Escribir un ensayo sobre la mujer afrocolombiana es algo complejo debido a las distintas variables históricas, económicas, políticas, sociales y culturales que se encuentran en juego y más cuando hasta hace unas décadas, la mujer afrodescendiente en la mayoría de los textos, no había aparecido como real protagonista.


En la actualidad, se habla de la exclusión y la marginalidad de los afrodescendientes pero poco se hace alusión a la exclusión desde el punto de vista del género, pues las mujeres afrodescendientes han sido excluidas históricamente a partir de por lo menos variables: por ser mujeres, por ser afrodescendientes, por pertenecer a los sectores marginales de la sociedad, por diferencia de edad, por su estado civil y hasta por sus tendencias sexuales.


Hace apenas 13 años, cuando se “celebraba con bombos y platillos” la llamada "Celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América", la mujer afroamericana aún se hacía una pregunta existencial ¿Quién soy?, pero la respuesta a tal pregunta de ninguna manera puede encontrarse en su mente sino en aquella larga historia plagada de dolores, angustias, sufrimientos, tristezas, incertidumbres. Si, la mujer afrolatinoamericana por sus condiciones en las cuales se ha sabido sortear nos permite intuir algunos indicios que pudieran dar orientación a su bús-queda de una respuesta: es mujer, negra, pobre, y más aún, sus desventajas se amplían cuando es de la zona rural, cuando es lesbiana, o cuando es una mujer “de edad”. En Latinoamérica, existe al menos 150 millones de afro descendientes, de los cuales se considera que la mitad son mujeres ignoradas por la historiografía burguesa, y de una parte de estas mujeres, las afrocolombianas, marginadas y excluidas por más de 500 años es que me voy ocupar en este ensayo.


Las preguntas que orientan este ensayo son: ¿En que aspectos se puede evidenciar la exclusión y la marginalización de la mujer afrocolombiana? ¿Que alternativas han tomado las mujeres afrocolombianas para afrontar la exclusión y la marginalidad?


En el desarrollo del presente ensayo, trataré como primera medida, acerca de los antecedentes históricos de la marginalización y exclusión de la mujer afrocolombiana, luego, me referiré a la exclusión de la mujer afrodescendiente en la legislación colombiana, después, proseguiré con una síntesis sobre la marginalización de la mujer afrocolombiana en la política, posteriormente, me acercaré al análisis de la exclusión de la mujer afrocolombiana en el seno del Proceso de Comunidades Negras PCN. Acto seguido, hablaré de la marginalización de la mujer afrocolombiana por parte de la mujer mestiza y para finalizar exaltaré las alternativas que ha tomado la mujer afrocolombiana para afrontar la exclusión y la marginalidad.


Antecedentes históricos de la marginalización y exclusión de la mujer afrocolombiana


La mujer africana durante el proceso de esclavización, fue sometida al ser separada de su suelo, de su familia, y de sus hijos. Fue arrancada de un medio en el cual, a pesar de la presencia del patriarcado, se asegura ejercía una gran influencia, poseía un status alto y tenía participación amplia en la producción agrí-cola . Pasó a ser insertada en un medio hostil, sometida a la servidumbre, a la explotación sexual y a su negación como persona. Las mujeres africanas fueron convertidas en: esclavas domésticas, niñeras de los blancos, sus amamantadoras, menoscabando muchas veces de las vidas de sus propios hijos, trabajaron en los cultivos de caña, en las minas, fueron objeto de placer sexual por parte de los amos, fueron reproductoras de mano de obra esclavizada. Es decir, en la mujer africana, a la opresión causada por el fenotipo, se agregó la causada por su sexo. Es así como si las mujeres blancas europeas eran consideradas como seres de segunda categoría, las mujeres afroamericanas no alcanzaron ni la condición de sub-humanas

Históricamente en Colombia, como en otros países del mundo, la marginalidad y la exclusión de la mujer afrodescendiente se ha sustentado fenotípicamente, en donde lo “negro” fue asociado a la esclavitud a partir del proceso cruento de la esclavización del ser humano africano y se olvidó, de manera malintencionada, primero, que la esclavitud fue un hecho común y corriente en prácticamente todas las culturas y pueblos de la antigüedad. El racismo surgió, pues, como una ideología que pretendió legitimar el secuestro masivo de millones de personas naturales de los distintos pueblos africanos, las cuales fueron trasladadas violentamente al "nuevo continente" como mano de obra esclavizada y se fortaleció con la expansión del mercado capitalista mundial. De esta manera, lo “negro” se convirtió en lo pésimo, lo trágico, lo feo, lo negativo, lo sucio, lo marginal y lo diabólico, mientras que lo blanco pasó a simbolizar: lo bueno, lo positivo, lo enaltecido, lo sublime, lo limpio, lo cristiano. Al respecto, el doctor Gustavo de Roux expresa que, con el proceso de esclavitud los colores blanco y negro fueron convertidos arbitrariamente en símbolos de condición humana superior e inferior; por lo cual el fenotipo asociado con el color negro se asumió históricamente como emblema de taras, vicios o defectos; y. por tanto el adjetivo "negro", cuando se lo equipara al término persona, invisibiliza la verdadera esencia humana .


Para legitimar la dominación se convirtió lo fenotípico en la causa de la inferioridad social de l@s afrodescendientes, salvando el hecho real de la esclavización. El uso y el significado social de los caracteres físicos determinaron de manera tan profunda la actitud de nuestra sociedad que, aún en la actualidad, constituyen códigos que estigmatizan aún sin observar a los seres humanos, ni interactuar con ellos. Dicho de otra forma, la racialización de las relaciones sociales, generada en el seno del proceso de esclavización ante la necesidad de justificarla, no desapareció en nuestra flamante época republicana, donde se proclamaba a los cuatro vientos la igualdad, la equidad y la fraternidad mal copiadas de la Revolución Francesa .De esta manera, es deprimente que aún en la actualidad, los caracteres fenotípicos continúen simbolizando fortuna y miseria, poder y torpeza frente a la dominación, hermosura y fealdad, prontitud y pereza hereditaria. La tan anhelada y peleada libertad no ha significado entonces el rompimiento concreto de obstáculos para acceder en igualdad de condiciones a empleos adecuados, a la propiedad o a la educación, ni posibilidades concretas para integrarse a la sociedad .


Quienes marginalizaron a la mujer afrodescendiente se les olvidó que a través de la historia, la mujer afrodescendiente en América se constituyó en el eje articulador del ámbito familiar. Dado que el hombre negro podía ser vendido solo, perdiendo toda posibilidad de volver a ver a sus hij@s y a su compañera, y la familia disgregada a capricho del esclavista, la madre fue la figura aglutinante. Ella tomó sobre sí la responsabilidad de la transmisión oral a sus hij@s a través de los cuentos y las canciones de cuna, la recreación cultural a través del arte culinario, el vestido, la danza, los peinados, la medicina natural. Se ocupó también de la educación y de orientar el proceso de socialización de L@S niñ@s, y de la recuperación y reproducción de la fuerza de trabajo esclavizada.


La exclusión de la mujer afrodescendiente en la legislación colombiana


En las respectivas Constituciones que han regido a Colombia y demás leyes nacionales encontramos excluida en forma total la mujer afrodescendiente, me dirán que la Constitución de 1991 ha hecho ciertas concesiones a la mujer colombiana, no voy a entrar en esa discusión, pero, puede notarse la invisibilidad de que es víctima la población negra en la nueva Constitución de 1991, la cual otorgó garantías y derechos especiales para los indígenas los cuales oficialmente corresponden al 2% de la población colombiana y obvió la protección y el derecho de los descendientes de african@s que mal contad@s son aproximadamente el 30% de la población total del país. Con esto no quiero decir que el hecho de que los indígenas hayan logrado obtener garantías y derechos este mal, incluso necesitan mucho más que simples garantías y derechos, pero no hay razón de ser que existan desigualdades tan amplias entre estos dos grupos étnicos.


La marginalización de la mujer afrocolombiana en la política


Tradicionalmente, la mujer afrocolombiana ha estado marginalizada en el área de la política, el hecho que Buenaventura hubiese tenido, hace casi dos décadas, a dos mujeres afrodescendientes en la Alcaldía como fueron: la arquitecta Astrid del Rosario Alvear Guerrero y la abogada Marina Arango Rivas o que la Negra Grande Leonor Gonzáles Mina y Zulia Mena hayan logrado estar en el escenario de la Cámara de Representantes, o la estadía actual en el Congreso, de mujeres afrocolombianas como la reconocida deportista Maria Isabel Urrutia y Piedad Córdoba. no indica que la marginalización de la mujer afrocolombiana en los escenarios políticos haya desaparecido, pues si bien es cierto, que en la ultima década las mujeres afrodescendientes han logrado acceder a: la conformación de los procesos organizativos de base, las Comisiones Consultivas Departamentales, la Comisión Pedagógica Nacional, y en espacios locales de las alcaldías, cuando es de tomar decisiones políticas de importancia, las mujeres afrocolombianas siguen siendo marginalizadas.


Exclusión de la mujer afrocolombiana en el seno del Proceso De Comunidades Negras PCN


En el seno del proceso de comunidades negras PCN y en el Movimiento y demás organizaciones afrocolombianas se ha manejado un lenguaje que no hace sentir bien a las mujeres afrocolombianas porque no expresa fielmente sus vivencias más sentidas. Pero aquel, es más que un problema del lenguaje. Pues éste no es inocente, ni imparcial. El lenguaje masculinizado impide que las mujeres expresen sus inquietudes y sus sentimientos a través de su palabra, allí existe un alto grado de suplantación, al hablar por ellas, es decir se las ha tratado como a niños indefensos que estuviesen impedidos para expresarse.


Se puede afirmar que el proceso organizativo de las comunidades negras le ha restado importancia a la problemática de las mujeres afrodescendientes, argumentando que asumir esa temática puede debilitar el proceso en la medida en que genere divisiones y polarizaciones.

A la gente del Proceso de Comunidades Negras se le olvida quizás que en lugar de dividir el hecho de abordar la problemática de las mujeres afrodescendientes puede fortalecer aun más al Proceso al levantar la marginación del componente femenino el cual ha sido históricamente, el fundamento de la existencia del Proceso en el tiempo y que además, ha contribuido a la recreación de la cultura afrocolombiana.

Marginalización de la mujer afrocolombiana por parte de la mujer mestiza


Son escasos los datos existentes frente a la marginalización de la mujer afrocolombiana por parte de la mujer mestiza, sin embargo recurriendo al espíritu del investigador he logrado encontrar en diferentes fuentes bibliográficas , orales y etnográficas que la mujer mestiza ha marginalizado de una u otra forma a la mujer afrodescendiente. Entre las distintas formas de marginalización identificadas de mujeres mestizas con respecto a las afrodescendientes están: la estigmatización, estereotipación, excluirlas de sus textos e investigaciones, subordinarlas como empleadas domesticas. etc.


Alternativas que ha tomado la mujer afrocolombiana para afrontar la exclusión y la marginalidad

Las mujeres afrocolombianas como demás mujeres afrodescendientes para enfrentar las diversas limitaciones económicas políticas y la discriminación racial han desarrollado diversas estrategias y múltiples formas de organización. La mayoría de las cuales tienen un amplio potencial y una experiencia organizativa muy importante; aunque presentan debilidades institucionales debido a que no ha formado parte de las agendas de cooperación y apoyo oficiales ni no oficiales.

Un aspecto importante para resaltar, es el hecho de que las mujeres afrocolombianas se han venido organizado formalmente desde comienzos de la década de los años ochenta , con el propósito de construir espacios que convoquen y aglutinen pequeños grupos con el propósito de ofrecerles apoyo, respaldo social y mejorar sus condiciones de vida, entre estas organizaciones vale la pena destacar, la Asociación de Organizaciones de Mujeres de Buenaventura la cual alberga cerca de 25 grupos femeninos que a su vez constituyen un número total de cerca de 800 mujeres. Otro proceso organizativo interesante por parte de las mujeres afrodescendientes es el de la Red de Mujeres Negras del Pacifico, iniciativa que se concretó hacia el año de 1992 con el apoyo de Fundemujer, fundación propia de Buenaventura y otros grupos de mujeres durante un encuentro de mujeres afrodescendientes de la costa pacifica que se llevó a cabo en Guapi durante el proceso de promoción y debate sobre el articulo transitorio 55 de la Carta política colombiana de 1991. Esta organización surgió con el propósito de contribuir a la organización de diferentes grupos de mujeres afrocolombianas en torno a la búsqueda de soluciones para las problemáticas que afectan a la comunidad negra y específicamente a las mujeres afrodescendientes.


A manera de conclusión:

 

La mujer afrocolombiana, en este momento histórico en América Latina, después de hacer resistencia, de sufrir múltiples reveses relacionados con la opresión, exclusión y homogeneización que ha sido victima desde hace varios siglos ha encontrado un norte en la organización y el trabajo continuo. Esto nos lleva a reflexionar acerca de la importancia del aporte que ha hecho la mujer afrocolombiana a la construcción del pasado, del presente y del futuro de la sociedad colombiana, y ¿Después de tantos aportes que ha hecho a la construcción de cultura y de país y la marginalización de la cual ha sido victima, que argumentos quedaran para seguirla invisivilizando?


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