"Después de un análisis y discusión sobre nuestras prácticas culturales reconocemos que la curación (ablación) está generando enfermedad y muerte a las niñas de nuestro pueblo emberá", señala una de las consideraciones de la Resolución 001.
El debate interno involucró a los consejos regionales indígenas de Risaralda, los cabildos mayores de Mistrató y Pueblo Rico, los gobernadores locales de dichos municipios, líderes indígenas de la región y a las parteras o mujeres que tienen el oficio tradicional de recibir a los recién nacidos en estas comunidades. "A partir de la firma de la presente resolución queda suspendida cualquier acción que vaya en contravía de la integridad física y la vida de las niñas recién nacidas por parte de las parteras, en especial en lo relacionado con la práctica de la curación".
La resolución fue firmada el pasado 17 de junio y la medida regirá por dos años, mientras se lleva acabo el proceso de Investigación Acción Participativa del Proyecto Embera Wera "Fortalecimiento de los derechos Humanos de las mujeres emberá de los municipios de Mistrató y Pueblo Rico, risaralda", cuyos resultados definirán la permanencia de la medida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), había cuestionado severamente esta práctica por los daños que genera de por vida en el natural funcionamiento del organismo femenino y por las muertes que muchas veces se ocasionan por las infecciones que se producen en el organismo de las mujeres. Según informes de la OMS, la ablación genera en las mujeres emberá dolores intensos, hemorragias, tétanos, infecciones, retención de orina y lesiones de los tejidos.
gRACIAS
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