Ferrominera cuatro cavas portables modelo RCW42EG de fabricación estadounidense con un importe de $ 3.000, para el traslado de 9 litros de vacunas, aunque al parecer el presidente de Ferrominera, César Bertani, dio su aprobación de la compra ésta aún no se ha concretado, teniendo que disponer de las existentes.

Se ha proyectado la construcción de UBS y escuelas en las comunidades de Apoypué, en la margen del río Kukenán, Ayotoi por el río Caroní, Paicuapi, río Ikabarú; Ferrecumina, Alto Caura y Ararqueña, en el Alto Erebato.

A la Gobernación del estado Bolívar se le ha presentado el Proyecto Selva Adentro que consiste en la construcción en 20 comunidades de unidades básicas de salud, con su respectiva escuela y viviendas para los habitantes de las zonas, todo con la estrategia de autoconstrucción impulsando núcleos de desarrollo endógeno, con un mínimo de impacto ambiental.

En un período de 2 años por el método de Silosai se puede materializar con mano de obra de las comunidades 10 UBS estimando la suma de costo en Bs. 5 millones por centro, 10 escuelas a Bs 8 millones cada una y 200 viviendas, por tan sólo un millón de bolívares por casa.

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