El paro campesino y agrario en el departamento del cauca, iniciado el pasado 16 de septiembre y que tuvo como lugar de concentración la zona de La María (Piendamó), culminó con muchas promesas y sin mayores contratiempos para las comunidades indígenas. Los dirigentes aclaran que, aunque no participaron en las manifestaciones, muchas de las reivindicaciones por las que lucha el movimiento campesino recogen gran parte de sus derechos vulnerados.
Gracias a la mediación del gobernador del departamento, Floro Tunubalá, y al compromiso de las autoridades de estudiar el pliego de peticiones, más de 6.000 campesinos que bloqueaban la Carretera Panamericana desde el pasado 16 de septiembre en el Cauca, terminaron la protesta.
La manifestación se llevó a cabo en tres sitios del Cauca, y coincidió con una jornada realizada en todo el país por unos 700.000 trabajadores estatales, contra las reformas laborales presentadas por el gobierno a estudio del Congreso.
Tunubalá, que pertenece a la etnia Páez, una de las más numerosas de las siete etnias indígenas existentes en el departamento, dijo que las exigencias de los labriegos y nativos se estudiarán desde la próxima semana e incluyen peticiones en materia de salud, educación, vivienda, electricidad y carreteras, así como soluciones al conflicto de guerrilleros y paramilitares de derecha en la región.
Además, los campesinos e indígenas reclamaron el cierre de las importaciones de alimentos para no perjudicar sus cultivos.
Movimientos paralelos
A pesar de esto, “el Movimiento Indígena no participó en la movilización del paro agrario, pero coincide que rezones para movilizarse son bastantes, sin embargo fueron movimientos paralelos. Mientras los campesinos hacían sus exigencias, los indígenas estaban en su Territorio de Convivencia, diálogo, pensamiento y negociación, donde se reunieron más de 200 indígenas” le dijo a Actualidad Étnica, Jorge Caballero, funcionario del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
Según denuncias de organizaciones sindicales, el pasado jueves, los participantes de la protesta tuvieron graves problemas de suministro de alimentos y agua y se enfrentaron a la policía antimotines. El hecho dejó a 27 personas heridas, entre las cuales también resultaron afectados indígenas, que no participaban en las manifestaciones, pero que fueron alcanzados por los gases lacrimógenos que disparó la policía.
A las buenas o a las malas
El pasado miércoles 18 de septiembre, el Ejército rescató un bus repleto de indígenas que la guerrilla obligaba a dirigirse a la concentración de La María Piendamó. Fuentes oficiales informaron que un subversivo al parecer de las FARC fue retenido por miembros de la Tercera Brigada, cuando dirigía bajo amenazas al conductor para que se desplazara al sitio señalado. Los indígenas bajaron del automotor y confirmaron que fueron obligados a abordar ese vehículo que fue inicialmente retenido por los insurgentes para esa labor.
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