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Cada cuatro años las mujeres de América Latina se reúnen para diseñar políticas que conduzcan a un mundo más apto para la evolución de la especie humana. La última de estas sesiones, el X Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, se desarrolló en Sao Paulo, Brasil, y como temas centrales se analizaron el etnocentrismo y el antropocentrismo. Dos temas de vigencia permanente en esta parte del continente americano debido al multiculturalismo característico de sus pueblos.

La colombiana Janet Lozano, quien trabaja con mujeres indígenas, explicó el etnocentrismo como parte de una cultura antidemocrática, que evidencia una posición mesiánica de las mayorías hacia las minorías, haciendo que éstas, para acceder a los beneficios ofrecidos se adecuen y permitan el debilitamiento progresivo de su cultura. También Lozano afirma en su intervención, que “se ha empezado a generar un fenómeno en el cual los grupos indígenas evitan el diálogo, por ejemplo con el feminismo, porque siempre se indica qué es lo que hay que hacer y no se permite una interacción real desde su autonomía”.

Otra de las ponentes en el Encuentro, Ana María García, de Honduras, afroindígena que trabaja hace diez años en Argentina planteó: “… en el proceso no hemos aprendido, si no que pasamos de un etnocentrismo a otro. Antes era el etnocentrismo europeo como lo mejor y ahora parece que lo mejor es de Estados Unidos. No encontramos la riqueza en la multiculturalidad que tienen las Américas. Esto nos debilita porque para el desarrollo de un pueblo primero está el reconocimiento de sí mismo, el planteamiento de los problemas internos, y de ahí las propuestas, cubriendo todos los sectores de la población”.

En este orden de ideas, el diálogo crítico de diferentes mesas de trabajo tuvo como resultado la posición de que el etnocentrismo no tenía cabida en una verdadera democracia, donde todos los pueblos deben tener la oportunidad de tomar sus decisiones y asumir el desarrollo de sus existencias de acuerdo a los parámetros establecidos por su propia cultura.

Otro de los temas centrales de discusión fue el eco feminismo, como una de las posiciones más radicales en Latinoamérica y el Caribe. Durante este Encuentro se reafirmó el deseo de promover la participación activa en las luchas sociales, ambientales, por la paz y la justicia social, en donde los problemas ambientales tienen que ser armonizados con los problemas en las relaciones humanas. Así mismo, se destacó el eco feminismo como la experiencia histórica y cotidiana de las mujeres como personas con un fuerte sentido de unión con la naturaleza.

Con relación al ecofeminismo, la teóloga brasilera Ivonne Guevara dijo: “El eco feminismo, como pensamiento y movimiento social se refiere básicamente a la conexión ideológica entre la explotación de la naturaleza y la explotación de las mujeres al interior del sistema jerárquico patriarcal. Puede ser considerado como una sabiduría que intenta recuperar el ecosistema y las mujeres”.

De otra parte, las mujeres indígenas presentes en este Encuentro destacan el valor que tiene haber elegido el etnocentrismo con tema central de discusión, pues consideran que responde a los desafíos de la actualidad y ofrece mecanismos para cimentar la autonomía de los pueblos indígenas. Así mismo, reafirman la necesidad de crear puentes entre las mujeres indígenas y los diferentes feminismos, para consolidar diálogos y prácticas propositivas y responsabilidades conjuntas.

Finalmente, las mujeres indígenas presentes en el encuentro propusieron, como factor determinante, la participación directa de una de ellas en el Comité Organizador para el XI Encuentro Feminista, con el fin de fortalecer la construcción colectiva del Feminismo Latinoamericano y del Caribe.

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